El centro de El Poblado está invadido de ventas informales

El centro de El Poblado está invadido de ventas informales

“También es un tema de tradición y de responder al cariño que la gente le tiene a uno. Creo que a nadie estorbamos”, comenta Francisco, un viejo comerciante de El Poblado (vende artesanías), quien asegura que los malos comentarios han afectado su presencia, especialmente en la zona centro de la comuna 14. Es ventero informal y se la pasa de aquí a allá, rebuscándose el día a día.

En el otro lado están los vecinos, los mismos que se han quejado de la invasión al espacio público, del ruido y de una percepción de inseguridad que no los ha dejado tranquilos desde hace años. “Sabemos de las necesidades que tiene la gente, pero este sector no es el adecuado para ubicar negocios. Esto es invasión del espacio, las aceras y más lugares que no fueron diseñados para las ventas”, comenta Juan Fernando López, vecino del sector Astorga.

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¿Se agravó la situación?

Y más que todo en la calle 10, en donde incrementó la presencia de venteros informales y de comunidades indígenas en condición de calle. Conversamos con Carolina García, coordinadora territorial de Espacio Público en la comuna 14, quien nos contó que “en compañía de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, el Promotor Local de Gobierno y la Gestora de Seguridad hemos realizado recorridos por las tres estaciones del metro: Poblado, Aguacatala e Industriales. La semana pasada se hicieron tres incautaciones por el uso inadecuado de las ventas”.

Espacio Público hace recorridos y regula estas ventas en sectores como el Parque de El Poblado, Manila y Astorga. “En Manila, por ejemplo, hemos visto que hay un desborde de comercio y elementos como sillas y mesas que están invadiendo las aceras”, agrega la Coordinadora.

“Las personas que visitan estos barrios deben tener en cuenta que acá hay residencias, que también es un sector donde vive gente, y no se puede imponer una estrategia de ventas y comercio por todo lado, generando así intranquilidad entre los vecinos”, dice Gerardo Casas, residente en Manila.

Y es así. Caminar por estos barrios de la comuna 14 se convirtió en un plan para visitar locales comerciales, restaurantes al aire libre y demás negocios, un gremio que cabe dentro del mercado formal. “También nos encontramos con varias comunidades indígenas, pero este tema ya se escaló con la Secretaría de Gobierno. Se tiene una agenda de trabajo, especialmente con la comunidad Emberá Katío, la misma que se ubica en la calle 10. Aún así, Espacio Público no tiene la facultad de ir y reubicar a un indígena… a ellos los rige otras leyes”, explica Carolina.

Para estos controles es necesaria la presencia de la Policía y Gerencia de Etnias. “Eso responde a que Espacio Público no es el despacho al que le corresponden todas estas problemáticas. Por ejemplo, con los malos parqueos, es algo que no nos compete, ahí ya toca que intervenga Movilidad”.

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Y este trabajo no viene de ayer o la semana pasada. Son años en los que se han venido planteando soluciones. “Desde el año 2016, Medellín ha venido aplicando un trabajo psicosocial para esta intervención en familias indígenas con situación de mendicidad, también para ayudar al regreso a sus lugares de origen”, explica Eduardo Peña, profesional universitario en el Equipo de Etnias de la Secretaría de inclusión Social de Medellín.

El ‘Parloteo’

El número de artesanos en la calle 10, la zona rosa, el Parque de El Poblado, entre otros puntos, también creció, hecho que llamó la atención de Policía y Espacio Público. “Con los venteros de Provenza también tenemos acercamientos, al igual que con los artesanos del Parque Lleras, quienes son regulados y llevan mucho tiempo ubicados en este lugar”.

Este tipo de diálogo con los venteros fue bautizado como el ‘Parloteo’, con el fin de que los vecinos: comerciantes y residentes, sean testigos de las estrategias que se adelantan para reducir este fenómeno.

“No solo son los fines de semana. Me quedo impresionada cuando un lunes o martes, los venteros informales llegan con todos sus elementos para ubicarse en las aceras. Hasta con sombrillas para protegerse de la lluvia. La verdad son muchas personas las que están en el rebusque”, comenta María Eugenia Ortega, vecina de Provenza.

Mientras los diálogos y reubicaciones continúan, Francisco dice que no quisiera irse de El Poblado, que seguirá caminando por estas calles y que recibirá con cariño a quienes quieran ir a comprar sus artesanías.

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Por: Daniel González Jaramillo
danielgj@gente.com.co

Fotos: Camilo Suárez

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