Vecino de Laureles pinta con la boca

Vecino de Laureles pinta con la boca

Pedro Álvarez perdió la movilidad en sus extremidades desde los 14 años, sin embargo, descubrió su talento para pintar y en el arte halló un refugio y una pasión que lo motivó a seguir adelante. 

Pedro sueña con poder vivir de su pasión: el arte.

Pedro tiene 26 años, es oriundo del suroeste antioqueño, pero hace dos años se encuentra en un hogar de paso en Laureles, donde ha derrochado el inmenso talento que tiene y el cual ha sido el motor para luchar contra las adversidades que le ha puesto la vida. 

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Una historia para dibujar 

Cuando tenía 14 años le detectaron un acceso cerca a la médula espinal, el cual drenaron, pero la cirugía se complicó y de esa patología salieron varias que le redujeron la movilidad y solo a través de terapia pudo recuperar la fuerza en la cabeza y el movimiento de su cuello, gracias a lo cual puede dibujar. 

Durante tres años estuvo muy deprimido, incluso no le gustaba asistir a las sesiones de terapia, pero en la clínica donde estaba conoció amigos que lo motivaron para seguir adelante. 

Pedro está convencido de que “Dios me quiere tener pintando para él, aprendiendo del arte y conociendo personas fantásticas”.

Una de las terapias que realizaba era pintando alcancías y “ahí comenzó toda esta magia, que hoy día ha sido una bendición”. 

Estuvo en la clínica aproximadamente siete años y medio, en ese momento la EPS comenzó a buscar un lugar donde pudiera estar y que contara con todos los cuidados, pero estar con su familia no era una opción, pues “donde vive mi mamá no es una zona apta para yo estar allá”. 

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No sabe si fue por temas de contratos o por qué motivo, pero lo trasladaron a otra IPS donde “me prometieron muchas cosas; que yo iba a seguir igual, que nada iba a cambiar, solo el prestador de servicio, pero en verdad ha habido muchos inconvenientes con la prestación del servicio y otras cosas”. 

Cuando estuvo en el primer hogar de paso conoció a Adriana Astrada, quien le preguntó que si quería saber más del arte y pintar cuadros: “a mí se me iluminó el cerebro porque uno después de decorar tanto cerámica ya era no hacer trabajos no solo por la terapia, sino como una profesión, por dinero y por gusto, entonces le dije que sí”. 

Pedro está al cuidado de un enfermero, pero está en el proceso de solicitar que sea un familiar quien esté con él la mayoría del tiempo.

Adriana, por medio de una amiga de la fundación Por amor, que le ayuda a personas con espina rígida, preguntó si Pedro podía asistir a las clases de arte, sin mencionar que él pintaba con la boca, solo diciendo que era un joven con talento: “ella habló con el profesor y le dijo que conocía a una persona que pintaba muy bonito y que quería aprender más a pintar, pero nunca le comentó que yo pintaba con la boca, entonces el profe nunca supo nada, pero le dijo que sí”.

En esa academia hacían pruebas por tres semanas, era una clase a la semana, pero eso no intimidó a Pedro quien fue con toda la actitud y tras pasar la prueba logró que la academia lo patrocinara por dos años. Tristemente Adriana no pudo acompañar a Pedro en su proceso de crecimiento como artista, pues días después de la primera clase le detectaron un cáncer y a los 15 días murió.

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Todo esto fue antes de la pandemia, porque “cuando comenzó el confinamiento, el profe Luis Hernández, de la Academia Blanco y Negro, dio la opción de conformar un grupo con los que más nos gustaba el tema y saber de la historia para tener clases virtuales y como no había nada que hacer, yo me metía”. 

Pedro aprendió mucho de estas clases y específicamente aprendió sobre la figura humana de una profesora que le enseñó desde lo más básico: “a las clases iba la profesora Piedad Hoyos, que se quedaba más tiempo pintando figura humana y yo me quedaba mirando hasta que ella me preguntó que si me gustaba, yo le dije que sí y comenzó a darme clases los sábados, ahí me metí en ese mundo, aprendí lo que yo pinto ahora y ella todavía me ayuda”. 

Pedro también pinta cerámicas, recordando cuando inició en el dibujo decorando alcancías.

Para Pedro el arte ha sido un refugio: “es mi forma de vida, obviamente si lo veo como terapia porque eso para mí es una terapia psicológica y en todos los aspectos, porque ya no estoy tan deprimido, pero principalmente encontré un refugio que ha hecho que mi vida se potencialice”. 

Pedro sueña con realizar una exposición de sus cuadro y dedicarse de lleno al arte, y aunque las cosas no se le han dado mantiene viva la esperanza: “cuando llevaba un año en las clases, el profe me dijo que empezáramos a trabajar para hacer una exposición, pero cuando llegó la pandemia llevábamos nueve cuadros y la idea era tener 15 para buscar un lugar donde exponerlos, pero el destino se atravesó; sin embargo el sueño siempre ha sido el de tener un lugar donde yo pueda estar con mi familia y vivir del arte, y no estar en estos lugares donde es difícil”.

¿Cómo ver sus obras? 

El colectivo artístico Conquistarte, encabezado por la señora Cecilia Prada, realizarán en Parques del Río, el 18 de octubre, un evento pensando en las personas en situación de discapacidad con talentos para el dibujo, el canto o la escritura, con Pedro como personaje principal. 

En las redes sociales del colectivo Conquistarte se podrá conocer toda la programación de este evento.

Y con difícil se refiere al cambio tan drástico que se sufre al pasar de la clínica al hogar, además de las promesas que no cumplen, pues “a uno lo dejan solo y si lo acompañan hay inconvenientes y nadie asume la responsabilidad. Cuando yo hablo de la vulneración de derechos me refiero es a que se debería tener más control y prestar un mejor servicio”. 

A pesar de que busca independencia al realizar solo ciertas actividades, entiende que recuperar la movilidad es complicado, pero tiene la fe puesta en Dios de que “si el Señor quiere me puede hacer el milagro o no, igual yo acepto la voluntad de él”. Pedro se define como una persona muy espiritual, también en esa parte “he encontrado un refugio y he aprendido mucho; ha sido una potencia entre el arte y la espiritualidad para yo mantenerme y seguir, para trazarme sueños y metas”. 

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Cree firmemente que “a pesar de que Dios me dio este don, el Señor me quiere tener pintando para él, aprender del arte y conocer personas fantásticas”. 

Ha dado varias capacitaciones de superación personal, de no tener límites en la vida para motivar a otras personas a luchar por sus sueños, como él, que día a día sigue luchando por “tener una exposición que yo diga wow”. 

Fotos: Camilo Suárez

Por: Andrés Bedoya

johanb@gente.com.co

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