
Tómese un cafecito con postre de Camilo
Ayudándole a su mamá en la cocina, Camilo Restrepo descubrió su mayor pasión y una idea de emprendimiento para su proyecto de vida.

Camilo Restrepo Flying Cakes. Foto Cortesía.
Desde los 8 años este envigadeño desarrolló el gusto por la culinaria y rápidamente realizó varios cursos de repostería antes de ingresar a estudiar en la escuela de cocina Chefmont, ubicada en Laureles.
“El chef principal me dijo que tenía potencial y empezamos a trabajar en desarrollar más mis habilidades”, explica Camilo.
Como en aquella época lo que más rico le quedaba eran los alfajores, este vecino de la Loma del Escobero solía ubicarse en la portería de su unidad residencial para vendérselos a sus vecinos y empezar a darse a conocer.
Lea también: La historia del Gaucho y sus alfajores artesanales

Camilo Restrepo. Foto Cortesía programa Las Tres Gracias.
Cuando hacían actividades en su colegio él era el encargado de preparar la comida del salón y actualmente cuando de reuniones familiares se trata, siempre tiene puesto el delantal para deleitar a sus parientes con exquisitas preparaciones de dulce y sal.
En el año 2016 comenzó con un emprendimiento llamado Camilo Galletas y a medida que avanzaba en su formación académica tuvo la oportunidad de dar clases en Chefmont a los más pequeños.
Lea además: Alexa dejó el mundo de la moda para ser repostera
Para el 2018 estuvo como invitado especial en la Sweet Fair, considerada como la feria de reposteros por excelencia en la ciudad y a partir de allí ha tenido mayor exposición gracias a sus participaciones en canales de televisión como RCN y Teleantioquia.

Camilo Restrepo. Foto Cortesía programa Las Tres Gracias.
Su marca se transformó en Camilo Restrepo Flying Cakes ampliando el portafolio de productos para incluir tortas, cubrimiento de eventos, catering y café de origen.
“En mi familia siempre nos ha gustado mucho tomar café y decidimos incorporar en la marca este café de origen proveniente de Betulia”, asegura Restrepo.
Este vecino emprendedor y sobre todo soñador, siempre saluda del mismo modo, diciendo “Ey, ¿qué más?” y de esa forma tan cercana y cálida suele interactuar con sus clientes a través de su cuenta de Instagram.
No se pierda: Pablo calma los antojos de los vecinos de Laureles
La misión de sacar adelante este negocio ha sido un propósito compartido por su papá, su mamá y su hermano, de hecho, se llama Flying Cakes porque Camilo siempre quiso volar y su hermano es piloto, entonces juntos han elaborado toda la identidad del emprendimiento.
“Combinamos la curiosidad, la aventura y la libertad para darle forma este sueño que sigue creciendo”, añade este vecino, quien actualmente está estudiando gastronomía para profesionalizarse y seguir viviendo por la cocina, esa que tanto lo encarreta y le da felicidad.
Le recomendamos: Si te encanta vivir en Envigado únete a este grupo de Facebook
Por Michelle Acevedo Vélez
michellea@gente.com.co