Una lucha constante por la equidad de género
Trabajo social enfocado en la defensa de los derechos de las mujeres con miras a lograr equidad de género en diferentes ámbitos de la sociedad es el objetivo de la labor que llevan a cabo día a día estas tres vecinas en diferentes zonas de Medellín.
Una labor incansable enfocada en construir una sociedad y una cultura de paz con perspectiva de igualdad y equidad de género para las mujeres, es el trabajo que realizan Margarita Rosa Trujillo, abogada y defensora de los derechos de la mujer; Liliana Franco, religiosa y presidenta de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Religiosos y Fernanda Giraldo, líder del proyecto que busca comprometer a la ciudad con la igualdad de género y la no violencia en contra de la mujer.
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Compromiso por los derechos de la mujer
“Soy una mujer feliz, con ideas liberales, humanistas, feministas y demócratas”. Foto: Camilo Suárez
Margarita Rosa Trujillo es vecina de El Poblado, abogada de la Universidad de Medellín, especializada en Derecho Laboral y en Derecho Administrativo de la Universidad Pontificia Bolivariana, especializada en Derecho de los Negocios de la Universidad Externado de Colombia, diplomada en Justicia y Género del Instituto Colombiano de Derechos Humanos y Coach cognitivo del ser, estudios que siempre ha encamino en la investigación de su tesis: maltrato a la mujer colombiana, trabajo enfocado sobre la normatividad discriminatoria contra la mujer en los campos del derecho civil, laboral y los avances en el Derecho Internacional.
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Su gran compromiso con los derechos de las mujeres “me llevó a incidir para que las Empresas Públicas de Medellín incluyera, en su Política de Derechos Humanos, un lineamiento de propiciar las buenas prácticas de Equidad de Género para las Mujeres en el año 2011”.
Además, ha formado parte de la Corporación Mundial de la Mujer y de la Unión de Ciudadanas de Colombia, de la cual ha sido su presidenta y actualmente es su asesora jurídica. Institución en la que, en el 2004, creó el proyecto cultura “Mujer Débora Arango”, donde han participado más de 100 artistas, quienes a través de sus obras se han formado y expresado en favor de la igualdad de género y la equidad social.
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Una vida poblada de otras mujeres
“Estamos llamadas a ser una red de apoyo, fortaleza y ayuda mutua”. Foto: cortesía Colegio La Enseñanza
“La necesidad de hacer un camino para trabajar conjuntamente entre hombres y mujeres es el mensaje que doy en mi nuevo libro Con ellas, que se va a publicar el 16 de marzo”, expresa Liliana Franco Echeverri, vecina de El Poblado, ex alumna del Colegio La Enseñanza, religiosa de la Compañía de María y presidenta Confederación Latinoamericana y del Caribe de Religiosos.
Su llegada a esta institución se dio luego de ser presidenta de la Organización de Religiosos de Colombia y que, gracias a la gran labor que desarrolló, fuera merecedora de los votos necesarios para llegar a ocupar el cargo principal de esta institución religiosa.
Este es su segundo periodo al frente de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Religiosos donde “hacemos desarrollo y producción teológica, trabajamos con los migrantes, en contra de la trata de personas y con comunidades indígenas y afro. Además, del enfoque ambiental donde concientizamos y trabajamos por el cuidado del medio ambiental”.
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Desde temprana edad Liliana Franco sintió el llamado hacia la vocación, ya que experimentó una inclinación muy fuerte y un deseo de servir, de hacer camino con las personas sobre todo con las más pobres, “en ese instante conocí a Jesús, por esa razón me consagré a él y a la compañía de María para servir y ayudar a los menos favorecidos”.
Liliana reconoce que “todas las culturas y estructuras están permeadas de machismo y la iglesia no es ajena, sin embargo, estamos en una coyuntura porque el papa Francisco ha invitado a hacer un camino conjunto. Esto le ha dado la posibilidad a la mujer de tomar fuerza y se han creado más espacios de participación por motivo de la sensibilidad y la manera que tiene la mujer de ver la vida e influir en ella”.
Por eso, en el trabajo que desarrolla constantemente realiza una invitación a que las mujeres “reconozcan el valor y el potencial que son, que se miren como Dios las mira para que entiendan que no estamos solas, sino que estamos llamadas a ser una red que se apoya, se fortalece y ayuda unas a otras para alcanzar sueños”.
Sin embargo, Liliana Franco no considera que su historia sea inspiradora porque “creo que hay mujeres con historias mucho más inspiradoras, prefiero decir que mi vida está poblada por las vidas de otras mujeres muy inspiradoras”.
Vida que Liliana sí define y reconoce como valiosa, al tratarse de “una vida que siento plena por la posibilidad que tengo de poder aportar a la sociedad y a la iglesia para que esta realidad sea mejor para todos”.
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Proyecto Todas mienten
“La invitación es a dejar de mentir y sentir miedo para vivir nuestros sueños”. Foto: cortesía Francisco Medina
Precisamente con el objetivo de aportar a la sociedad y a la equidad de género fue que Fernanda Giraldo creó el proyecto Todas mienten con el objetivo de “comprometer a la ciudad con la igualdad de género y la no violencia en contra de la mujer”.
Fernanda Giraldo realiza su trabajo principalmente en zonas como El Poblado, Laureles y Belén, sin embargo, su objetivo es “convertir a toda Medellín en un territorio libre de violencia de género”. Para esto, y de la mano con el colectivo de mujeres que se encuentra desarrollando este proyecto, “vamos a tomarnos comuna a comuna a Medellín, llevando el compromiso y creando consciencia en cada uno de los habitantes de nuestra ciudad, para que por voluntad propia accedan a dejar su firma en el compromiso por la no violencia de género más grande que se ha realizado en la ciudad”.
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El nombre de este proyecto nace de una expresión popular que ataca a la mujer, por esto, Fernanda Giraldo hace un juego de palabras al querer resignificar esta expresión y crear consciencia del porqué mienten las mujeres: “queremos comprometer a Medellín para que ninguna mujer tenga que volver a mentir cuando sienta miedo de caminar sola por una calle, cuando sienta miedo de perder su trabajo y por eso asuma más carga laboral, cuando sienta miedo de que su esposo la deje sin sustento para ella y sus hijos y por eso deja que la maltrate. Todas mienten es un compromiso de ciudad para que no volvamos a quedarnos callados cuando vemos un abuso o somos víctimas de él”.
Fernanda Giraldo también es la creadora del club Malalas, equipo de fútbol femenino nombrado así en honor a la activista política Malala, que ya reconoció la labor de estas vecinas, las mismas que unidas buscan “empoderarnos y sacar adelante nuestras familias, nuestros proyectos, dejar atrás ese ego feminista que a veces nos atrasa tanto y trabajar juntas por un mismo objetivo para que de esa manera más mujeres y hombres quieran sumarse y juntos cerremos esa brecha de género que por tanto tiempo nos ha mantenido separados en ideales y quizás ha hecho que como sociedad se nos sea más difícil avanzar”.
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Fernanda Giraldo asegura que con su proyecto Todas mienten, “no vamos a parar hasta sentirnos libres de caminar, de amar, de vivir y de trabajar tranquilamente con el objetivo de hacer que la sociedad sea más justa y equitativa”. Equidad que reconoce que ha mejorado, pero “aún falta mucho por trabajar”.
Por eso, no solo Fernanda Giraldo, con su proyecto social, Margarita Trujillo, desde el ámbito legal, y Liliana Franco, desde la religión, realizan esta labor, sino que son muchas mujeres que, como estas tres vecinas, trabajan en pro de una mejor sociedad para las mujeres.
Por: Andrés Bedoya
johanb@gente.com.co