Un año después van 720 sanciones con cepos en Envigado
Hacemos un balance de esta medida de control al mal estacionamiento en Envigado. Para algunos ha servido y para otros todavía faltan otras estrategias.
En febrero pasado Jairo Castaño alcanzó a ver desde su oficina en el barrio La Magnolia que unos guardas de tránsito se acercaban para instalarle un cepo a su vehículo. Alcanzó a salir corriendo a moverlo, se salvó de ser uno de los conductores que han aportado a la cifra de 720 comparendos hechos con estos dispositivos desde el 25 de septiembre de 2017, cuando comenzó a regir la estrategia en Envigado.
En su opinión, ha sido una medida efectiva que debería extenderse también a otros sectores: “A pesar de que por aquí no hay parqueaderos, ya buscamos la manera de no quedar expuestos a una posible sanción”, dijo el vecino y explicó que esto lo hace, por ejemplo, evitando quedarse en esquinas o buscando sitios habilitados, así le queden a 3 cuadras de su local.
En el Barrio Obrero, donde la Secretaría de Movilidad también ha focalizado los controles con sus 30 cepos, los vecinos cuestionaron el hecho de que las vías no estén señalizadas. Lo consideran necesario, teniendo en cuenta que en el sector ha aumentado el estacionamiento desde que comenzaron las restricciones en el parque principal.
La secretaria de Movilidad de Envigado, Sara Cuervo, afirmó que en este primer año “se tiene un balance muy positivo” de la estrategia. “No porque cada vez instalemos más cepos, sino porque cada vez hay menos carros mal parqueados“, dijo y agregó que más que un castigo por plata se trata de una sanción social, porque a la gente le da pena verse en esa situación.
Además de La Magnolia y Barrio Obrero, los controles también se enfocaron en el centro, en el barrio José Félix y La Mina. La secretaria aseguró que en estos sectores las vías ahora están más despejadas, sobre todo en las esquinas, y gracias a eso, continuando con la jefa de despacho, también ha disminuido la accidentalidad.
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Por el momento la Administración municipal no contempla en sus planes la compra de más cepos para carros, pero, según Cuervo, ya se están adelantando los trámites presupuestales para comprar cepos para motos. “Algunos motociclistas creen que por ser un vehículo pequeño no estorba, pero no es así”, advirtió la funcionaria.
También se refirió a la ampliación de las esquinas de los andenes en La Magnolia y explicó que se trata de una intervención del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que avanza en su primera etapa y tiene un presupuesto de $ 4800 millones.
“Venimos haciendo recuperación del espacio público, sé que genera choques porque los cambios generan reacción, pero apenas estamos construyendo”, comentó. La semana pasada hicieron un recorrido con el carro de la basura y los bomberos, para evaluar unos radios de giro de los que la comunidad había presentado queja, porque habían quedado muy estrechos o altos.
El objetivo, de acuerdo con ella, es generar los espacios para ciclorrutas, “que la gente se sienta más cómoda y recuperar esas esquinas tan peligrosas para el peatón y para el conductor”.
Iván Sarmiento, docente del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional y experto en movilidad, explicó que en su concepto los cepos son una buena campaña, porque disuaden a la gente. “Pero, más que medir la efectividad por el número de veces que hayan sorprendido a las personas, hay que medirla es por cuántos se han abstenido de parquear mal por temor a la medida (con una encuesta, por ejemplo), porque eso es lo más positivo”.
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Asimismo apuntó que hay otras medidas en las que deberían invertir las Alcaldías, como hacer el esfuerzo de señalizar las vías de servicio, que son las de barrio, para que la gente sepa en cuál costado parquear y cuál no. Porque, de acuerdo con el experto, las vías no señalizadas invitan a que la gente haga el uso indebido.
Por otro lado habría que llegar a un acuerdo con los comerciantes, porque muchas veces esta actividad es la que genera mal parqueo, “y si no tienen celdas, tendrían que generar una solución”. Para Sarmiento esta podría convenirse con el Municipio para pagar una zona de parqueos regulados y que el cliente, el dueño del local o los 2 juntos la paguen, “de manera que la gente no abuse del espacio público“.
Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co