Silvia Zapata educa y forma jóvenes a través de la música

Silvia Zapata educa y forma jóvenes a través de la música

Silvia Zapata es una cantante y compositora que vive por y para la música, por eso, a través de esta, educó a sus hijos y nietos, a quienes les heredó esta pasión, y a sus alumnos, a quienes forma y enseña valores con sus composiciones neurolingüísticas. 

Para esta cantante, compositora y vecina de Laureles, la música significa “mi motor de vida, mi ruta de superación, la posibilidad de desarrollar mi creatividad y mi personalidad, mejor dicho, es mi todo”.  

Foto: Camilo Suárez

Una herencia que ya suma cuatro generaciones 

Silvia cuenta orgullosa y emocionada que canta desde el vientre porque “yo escuchaba cantar a mi madre, nací con eso y lógicamente está impreso en mi cuerpo y desde que recuerdo supe que mi camino era la música”. 

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Comenzó a cantar desde que estaba en el colegio, del mismo que se escapaba para ir al salón de música, lo cual hizo que su desempeño académico no fuera el mejor, pero todo lo hacía “porque siempre tuve en mi corazón esa idea tan clara de que lo mío es la música”. 

Nunca estudió formalmente, pero siempre estaba inscrita en cuanta cosa tuviera relación con la música e investigaba por su propia cuenta. 

Luego comenzó a participar en agrupaciones de Medellín y de ahí formó un dueto que le permitió ganar doce festivales de música andina colombiana. Experiencia que duró 25 años donde “competimos, viajamos por todo Colombia y el exterior siendo embajadores de la música andina colombiana en el mundo”. 

Foto: Camilo Suárez

Cuando terminó su relación musical y sentimental con su compañero de dueto, también se terminó su paso por los escenarios y decidió comenzar a compartir su pasión con los más pequeños.

“Cuando esa época se acabó fue como un cambio de vida entonces inmediatamente pensé en transmitir esa pasión que yo tengo en el corazón por la música para compartirla con niños y jóvenes porque sentí que la vibración que tiene la música andina está cargada de un gran sentimiento que se presta para, lo que yo veía que era una urgencia y una necesidad, sembrar unos principios y valores en los niños y jóvenes y que es algo no tiene similitud con el colegio o algo obligado por los padres”. 

Silvia encontró, en la música que siempre había cantado y representado, el medio para hacer realidad su sueño: “devolverle a la vida lo que me regaló: la música”. 

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De esa forma surgió, hace 20 años, Colombia canta y encanta una institución que dicta clases de música, realiza festivales, el más importante una vez al año, y educa a través de la música, pues Silvia combinó sus composiciones musicales con el componente neurolingüístico. 

Foto: Camilo Suárez

Esta artista asegura que por medio de esta amalgama entre la música y neurolingüística “ha habido unos resultados extraordinarios que se han visto en la personalidad, la cura de enfermedades, en el cambio de actitudes para la vida, pues enruta a esos jóvenes a través de las canciones”. 

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Rumbo que también le marcó a sus hijos, así como su madre lo hizo con ella, también les cantaba desde el vientre y después les componía canciones con sus nombres y juguetes. 

En ese momento, cuenta Silvia, “yo estaba con mi carrera musical entonces había que hacer muchos arreglos internos a nivel de familia porque yo estaba con viajes y en los festivales, pero siempre protegiendo a mis hijos”. 

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Hijos que se convirtieron en músicos y junto a ellos, Silvia lidera Colombia y encanta, lo que la llena de orgullo y de calma: “para mi tranquilidad, cuando el universo me quiera sacar del planeta, yo me voy en paz porque ellos lo saben hacer perfectamente porque lo asumieron, entendieron, ejercieron, investigaron y practicaron entonces quiere decir que mi obra continua y eso me da tranquilidad”. 

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Por esta razón, asegura que “todos somos música, pero en diferentes grados”, ya que sus nietos también están inmersos en el mundo de la música.

Es así como cuatro generaciones se han criado, educado y formado entorno a la música. Además de sus alumnos, a quienes educa con “ese sentimiento maternal que siempre debe estar presente porque si no se hace así, con esa vocación y con el objetivo de servicio, es imposible que las nuevas generaciones absorban ese enamoramiento por la música”.

Por: Andrés Bedoya Jr.
johanb@gente.com.co

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