Con machete, mataron a este árbol en la 30 con la 70
Los árboles son especies vivas que, además de embellecer el paisaje, impactan positivamente en el ambiente. Su cuidado es responsabilidad de todos.
Así lucía el árbol antes de secarse.
“Era un árbol precioso, sano, vigoroso y fuerte. Vos pasabas a las 5:00 o 5:30 de la tarde y era el nido de todos los canarios chiquitos amarillitos que hay aquí (..) Le cortaron la copa y esa misma semana empezó a secarse. Un señor me dijo que un día, como a las cuatro de la mañana le estaban echando machete. Yo digo, oíste cómo hacen eso con un árbol que ni siquiera estaba enfermo”, dijo Cecilia Ferbuson, una vecina de Rosales, alarmada frente a la muerte del árbol ubicado en la carrera 70 con calle 30.
Los árboles, además de contribuir al embellecimiento del paisaje, son necesarios para regular la temperatura y la humedad, generar oxígeno y proveerle a la fauna alimentos y materiales para construir sus nidos. “Perder un árbol es perder la posibilidad de que la fauna tenga a dónde ir y con qué alimentarse. El árbol absorbe la radiación solar y genera ambientes más frescos y confortables. Eso se altera cuando un árbol muere”, explicó Eugenio Gaviria Cardona, ingeniero forestal de la subdirección ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
¿Cómo protegerlos?
Los cortes ponen en riesgo la vida de un árbol. Cuando se hacen en las raíces pueden llevar a la pudrición y a la posterior muerte. La poda en las ramas debilita los tejidos y, como sucede cuando se mutilan las raíces, conduce al desequilibrio. “Aunque uno lo vea medio torcido, él naturalmente se sostiene, al cortarle una rama por un lado, se desequilibra y se puede caer. Estando así, un viento lo tumba fácilmente”, explicó el ingeniero forestal.
El ciudadano que quiera podar, trasplantar, cortar o hacer cualquier intervención en alguna de estas especies, debe contar con la autorización del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, entidad encargada de atender estos requerimientos en la zona urbana. “Nadie puede cortarle una rama o hacerle un tratamiento a un árbol sin permiso. La gente cree que es dueña de él porque lo sembró, pero no es así. Cuando hay problemas o de pronto está generando algún perjuicio, deben informar a la autoridad ambiental, se hace una visita y se determina qué hay que hacer”, añadió el funcionario.
Para proteger a estas especies vivas, hay que evitar rodearlas con escombros o alambres e introducirles clavos o elementos que les produzcan infecciones que los llevan a la muerte. “El vecino lo puede abonar, limpiar y cercarlo a nivel del piso. Normalmente los árboles no necesitan ser abonados de manera particular, porque la alcaldía tiene programas. Pero si hay quienes están encarretados con la parte de jardinería, lo pueden hacer con un abono de tierra de buena calidad. Todos los cuidados de cariño y afecto son bienvenidos”, complementó Gaviria.
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¿Qué pasó con el de la 30?
“A este arbolito lo mataron, ahí se ve, le echaron algo y lo secaron. Estaba bien, las ramas se le fueron cayendo”, dijo un transeúnte que todos los días frecuenta el lugar. Los vecinos del sector manifestaron su preocupación por este arbusto, que días antes tenía sus ramas fuertes y conservaba el color verde, sinónimo de vitalidad.
Consultamos con la administración de la estación de servicio que hay en frente y nos manifestaron que no sabían qué había pasado.
El 21 de septiembre la unidad de emergencias ambientales del Área Metropolitana hizo una primera visita atendiendo el llamado de la comunidad. Posteriormente, el 9 de octubre, técnicos de la entidad volvieron al lugar y ” encontraron que el árbol había sido anillado en la base del tallo con un machete. Está totalmente seco, como se dice “muerto en pie”, pero no logramos indentificar al infractor del anillamiento.
A la Secretaría de Infraestructura, que es la encargada en este caso le recomendamos talarlo y reponerlo en el mismo sitio. Hacemos un llamado de atención para entender que los árboles son fundamentales para la calidad de vida de la región”, concluyó María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Área Metropolitana.
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Por Sarita Noreña
saritan@gente.com.co