Así avanza la remodelación de los andenes de la 30A

Así avanza la remodelación de los andenes de la calle 30A

Así avanza la remodelación de los andenes de la 30A

En esta vía principal de Belén (Medellín) se adelanta un proyecto de remodelación de aceras que impactará 11 cuadras y tardará 6 meses. Los comerciantes están preocupados por la baja en ventas.

Este viernes 15 de junio se cumplirá un mes desde que comenzó el proyecto de mejoramiento de andenes en la calle 30A, entre las carreras 70 y 81. La intervención, que tiene un presupuesto de $4400 millones, era reclamada por la comunidad hace cerca de 2 décadas, sin embargo, durante su ejecución, algunos comerciantes del sector se han manifestado por el impacto negativo en sus ventas.

Una de ellas es Diana Patricia Mozo, quien administra un local de comidas sobre la carrera 70 y dice que se enteró de las obras el mismo día en que comenzaron a demoler el andén al frente de su negocio. Eso fue hace 2 semanas y solo abrió el viernes y el sábado porque “el ruido era espantoso y el polvero fue miedoso”.

“Nadie se arrimaba, me salvaron un poquito los domicilios, pero es muy triste que los clientes no puedan venir porque se sienten incómodos”, comenta la vecina y agrega que aunque el ruido ya no se siente mucho en su calle, aún está la dificultad del acceso, que está habilitado con un camino de tabla. “El proyecto me parece maravilloso, pero ¿por qué para ayudar a unas personas perjudican a otras?”, cuestiona ella.

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Diana y su hija viven de este negocio, por eso tuvo que apelar a la recursividad e ir directamente adonde sus clientes para ofrecerles salpicón y otras comidas, con el fin no atrasarse en los gastos del mes.

En una situación similar está Juan Fernando Morales, quien administra el restaurante Donde Juanfer, ubicado en la carrera 72. Él se enteró de la intervención 20 días antes de que empezara la obra, por los funcionarios que se acercaron a su local y por las reuniones de socialización, y asegura que sus ventas han bajado a la mitad.

“A largo plazo el beneficio puede ser que se vea más bonita la cuadra, pero por ahora los comerciantes somos los primeros afectados”, dice y explica que otro de los impactos es la posibilidad de que los dueños de los locales suban los arriendos por la valorización de la zona. “Toda obra para mejorar es buena, pero tiene sus consecuencias. Estamos esperando, también como habitantes, que terminen pronto, que agilicen más y que metan más trabajadores”, expresa Juan Fernando.

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Para don Diego León Gallego, propietario de una tienda en la misma cuadra, el impacto no ha sido grave. Dice que sus ventas han bajado aproximadamente 10 %, “y eso no es significativo para la mejora que va a ser”. Lo que sí se pregunta es por qué tumbaron también el andén al frente de su tienda, que se había reparado el año pasado con dinero de Presupuesto Participativo.

En el costado del frente (al norte) está la tienda y papelería de don Jaime Moncada, donde todavía no han comenzado las obras. Él dice que aunque el ruido es muy chocante y ha tenido que ponerse tapones en los oídos, es claro que no será algo permanente. “Tenemos que sacrificar y poner de nuestra parte”, comenta y señala que lo que sí podría perjudicar el comercio de la zona es que se elimine la forma de parquear. “No sé si esta calle está preparada para eso, porque hay mucho negocio y, aunque va a ser muy bueno para el peatón, va a ser difícil para el que llegue en carro”.

Por otro lado, Diego Orozco, presidente de la Junta de Acción Comunal de Rosales, por donde ahora avanza la demolición de andenes, apunta que aunque en principio estos proyectos de infraestructura despiertan incomodidades, es una intervención para el bien del sector y “hace 25 años la comunidad está esperando estas aceras”.

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Entre septiembre y octubre del año pasado, según el presidente de la Jac, se invirtieron $ 28 millones de Presupuesto Participativo para arreglar un tramo de aproximadamente 30 metros entre las carreras 71 y 72 y otros 10 metros entre la 72A y la calle 30.

Aunque en las reuniones con la comunidad los contratistas afirmaron que estos trayectos no serían demolidos porque se podría incurrir en detrimento, “al revisarlos se evidenció que no cumplían con el manual de Espacio Público, no tenían línea demarcadora ni tableta táctil o guía, la cual se requiere para el cumplimiento del objetivo del proyecto”, por eso se optó por la demolición.

Mauricio Giraldo, subgerente de Ejecución de Proyectos de la Edu, afirma que en este momento se encuentran trabajando entre 15 y 25 personas en la obra, incluyendo al personal administrativo. Dice que pese a que los vecinos quisieran ver más gente trabajando, el cronograma de obra que se está siguiendo en el momento es el que establece el número de personas que deben estar ahí.

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En el proceso de socialización se incluyó una reunión con la comunidad, otra con comerciantes y otra más abierta a ambos públicos, de donde salieron además los representantes para el comité que hará seguimiento a la obra.

De acuerdo con Mauricio Giraldo, la socialización continúa a la par de la ejecución de la obra, por eso durante esta semana acordaron reunirse con cada comerciante para resolver sus inquietudes.

Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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