A este reductor de velocidad en la Inferior nadie lo respeta

A este reductor de velocidad en la Inferior nadie lo respeta

A este reductor de velocidad en la Inferior nadie lo respeta

Un resalto de neopreno frente a una unidad residencial en El Poblado (Medellín) tiene a 2 familias desesperadas. El ruido que emite las llevó a pedir que lo cambien.

Un reductor de velocidad le quita literalmente el sueño a un par de familias de la unidad Surabaya, ubicada en la transversal Inferior con la loma de Los Balsos.

El resalto, como también se les llama a estos implementos, fue instalado en el marco de la construcción del paso a desnivel de este sector, cuenta Nancy Velásquez Yepes, administradora de la propiedad horizontal.

“El resalto lo pusieron, en un principio, para permitir que los vehículos pudieran salir libremente de Surabaya, pero luego lo retiraron. Nosotros lo volvimos a pedir, por el riesgo que hay a la salida de la unidad y nos pusieron un resalto que no cumple con la función que debería”, asegura Velásquez.

Contrario a lo habitual, que es construir un reductor en pavimento, la Secretaría de Movilidad instaló uno en neopreno, de menos de 10 centímetros de altura.

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Pero este no ha servido o, por lo menos, no como lo espera la comunidad. Tal y como pudimos apreciar, los vehículos que ascienden por Los Balsos y giran a la derecha para incorporarse a la transversal Inferior no están aminorando su velocidad, exponiendo a los habitantes de Surabaya a una colisión en plena salida de su unidad.
No es un problema de velocidad

El hecho de que los conductores de toda clase de vehículos ignoren el reductor es el menor de los problemas para los habitantes de esta unidad.

Darío Saldarriaga y Sonia Franco de Saldarriaga viven en una de las viviendas de esta propiedad horizontal. Su casa queda justo frente a la portería, por lo que pueden sentir lo peor de este resalto: el ruido.

Saldarriaga explica que reductores de este tipo son instalados con pernos expansivos que, al paso de un vehículo pesado, como camión, bus o volqueta, hacen vibrar el suelo. Inclusive durante la entrevista pudimos presenciar el paso de un camión que no marcó el pare y produjo un ruido molesto.

Doña Sonia, su esposa, cuenta que ese ruido lo escuchan desde altas horas de la madrugada, a tal punto que se despierta sobresaltada. Aducen que no hay una hora específica en la que haya más ruido, porque el tráfico de vehículos de carga y buses es una constante por esta vía.

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Sin recursos
El 23 de agosto del 2017, Velásquez, como representante legal de Surabaya, remitió una carta al director del Fonvalmed, César Augusto Giraldo, para que “cambien las condiciones del resalto ubicado en el costado norte de la parcelación” debido a que “no es respetado por los conductores, ocasionando dificultades para que los residentes salgan en sus vehículos”.

El 15 de septiembre de ese mismo año, la Secretaría de Movilidad, en comunicación firmada por Juan Gonzalo Álvarez, líder de programa, le informó a la administradora que “este elemento vial deberá ser retirado, actividad que ha sido aprobada y queda incluida en el programa que esta secretaría tiene establecida para el asunto”.

Velásquez solicitó una reunión ante ese despacho, en la que pidió que no retiraran el resalto, sino que lo cambiaran por uno de pavimento. Según la administradora, durante la reunión se llegó a un acuerdo para cambiarlo por uno tradicional.

Pero pasó el tiempo y el resalto nuevo no llegó. El 24 de enero de este año, Velásquez insistió en su requerimiento y, en respuesta, Juan Gonzalo Álvarez, de Movilidad, le expresó: “El problema que se presentó es la decisión del secretario de Movilidad de no ejecutar el contrato de resaltos que estaba programados para este año, por lo tanto, todas las actividades de construcción de resaltos se deberán posponer para otro momento”.

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El 5 de septiembre, Nancy Velásquez interpuso un derecho de petición en el que señaló que, además del ruido y el riesgo de accidentes, se habían generado grietas en las propiedades. De acuerdo con los Saldarriaga, uno de los testigos de estos daños ha sido el techo de su vivienda, que han tenido que reparar 3 veces en el último año por cuenta de las grietas que la vibración les causa a las tejas de barro, con las subsiguientes goteras.

El 9 de octubre, la Secretaría de Movilidad le informó a Velásquez: “Entendiendo que este resalto fue instalado para controlar el tráfico vehicular durante la ejecución de las obras, se consideró que la razón para su instalación ya no subsiste, por lo tanto, se concluye que es oportuno su retiro“.

La comunicación firmada por el líder de programa, Álvarez Henao, agregó que “a la fecha no se cuenta con contrato de resalto, lo que impide que se pueda materializar la formación de un resalto de tipo parabólico o circular en reemplazo del portátil actual de manera inmediata”.

“Queda pendiente la conformación de un resalto parabólico en restitución del que se retirará”, concluye la comunicación oficial dirigida a esta unidad residencial.

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Por Álex Esteban Martínez Henao
alexm@gente.com.co

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