Quejas por ruido en la calle 35
Vecinos del barrio Las Acacias en Laureles reunirán firmas con el fin de controlar la problemática del ruido que según ellos es generada por establecimientos comerciales de entretenimiento nocturno. Gente conversó con uno de los propietarios de estos negocios acerca de las estrategias que usan para trabajar sin causar perjuicios a los residentes.
Durante los últimos 20 años la calle 35 en Medellín se ha transformado. Pese a que siempre fue una zona residencial, la llegada del comercio no se hizo esperar para convertirse en una nueva avenida 33 o San Juan, situación que ha generado molestias entre los vecinos, especialmente por el ruido que generan los bares y licoreras de la zona.
Stella Marín, presidenta encargada de la Junta de acción Comunal de Laureles, explicó que “la gente está cansada de pedir ayuda a la policía y que no llegue por los fuertes ruidos que emiten estos negocios. Es como un toma y dame de cual establecimiento pone el sonido más duro y de un momento a otro no se volvieron a ver los controles de las autoridades”.
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Controles que según los vecinos servían para “que las personas no se quedaran consumiendo licor en el espacio público, ni llegaran carros con bafles grandes a rematar la madrugada”. Situaciones que según ellos auspician estos negocios de ventas de licor y entretenimiento nocturno.
“El problema no es comprar licor porque yo mismo lo he hecho para tomármelo en mi casa, los conflictos llegan cuando hay un espacio que propicia que se queden tomando en vía pública, cuando solo tienen autorización de vender para llevar. Sumado a la falta de efectividad de la policía que de un momento a otro dejaron de preocuparse por esto”, comentó Leonardo Rúa, habitante de las Acacias.
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“Controles sí se hacen”
Desde la estación de Policía de Laureles comentaron que constantemente atienden llamadas de los vecinos con requerimientos sobre quejas en diferentes zonas de la comuna 11 como la avenida 33, la calle 35 y la avenida Jardín, a la altura del primer parque del Laureles. “Principalmente es por exceso del volumen, consumo de alcohol y otras sustancias en vía pública y riñas”.
El pasado 27 de enero la policía hizo una solicitud de suspensión temporal por incumplimiento del horario y el uso del espacio público de una de las licoreras, en donde se les ordenó el cierre de la actividad comercial durante 3 días.
Además las autoridades indicaron que “si hay demoras en que los patrulleros lleguen al lugar para hacer control, estamos atendiendo otros casos de mayor prioridad en otras partes de la comuna. Estamos haciendo controles, visitas permanentes para que los establecimientos que trabajan en la zona cumplan con todos sus requisitos”.
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Los negocios no son siempre el problema
Gente habló con Duván Rodríguez Vanegas, propietario del bar La Guillotina, quien manifestó que “hay locales que no hacen las cosas bien y a todos nos afecta porque se empiezan a generalizar los problemas con los vecinos. Es una situación que es de ambas partes, necesitamos trabajar pero tenemos la responsabilidad de respetar el sueño de los vecinos”.
Este vecino inició su negocio como una licorera, pero desde hace 3 años se transformó en un bar para que pudiera ofrecer el servicio de ventas de licor y que la gente pudiera consumirlo dentro del establecimiento.
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“Tomamos la decisión de transformarlo precisamente para evitar estas problemáticas de consumo de licor en espacio público, que se tomen las aceras como orinales, entre otras. En muchas ocasiones quienes generan los ruidos, es el público que viene en vehículos, traen sus bafles y se hacen afuera de la zona residencial”, comentó el vecino.
A pesar de ser una zona de alta mixtura, donde se permite este tipo de establecimientos, la idea según Rodríguez “nunca será perturbar la vida de los vecinos porque conocemos el contexto de lo que significa Laureles. En muchos casos es falta de control por parte de las autoridades porque las condiciones no pueden ser iguales entre bares y expendios”.
Duván Rodríguez comentó que “la mejor forma de controlar esto es crear un espacio para sus clientes compartan un trago y evitar que tomen en la calle. No podemos responsabilizarlos por las personas que consumen licor en plena vía pública, eso ya es trabajo de la Policía”.
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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co
Fotos: Jaime Pérez