Vecinos de Laureles se quejan del ruido excesivo de algunos vendedores ambulantes
Opiniones divididas genera esta forma de vender en Laureles (Medellín). Mientras unos residentes aseguran que los comerciantes necesitan trabajar, otros creen que el ruido genera intranquilidad.
Era común escuchar al señor de los aguacates, mazamorra, tamales y helados. Sin embargo, desde que inició la cuarentena esta forma de vender productos se incrementó especialmente en la comuna 11 (Laureles Estadio) de Medellín.
Según los vecinos, ahora pasan vendiendo nuevos elementos como accesorios para celulares, lácteos, pescado, juegos de mesa, crucigramas y hasta prendas de vestir. El problema radica en que en muchos casos utilizan un megáfono para amplificar la voz, o colocan música, desde tempranas horas de la mañana, con el fin de atraer la atención de los vecinos.
“Desde las 6:00 a.m. comienzan a pasar los vendedores irrespetando el descanso de los residentes del barrio. Aquí en Lorena, en la carrera 80 con la calle 38, es muy grave porque es un punto de inicio. Estas personas pasan desde muy temprano, haciendo mucho ruido,algunos venden su mercancía en carros con parlantes grandes y otros utilizan carreta y megáfono”, contó el vecino, Eduardo Salazar.
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Y aunque la cuarentena ha dejado afectaciones económicas en las ventas y los vendedores necesitan salir a trabajar para buscarse el día a día, según algunos residentes de la comuna 11 no se está efectuando un control sobre la actividad para reducir el ruido o el horario en que transitan estas personas.
Para Andrea Gaviria, residente de El Nogal, “aunque la situación es molesta hay que entender la situación. Desde que estoy en mi casa haciendo teletrabajo pasan muchos vendedores durante el día, con sus parlantes y megáfonos, tanto es así que tengo que cerrar el balcón o irme para mi cuarto porque no puedo concentrarme”.
Así mismo, “una empresa reconocida de gaseosa está usando el perifoneo para promocionar sus productos en la comuna 11”, contó la vecina. Por su parte, Rosa Zapata, quien vende mazamorra en el sector desde hace 20 años, manifiesta que “la Policía nunca me ha puesto problema para trabajar o vender, yo canto para avisarle a los vecinos que llegué, pero no uso megáfonos o música porque entiendo que puede incomodar”.
Según la vendedora ella canta una o dos veces por cuadra, los vecinos compran y luego se va. “Hay algunos que sí ponen música muy fuerte, yo creo que pueden advertir o multar, pero no prohibir porque somos muchas personas que vivimos de vender en las calles”, añadió Zapata.
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Ante esta situación, el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, manifestó que “permanentemente realizamos controles en cada una de las comunas, con el fin de evitar que estos vendedores no cumplan con el aislamiento preventivo y más cuando no se respeta la tranquilidad de los ciudadanos”.
Según Camacho, la retención y control se hace bajo el decreto 1684 de 2013, el cual dice en uno de sus apartes: “Prohíbase en el municipio de Medellín el uso de carretas, carretillas o similares, al igual que el uso de altos parlantes, perifoneo, en el desarrollo de cualquier actividad con ventas estacionarias o ambulantes sobre el espacio público”.
Quien incumpla este decreto puede recibir una multa tipo 3, equivalente a $468.160 pesos, por perturbar la tranquilidad de la comunidad con ruido. Además se le podrá hacer la retención de la mercancía y la carreta, que podrán ser reclamados ante la subsecretaría de Espacio Público.
En lo que va de este año, la Policía ha realizado 296 comparendos, en la comuna 11 por exceso de ruido.
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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co