
Preocupa el maltrato infantil en Belén
Cristopher Ossa, el bebé de 16 meses que fue hallado muerto en un apartamento de la Loma de Los Bernal, tenía señales de ahorcamiento y una herida abierta en la cabeza, que presuntamente habrían sido causadas por su abuelo.
En declaraciones a medios de comunicación la mayor Andrea Rojas, jefe de la Policía de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana, afirmó que lamentablemente las autoridades estaban “conociendo mucho de estos casos de maltrato infantil” y por eso hizo un llamado a los padres de familia, para que sean más responsables con sus hijos y estén en contacto permanente con ellos.
Y es que el caso de Cristohper se suma a los 2764 reportes por violencia intrafamiliar que se registraron en la ciudad entre el 1.° de enero y el 29 de julio, según datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).
La comuna en la que más casos se han presentado es Belén, con un total de 263 reportes. Le sigue Robledo, con 229, y en tercer lugar se encuentra San Javier, con 228. En 495 (17,9 %) de los sucesos ocurridos en la ciudad las víctimas han sido menores de 17 años y el tipo de agresión más frecuente es la física, con un total de 343 casos.
Lina María Saldarriaga, directora de contenidos e investigación de Red Papaz (organización que trabaja en la prevención de riesgos para los menores de edad), explica que el fenómeno del maltrato infantil se define como todo aquello que pueda lastimar a los niños o vulnerar sus derechos, bien sea por acción u omisión. Este puede ser físico, sicológico, por negligencia o desatención y por abuso o explotación sexual.
En esta problemática, indica la experta, más que de causas se habla de factores de riesgo que pueden estar presentes en los papás o cuidadores (ellos también pueden haber sido víctimas de agresiones o, por ejemplo, estar relacionados con conductas delictivas), en el entorno en el que viven (si hay drogas, soledad o falta de vínculos afectivos) o en las características de los niños (como el hecho de que tengan necesidades físicas o sean difíciles de manejar para los papás).
Hay conductas que permiten sospechar del maltrato infantil, “están las características físicas, si ves a los niños constantemente golpeados o si están enfermos todo el tiempo, ahí te debes preocupar“, señala la sicóloga de Red Papaz, y añade que, por otro lado, están los comportamientos agresivos que presentan algunos niños y, en otros casos, el temor o las carencias afectivas que expresan desde su lenguaje corporal.
“Uno de los retos grandes que tenemos en este momento, con el hecho de que los papás trabajan, es el riesgo tan grande de dejar a los niños al cuidado de otra persona, entonces lo primero es que, si no es alguien de nuestra entera confianza, no deberíamos dejarlo”, dice Saldarriaga y enfatiza en que lo ideal es compartir un tiempo antes con esa persona para observar sus interacciones.
“Pero además les podemos preguntar a los niños, por eso hay que establecer una relación de confianza con ellos y darles pistas recordándoles que nadie les puede pegar o tocar sus partes íntimas”, dice la sicóloga, quien además es Ph. D. en Sicología del Desarrollo Infantil.
Los efectos del maltrato, según Saldarriaga, tienen que ver con que los niños comienzan a tener comportamientos de riesgo, que van desde la depresión o enfermedades de transmisión sexual (cuando se trata de abuso sexual), hasta trastornos de alimentación, ansiedad, consumo de sustancias sicoactivas, embarazos no deseados o incluso podría disparar la aparición de una enfermedad mental.
“El castigo físico también está mal, pero no es equivalente al maltrato, pasa a serlo cuando se vulneran los derechos de los niños. Hay mamás que lo justifican diciendo que a ellas también las reprendían de esa manera cuando eran niñas, pero la diferencia es que ahora sabemos algo que no sabíamos hace unos años y es que el castigo físico tiene consecuencias gravísimas para los niños que, en general, están relacionadas con el resentimiento, el miedo enmascarado y la inseguridad en las relaciones”, concluye la experta.
Por Jessica Serna
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