¿Don Aníbal piensa vender el tradicional bar Atlenal?

Posible venta del bar Atlenal en Envigado

¿Don Aníbal piensa vender el tradicional bar Atlenal?

El espacio, silencioso, y un Aníbal melancólico. El ambiente no es el mismo que ensordecía a ese Atlenal de los amores de Envigado, un bar que no se ha dejado derrotar por un virus invisible que se quiso llevar a su dueño… pero que no lo logró. Por desgracia sí pudo arrebatar la vida de su esposa, Rocío García, quien perdió la batalla contra el covid-19, a los 59 años de edad, el 22 de septiembre. Sin titubear y ya recuperado de la enfermedad, Aníbal Rojas dice que su negocio ya no será el mismo sin la mujer que lo acompañó por más de 42 años.

Foto: Edwin Bustamante

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Le piden que no se vaya

“Yo sin mi esposa para qué voy a luchar. Mi pensado es vender este negocio”, eso nos dice don Aníbal, pero hay algo que lo pone a dudar. “La gente me dice que cómo voy a vender el Atlenal si esto ya tiene cerca de 84 años de existencia, con 25 de esos años a mi cargo. No sé… lo cierto es que la partida de ella cambió muchas cosas”. Habla con seriedad de cómo superó el coronavirus, una experiencia inimaginable para cualquiera que haya pasado por esa tortura.

“Vi la muerte de cerquita y vivo muy agradecido con Dios de no haberme ido. Quedé solo, hoy vivo solo… pero batallando hasta que el de arriba decida”. Un año duro en todos los aspectos, económico y sentimental. “Menos mal mi familia y amigos me ayudaron a sostener el bar en la época que estuvo cerrado… sino hubiera sido también el final del Atlenal”.

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Aníbal mira hacia la calle, en el lugar donde su esposa se hacía con su carrito de perros, también reconocido por los vecinos del sector. La nostalgia lo invade y vuelve a repetir: “Es que ya no tengo por quien luchar y también quiero descansar de este trabajo. Ya ella se murió, mis hijos están grandes… entonces pa qué”.

Coge una cerveza y sigue contando anécdotas de este bar. Le preguntamos que si se ha estado cuidando después de superar el virus y él nos contesta: “Claro que me cuido… tomándome mis aguardientes que no falten”.  Y así él diga que quiere vender e irse, muy seguramente los envigadeños, esos de toda la vida, van a convencer a don Aníbal para que se dé otra oportunidad y permita que el municipio conserve este patrimonio que se niega a cerrar, pase lo que pase.

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Con nostalgia, Aníbal Rojas recuerda a su fallecida esposa.

Por: Daniel González Jaramillo
danielgj@gente.com.co

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