Mi misión es compartir lo que tengo con la comunidad

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Mi misión es compartir lo que tengo con la comunidad

Hacer un mapa mental del viejo Laureles y de la vida en él es, para Cecilia Villegas, la consecuencia natural de hablar de la casa que construyó su papá hace casi 75 años, la misma que desde hace 28, bajo el nombre de Academia Arte Libre, alberga más de una decena de caballetes, una veintena de estudiantes —cada semestre—, cientos de pinceles y miles de ideas que toman forma con el color. También, varios instrumentos de cuerda, un piano y un equipo de sonido que permanece en on para recordar que allí la música es, además de una posibilidad de aprendizaje, un elemento infaltable en cualquier proceso de creación artística.

“Después de la muerte de mi mamá, dos hermanos, pintores y caricaturistas, me propusieron montar una academia en esta casa, que fue en la que yo me crié”, dice con nostalgia, y añade que tiene vívidos recuerdos de la infancia y la juventud en el barrio, sobre todo “porque los vecinos éramos muy unidos. Aprendimos a jugar hockey o a montar en patines y en bicicleta juntos… Yo estudié en las Bethlemitas, y todo mi entorno era de Laureles”.

Como una prueba de sus recuerdos, Cecilia saca de un sobre las primeras fotos que se tomaron de la casa de la familia, mientras asegura que en los últimos años no han sido pocas las propuestas de compra del inmueble, pues está ubicado en plena avenida Jardín, dos cuadras antes del primer parque. Esas propuestas, afirma, no son alentadoras, “porque la plata sirve para comprar lo que uno quiere, pero yo ya tengo lo que quiero que es esta casa y esta academia. ¿Para qué más?”.

Allí, explica ella, la oferta de formación es variada, teniendo en cuenta que hay clases de pintura, dibujo, plastilina, escultura, técnica vocal, piano, guitarra, tiple y cuatro (entre otros instrumentos de cuerda); alternativas que se han ido incorporando en el calendario de acuerdo a las peticiones de los alumnos. “Antes, por ejemplo, no teníamos plastilina, pero nos llamaban con tanta frecuencia a preguntarnos si dábamos cursos, que al fin creamos ese espacio. También hemos intentado conformar un grupo de danza, pero ese sí no ha tenido éxito… Aquí todo depende de lo que nos pidan”.

“ Yo creo que todos en la vida nacemos con una misión, y la mía es aportar a la comunidad. Es mi mayor satisfacción”.

 

Las facetas de directora de la academia y de habitante fiel de Laureles no son las únicas que evidencian el amor de Cecilia por el arte y por el trabajo en comunidad, pues también forma parte de la Asociación Antioqueña de Acuarelistas, la Corporación Génesis (artistas plásticos) y la Federación Antioqueña de Artes.

Otra de las actividades que la apasiona es ser la guitarrista y una de las voces del grupo que lleva el mismo nombre de la academia, pues lo impulsó desde allí. “Aquí hay varios alumnos y profesores que han estado en coros, así que con ellos empezamos a hacer unas tertulias musicales en las que siempre terminamos cantando. Por eso, un día dije: ‘hagamos algo en serio’”, comenta, y agrega que de eso ya han pasado 5 años, varios conciertos en bibliotecas, asilos y escenarios de la comuna 11, y un disco que publicaron en 2015.

Todas los compromisos que aparecen en su agenda diaria, dice, tienen como motivación el desarrollo del barrio; un propósito por el que trabaja a través de sus habilidades artísticas. “Casi que las 24 horas de mi día están ocupadas por la música y la pintura”.

Por Laura Villamil.

 

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Fecha

Marzo 18, 2016

Categoría

Gente, Vecinos

Tags

artista, dibujante, educadora, emprendedora, laureles, mujer, pintora, vieja