“Emprendimos para pasar más tiempo en familia”

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“Emprendimos para pasar más tiempo en familia”

Después de trabajar 12 años en una cadena de supermercados, en la que tuvo varios oportunidades de ascender su último cargo fue jefe comercial —, Andrés López sintió que era el momento de rehacer los sueños, de ajustar las aspiraciones teniendo como prioridad a su esposa, Sandra Serna, y sus hijos Sara y Juan Andrés. “Llegué a un punto en el que sentí que el tiempo que pasaba con mi familia no era suficiente. Por eso, aunque siempre hubiera tenido el respaldo de la compañía para crecer profesionalmente, hablé con Sandra y me dio su apoyo para renunciar”, recuerda.

Al tomar esta decisión, hace 2 años, también quería darse la oportunidad de emprender: tal y como lo había anhelado con Sandra desde el inicio de su matrimonio, hace 10 años. Sin embargo, ni él ni ella tenían claridad sobre el tipo de negocio que querían crear. “Yo me había salido sin saber muy bien cuál era el horizonte, pero la motivación que nos dio la historia de vida de una mujer muy decidida a cumplir sus metas, y con la asesoría que nos dio una amiga, decidimos que íbamos a empezar a diseñar y comercializar regalos para las diferentes temporadas del año”.

Para ese momento, cuenta Sandra, quien es licenciada en educación infantil y trabaja en el programa Buen Comienzo, las clases de tarjetería que estaba tomando fueron el punto de partida, no solo porque fueron la primera línea de producto para los clientes, sino porque despertaron en su esposo un talento que hasta entonces había estado dormido: el de crear y darle significado a los objetos.

Esa habilidad, en cambio, sí se le había revelado a Sandra desde la infancia, mientras trataba de copiar a la perfección las tarjetas en pergamino que hacía su prima mayor. También, la había aprovechado en la adolescencia, para venderles a sus compañeras de colegio los regalos de “meses” para los novios, y durante la etapa universitaria, para hacer bisutería e intercambiarla por otros productos con sus amigas.

Con el disfrute por materializar todas las ideas de decoración, a esta pareja no se le hizo difícil ampliar el portafolio de Elogiare, como llamaron su emprendimiento (evocando el significado de esta palabra italiana, que es celebración). “Y en eso también nos ayudó mucho la gente, porque empezamos a escuchar qué era lo que querían”, dice Andrés, mientras Sandra lo complementa diciendo que esa personalización de los productos y las experiencias (como fiestas infantiles o desayunos) es lo que los diferencia, “porque les preguntamos a quién va dirigido el regalo, qué es lo que le gusta y cuál es el presupuesto que tienen para el regalo”.

Por esa labor, explican con orgullo, han podido ver cómo a través de sus creaciones se celebra el amor. Y no solo el que transcurre entre sus clientes y terceros, sino también el que sienten cada vez que se reúnen con sus hijos para pensar en cómo hacer feliz a alguien más. “Por eso estar en familia es lo que más disfrutamos de tener nuestro propio negocio”, concluye Sandra.

Por Laura Villamil.

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Fecha

Junio 1, 2016

Categoría

Emprendedores, Gente

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