12 años después: ¿Por qué cerró el Café Vallejo?

Este café de la comuna 11 cerró sus puertas

12 años después: ¿Por qué cerró el Café Vallejo?

Después de 12 años de ser uno de los mejores lugares para tertuliar y apreciar diferentes expresiones artísticas, el Café Vallejo, ubicado en la av. Jardín, cerró sus puertas. Gente habló con sus dueños quienes contaron anécdotas y contaron los motivos del adiós.

Nunca lo vimos como un negocio que dejara dinero, sino como un espacio donde se tomara buen café, mientras compartíamos con nuestros amigos”, fueron las primeras palabras mencionadas en la entrevista a Norelia Garzón, quien junto a su esposo Aníbal Vallejo, fueron los dueños del tradicional Café Vallejo.

Uno de sus sueños pudo hacerse realidad al tener durante varios años un espacio que hacía homenaje a aquellos cafés de la Medellín clásica, lugares fundados a principio del siglo XX que eran usados para tomar café y hablar durante horas, caso La Bastilla.

“Inicialmente nosotros hicimos el intento de montar el café en la Loma de los Bernal, cuando vivíamos en una casa finca. Fuimos de los primeros vecinos antes de las construcciones masivas. Sin embargo, nuestro sueño tuvo que esperar hasta que regresáramos a Laureles”, comentó Norelia.

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Al son de tangos y boleros cubanos, el café sabe mejor en vajilla de porcelana y como valor agregado la conversación con amigos sobre diferentes temas de la vida.

Cafés de la comuna 11

Esa era la esencia del lugar perseguida por aquellos vecinos que terminaban sus labores diarias y querían escapar de la rutina. No había pantallas para ver partidos de fútbol, tampoco era un lugar para hacer coworking y por eso dice la gente “era un café único que mantenía la tradición”.

Respetar las tradiciones

Transcurría el 2005 cuando Aníbal, Norelia y su familia regresaron a su natal Laureles luego de la construcción de las primeras unidades residenciales. Pasaron los años y Aníbal notó que el lugar perfecto para montar su café era la parte trasera del edificio Mandarín en la avenida Jardín. Allí construían 3 locales comerciales.

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En junio de 2011, con su inauguración, primó en el Café Vallejo el respeto por tomar el tinto local, ese de las fincas cafeteras antioqueñas que no cuenta con procesos industriales y que tiene un aroma particular a pueblo e historia.

Este café de la comuna 11 cerró sus puertas

Los conocimientos artísticos, apícolas, literarios, históricos y patrimoniales de ambos dueños permitieron que el café tuviera un clima diferente desde su preparación, la manera de servirlo, la amabilidad de la atención y hasta los eventos culturales que tenían. Todo era diferente en aquel sitio.

Con cariño y nostalgia, visitantes como Juan José Martínez, dicen que en Laureles no hay un lugar como este y no porque no pueda conseguir un buen café en otra parte, sino porque la esencia del lugar generaba una desconexión de la vida rutinaria.

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“La gente podía venir a trabajar con su computador y no había ningún problema. Sin embargo, el espacio era propicio para hablar de arte, cine, música, recordar historias y hacer nuevos amigos… El lugar era mágico”.

Café y arte

Aunque el propósito inicial de Vallejo era lograr una desconexión con las tecnologías, con el fin de generar armonía y empatía entre los amigos que los visitaban, con el paso de los días, la agenda cultural comenzó a marcar un hito en este lugar.

Este café de la comuna 11 cerró sus puertas

Así es como Garzón cuenta que “con el paso de los eventos fue llegando un público joven interesado por conciertos de piano, violín, presentaciones de libros, charlas con diferentes artistas, ciclos de cine, entre muchas otras actividades, que Gente reseñó en sus páginas por años”.

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¿Por qué cerraron?

Aníbal Vallejo le contó a Gente que “como todo en la vida tiene sus ciclos, el café también cumplió su propósito de vida. Y no es porque nos quebramos que cerramos, sino que las dinámicas del barrio y esta nueva generación han cambiado“.

Este café de la comuna 11

“Laureles se transformó completamente, perdió el concepto de identidad y comenzó a tener una población flotante, es decir, la misma gente ya no se apropia… Demostrando que con esto culmina un periodo”, señaló.

Llévese un recuerdo

Este sábado 15 de abril desde las 10 de la mañana el café realizará su última actividad con un bazar para vender algunos de los elementos y productos que eran utilizados para preparar el café o como decoración del lugar.

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“A la venta tendremos toda la cristalería, equipos de cocina y algunas mesas decoradas. También vamos a tener café empacado, cervezas y vino”, comentaron.

Por su parte, habrá algunos emprendedores invitados que tendrán en su muestrario diseño en madera, jabones artesanales, dibujos, muñecas de crochet, tejidos de macramé, antigüedades, cajas de colores, libros de segunda, entre otros.

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Por: Alexis Carillo Puerta
alexisc@gente.com.co
Fotos: archivo Gente

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