Con ‘Alzados en almas’, César ganó premios en festivales de cine en Europa
Alzados en almas fue la película con la que César Pérez Arboleda, excolumnista de Gente, participó y ganó en los festivales de European Cinema Festival y el Barcelona Internacional Festival Film.
En una pequeña maleta, César Pérez Arboleda echó sus sueños, una muda de ropa ligera, su cámara y un computador donde pudiera editar sus proyectos audiovisuales. Así fue como dejó su casa en San Bernardo (Medellín) y emprendió su viaje en 2014, con el propósito de recorrer el mundo y capturar por medio de su lente, las historias que iba encontrando.
Sin embargo, este productor y director de cine, que vivió durante varios años en este barrio de Belén, recuerda sus inicios cuando grababa documentales mientras estudiaba comunicación social y periodismo en la UPB.
“Todo inició en 1993 cuando desarrollé una investigación para mi tesis de grado y realicé un documental sobre paz, en el barrio Antioquia. A partir de ahí comencé a nutrir esta historia con más experiencias y fue una de las ideas primarias para la elaboración del largometraje Alzados en almas”, comentó Pérez.
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Como dice él, “tuve que pagar el precio de contar historias de paz en una sociedad en guerra”. Tuvo que dejar su hogar y partir hacia el Chocó, donde vivió aún más cerca la guerra entre paramilitares y guerrillas, allí le tocó recoger experiencias muy frías y devastadoras que deja la guerra.
Luego de varios trabajos audiovisuales y participar en campañas políticas, César Pérez tuvo la idea de recorrer el mundo en busca de historias para contar.
Fue así como en 2014 atravesó el Amazonas y llegó a Brasil, en donde realizó un documental sobre la pasión de los hinchas colombianos durante el mundial de fútbol. También hizo otro documental, esta vez en Argentina, cuando el club San Lorenzo ganó la Copa Libertadores, ese mismo año.
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Su brújula le seguía marcando al sur del continente y fue así como llegó a Uruguay, país donde decidió aterrizar el sueño que siempre había querido realizar y que, por varios factores, nunca había podido realizar: hacer su propia película.
“Cuando llegué a este país estuve asesorando más campañas políticas pero estaba un poco agotado de ese trabajo. Tuve la fortuna de conocer a mi bella esposa y tener una hermosa hija, son un gran soporte y fueron muy importantes en el desarrollo de esta idea”, manifestó Pérez.
Su proyecto de viajar por todo el mundo continuará pero ahora debe hacerlo en compañía de sus 2 amores.
Así nació ‘Alzados en almas’
“Después de tantas experiencias adquiridas pude comenzar esta historia en 2017 y terminarla en 2020. La rodamos en Medellín, en Urabá y otras escenas en Buenos Aires, Argentina, porque es una historia que relaciona agentes culturales como el tango, pero también cuenta realidades sociales como el reclutamiento de menores en la guerra y los falsos positivos”, señaló el director.
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Ante todas las adversidades y teniendo que acudir a los grupos de amigos para rodar, editar, musicalizar y realizar todo lo que trae hacer una película, sacó el proyecto adelante.
A pesar de que este director se presentó al Fondo de Desarrollo Cinematográfico y tocó puertas en el Ministerio de Cultura, no tuvo ningún tipo de ayuda y decidió financiar su propio proyecto.
“Con muy poco presupuesto, pero con mucho corazón, pudimos sacar esta historia adelante. Literal fue con las uñas, teníamos que saber de todo, dirigir, grabar, editar, buscar locaciones y muchas cosas más. Nuestro trabajo se ve recompensado por contar una historia interesante que mezcla muchos aspectos de la vida y muestra varias culturas”, explicó Pérez.
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Alzados en almas fue galardonada como la película con la mejor cinematografía, en el European Cinema Festival, y con el premio del jurado, en el Festival Internacional de Cine de Barcelona.
Estos reconocimientos los considera como “una palmadita en la espalda, es un mensaje de sí se puede y de que vale la pena todo el esfuerzo. Nos significa económicamente que en un futuro podamos hacer otra producción y realmente no me desvive ganarme premios, porque el reconocimiento más grande fue haber hecho mi película”.
La primera vez que este director hizo cuentas sobre el costo de hacer un largometraje, la cifra ascendía a 1 millón de dólares. Sin embargo, con 20.000 dólares, sin incluir los equipos, pudo desarrollarla.
“’No se preocupe por tener la mejor cámara sino el mejor relato’, fue lo que me dijeron algunos amigos”, recuerda César. Y fue así como se gestó esta historia basada en hechos reales ocurridos en Colombia y en Argentina.
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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co
