Padre e hija comparten su pasión por el arte

Padre e hija comparten su pasión por el arte

El amor por la pintura es el hobbie que Bryan Sánchez y su hija Candelaria comparten por eso, este artista y tatuador de El Poblado, adaptó un espacio en su estudio para que su hija dibuje junto a él y poder compartir tiempo para fortalecer la relación padre e hija.

Foto: Jaime Pérez

Desde pequeño Bryan Sánchez tenía claro que quería ser artista y padre. Actualmente ha cumplido sus dos sueños: ser artista y ser el padre de Candelaria, con quien comparte su pasión por el arte.  

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Bryan, vecino de El Poblado, comenzó a tatuar cuando terminó el colegio. El apoyo de sus padres fue fundamental para cumplir su sueño en una época donde el tatuaje tenía más tabúes de los que existen hoy día: “yo siempre dibujé mucho y desde los cuatro años supe que iba a hacer artista y nunca me tocó defender mi intención de ser artista porque mis papás me apoyaron, a pesar de que me iba a dedicar a hacer algo que no era bien visto porque se tenía la idea de que el tatuaje era para presos, delincuentes o prostitutas”. 

Foto: Jaime Pérez

El mercado tan hermético de ese momento fue el otro gran reto contra el que tuvo que luchar Bryan para poder cumplir su sueño de ser tatuador. Sin embargo, la perseverancia y el deseo fueron el motor de este artista para hacer realidad uno de sus dos grandes sueños porque, también desde pequeño, Bryan tenía claro que quería ser papá: “yo siempre quise ser papá”. 

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Bryan le agradece a la vida el haber cumplido sus dos sueños y que “el ser artista me permite pasar mucho más tiempo con mi hija, pues es fundamental para el padre compartir tiempo con sus hijos, ya que la maternidad es muy compleja y es muy común que el hombre normalice solo ser el macho proveedor, pero es muy importante hacernos cargo de la paternidad presente y amorosa para compartir tiempo con nuestros hijos, ya que el ser solo el proveedor también es un forma de machismo que promueve la idea de que la mujer debe estar en casa mientras el papá trabaja”. 

Foto: Jaime Pérez

En la búsqueda de Bryan para generar y fortalecer vínculos con su hija Candelaria, apareció el cine como primer gusto en común. Sin embargo, desde pequeña, Candelaria, comenzó a demostrar aptitudes y gusto por la pintura, “desde ese momento nos llamó la atención porque en un grupo de 20 bebés Candelaria disfrutaba mucho jugar la pintura, además le gusta venir a pintar a mi estudio incluso tiene unos manejos de armonía de color muy avanzados que para su edad sorprende”. 

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A pesar de que en clases de pintura le dicen a Bryan que su hija tiene la vena artística, este tatuador solo quiere que su hija disfrute cada etapa: “con Candelaria estoy aplicando lo que mis papás hicieron conmigo; mis papás creyeron en mí y me inscribieron en todo apostando que algo iba a ser entonces yo solo quiero que viva su niñez”. 

Foto: Jaime Pérez

El arte se ha convertido en el lugar donde Bryan y Candelaria comparten su pasión por el dibujo y su relación entre padre e hija. Por esta razón, Bryan adaptó un espacio en su estudio para que su hija dibuje con él.  

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Bryan agradece que su profesión también se haya convertido en un punto de conexión con su hija, por eso siente que “el arte es el regalo y la bendición más grande que pude recibir, poder vivir del arte es un regalo”.

Por: Andrés Bedoya

johanb@gente.com.co

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