Natalia le enseña a hacer una fiesta con su piel y sus sentidos

Esta vecina de El Poblado (Medellín), coach tántrica y terapeuta, se interesó por el tema hace 2 años. Conozca cómo llegó a este oficio.

Hacer el amor con uno mismo, según Natalia, es la clave para saber compartirlo con los demás. Eso fue lo que precisamente le enseñó al caleño que todos los días la escribe para agradecerle porque, gracias al tantra, su vida se transformó.

Antes de dedicarse a la sexualidad, Natalia Tobón estudió Administración de Negocios en la Universidad Eafit e hizo una especialización en Mercadeo. Durante más de 10 años trabajó en el área comercial del Fondo de Pensiones y Cesantías de Protección, hasta que se ocupó tiempo completo a manejar un negocio familiar, el de los caballos.

“En esa época ya había leído un poco sobre tantra, pero no conocía el tema a fondo. Sin embargo, hace 2 años Pablo Saldarriaga y Diana Nuñez, terapeutas en sexualidad somática, abrieron unos talleres en la escuela Código Erótico y, sin ninguna pretensión, allá me metí”.

Con ellos, asegura, abrió las puertas del tantra, entendió que esa era su misión de vida, así que comenzó a capacitarse. Asistió a un taller de 4 días con Andrew Barnes, un sexólogo tántrico australiano, y el año pasado, con la brasileña Paula Fernanda Andreazza, recibió su certificado como terapeuta tántrica y de sexualidad consciente.

A partir de entonces, y luego de participar en varios seminarios y talleres, Natalia montó un consultorio, hace terapias, comparte las técnicas, limpia el chacra sexual, dicta conferencias y talleres en varias partes del mundo y está escribiendo un libro.

“Definitivamente esto es un servicio, es enseñarle a la gente que hay otra vida. Las personas no saben nada de sexualidad, y las mujeres, en su mayoría, se quejan mucho de los hombres. Encontrar un buen amante es muy difícil, por eso muchas buscan entrar al tantra, pues están cansadas del sexo convencional y de cómo el hombre las trata, mientras que esto es más espiritual… hay más pasión, más energía”.

Asimismo, Natalia asegura que ella habla desde la experiencia, de hecho, el cambio que tuvo su vida sexual, personal y profesional fue lo que la animó a compartir el mensaje. “La gente que tiene una buena sexualidad nunca es infeliz, por eso, al ver que hay tantas cosas por aprender, que de pronto la mía tampoco era tan satisfactoria y que el tantra no te da orgasmos, sino éxtasis chamadico, dije: ‘Acá hay mucho por hacer’”.

Este oficio, como todos, requiere práctica y estudio constantes. Y eso es lo que precisamente hace esta vecina, para cada día poder transmitir sus conocimientos sobre ese ritual al cuerpo, ese que ella llama una “fiesta con tu piel y tus sentidos”, un intercambio de placer y energía que desgenitaliza la sexualidad; una forma, dice ella, de cambiar el mundo.

Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co