César embelleció los muros de Envigado

Este artista fue uno de los que plasmó sus obras en los sitios críticos de acumulación de basuras de Envigado. Conózcalo.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de cesar figueroa (@figueroainfinito) el 27 Mar, 2019 a las 8:32 PDT

Desde que tenía 2 años y vivía en una finca en Valledupar, César Figueroa se interesó por el dibujo. Retrataba en vivo, mientras que su papá se ocupaba de que nunca le faltaran los óleos, los pasteles o los carboncillos, y su hermano, estudiante de Arquitectura, le servía de inspiración.

Creció entre libros de historia del arte y un taller de diseño que sus tíos tenían en la capital vallenata. Allá aprendió a hacer vallas publicitarias y elaboró su primer mural, una propaganda de Coca-Cola. Esa fue su escuela.

Lea además: En Envigado buscan evitar puntos críticos de basuras con murales

Influenciado por la literatura, César tomó la decisión de caminar el mundo. A la semana y media de haber recibido su título de bachiller, estaba en la carretera “echando dedo”.

Visitó muchos lugares. A cada pueblo que llegaba vendía avisos y hacía retratos en carboncillo, “me gustaba la soledad, y el dibujo me lo permitía. Además, esos rostros de personas reales estaban llenos de historias”, cuenta.

Pero hace 21 años, la búsqueda de un aerógrafo lo trajo a Medellín…. Hasta que de pronto la ciudad lo envolvió y ese sueño de pintar una Harley-Davidson se hizo realidad en la Tacita de Plata. Durante mucho tiempo trabajó personalizando motos, por eso se quedó.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de cesar figueroa (@figueroainfinito) el 13 Feb, 2019 a las 6:32 PST

Paralelamente se cruzó en el camino con el tatuaje y vio en esa técnica una buena fuente de ingresos. Su primo, Javier Rodríguez, fue quien le enseñó.

Hizo también música, danza y teatro. En 1998 fundó el colectivo Juglares del Sueño y, junto a un grupo de jóvenes de diferentes disciplinas, realizó distintos experimentos artísticos. En 2006, Juglares del Sueño llegó a su fin, pero nació Narkografika, colectivo con el que pintó múltiples murales en Medellín, Bogotá, Cali, entre otras ciudades de Colombia e Italia, hasta que se independizó.

El tema principal de la obra personal de César es la búsqueda del paisaje interior. Allí combina la pintura con el taichí, técnica que él llama acto de vacío. Con ese performance ha ido a México, Estados Unidos y Brasil.

Sin embargo, a Envigado llegó gracias a un proyecto de Enviaseo operado por Lapropiaco, con en el que la entidad pública busca embellecer y prevenir los sitios críticos de acumulación de basuras, mediante la elaboración de 7 murales, de los cuales este artista ha hecho 3.

Luego de que la comunidad hiciera la socialización y expresara qué quería ver en las calles de su barrio, César buscó entre su maleta esos bocetos que se adecuaran a lo que anhelaban los envigadeños; “ellos querían naturaleza”, y él les dio más que eso: le dio color y vida a la Ciudad Señorial.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de cesar figueroa (@figueroainfinito) el 7 Abr, 2019 a las 11:13 PDT

Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co