La intolerancia le causó la muerte a una mascota en Laureles
Autoridades investigan el caso de envenenamiento de una perrita en el parque de La Matea. Al parecer, se han presentado varios episodios de peleas y malos entendidos entre vecinos porque algunos paseadores no recogen las heces de sus mascotas.
“Nada Justifica un Homicidio” era la iniciativa implementada por la Alcaldía de Medellín con la cual invitaba a respetar la vida de los ciudadanos y esperaba lograr una disminución en los casos de violencia en espacios sociales, deportivos y culturales.
Haciendo un símil a la vida del barrio, ninguna diferencia entre personas debería terminar como el caso de Blondie, aquella perra de raza Doberman que corría todos los días por el parque de La Matea y sus alrededores y que murió luego de intoxicarse con algún tipo de veneno.
Sin saber quién lo hizo o la manera en que se intoxicó, lo único que queda es la consecuencia de una discusión entre vecinos, un ser inocente fallecido, una familia amenazada y el dolor de un dueño por perder a su mascota. Mientras todo esto ocurre las autoridades investigan el caso.
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Por pecadores pagan justos
Caín y Blondie eran las mascotas de Sebastián Giraldo del Río, un vecino que reside en Las Acacias hace 23 años y que es muy conocido por la comunidad por siempre sacar a sus perros a La Matea.
Según él todo comenzó “cuando 2 de los inquilinos que viven en su casa le comentaron que una de las vecinas iba a envenenar a su mascota porque al parecer no limpió un popó que había hecho en la entrada del garaje”.
Por su parte, cuenta que el 17 de febrero “la señora me abordó y me amenazó diciendo que esperara y verá lo que le iba a pasar a mi perra”.
Esa noche Sebastián abrió la puerta de su casa para sacar a sus mascotas como tradicionalmente lo hace. Sin embargo, al rato Blondie vomitó, situación que lo percató de que algo no estaba bien.
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“Yo la escuché llorar y ya sabía lo que había pasado porque ya me la habían envenenado. Solo que esta vez el quejido no era tan fuerte. Fuimos con urgencia a la veterinaria esperando que me ayudara, pero Blondie estaba muy mal, sufría muchas convulsiones. Al final solo me dijeron que su sistema neurológico estaba muy afectado y solo le quedaba ponerle la eutanasia”, comentó.
Giraldo dice que “el bicarbonato de sodio solo fue un distractor, pero las amenazas fueron reales y mi perra terminó envenenada. Lo único que quiero es que se haga justicia”.
Una discusión que terminó mal
Nicolás Castañeda y su esposa Gloria Patricia Trujillo son una familia que viven hace más de 20 años en el barrio Las Acacias y quienes nunca se imaginaron el drama que vivirían por tener una discusión con el dueño de la mascota afectada.
“En la mañana del sábado 18 de febrero, 2 hombres tocaron a mi puerta, uno de ellos el dueño de Blondie, en estado de alteración y diciéndome que yo había envenenado a su perro. Yo no entendía lo que sucedía porque hasta hace un día llegaba de un viaje”, comentó el vecino.
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Resulta que su esposa utilizó bicarbonato de sodio en la acera de su casa, con el propósito de ahuyentar a las mascotas que hacían sus necesidades en el lugar y que lastimosamente, en varias oportunidades nunca fueron limpiadas por sus dueños.
“Usamos Veterina, pimienta, limón y bicarbonato de sodio, porque nos han dicho que son efectivos para evitar que los perros orinen en el lugar. Ellos vieron el bicarbonato en el suelo y pensaron que era veneno, pero no fue así, nosotros no atentamos contra la vida de ningún perro del barrio”, comentó Trujillo.
Cuenta Nicolás que miembros de la comunidad comenzaron a amenazarlo a él y a su esposa por presuntamente envenenar a Blondie con el bicarbonato de sodio que habían usado.
“Yo no creí que esta discusión llegara hasta este punto, hemos recibido amenazas porque la comunidad piensa que nosotros envenenamos a la perrita y no es así. Nosotros respetamos a las mascotas, solo pedimos responsabilidad a los dueños de limpiar”.
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Los problemas de convivencia entre ambas partes se presentan desde tiempo atrás, precisamente porque Nicolás manifiesta que su vecino saca a sus mascotas sueltas sin ningún tipo de supervisión y en repetidas ocasiones no recogía las heces de sus perros motivo por el cual se generaba una discusión.
“Un tema de convivencia se ha convertido en un problema grave de seguridad porque tras las amenazas hemos pensado en buscar para donde irnos”, señaló el vecino.
El panorama en La Matea
Gente conversó con Stella Marín, líder comunal de Laureles, quien manifestó que el parque La Matea ha sido un lugar tranquilo y seguro para que los paseadores lleven a sus mascotas. Sin embargo, la indisciplina de varios de ellos han hecho molestar a más de un visitante.
“Hay días que en cada zona verde hay un popó de perro que no es recogido, lo que genera mucho malestar. Hace falta más control y cultura por parte de los tenedores de perros. Qué más tiene que pasar para que tomemos conciencia”.
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Por estos días se ha evidenciado una disminución en el número de visitantes que llevan a sus mascotas a pasear al parque, mientras que los líderes comunales estudian la posibilidad de crear pacas digestoras donde se pueda utilizar el excremento de las mascotas para transformarlo en abono o las popacas, recientemente instaladas en Carlos E. Restrepo.
En manos de las autoridades
Desde la estación de policía de Laureles brindaron un acompañamiento permanente del caso tanto al vecino afectado con la muerte de su mascota como a quienes están siendo culpabilizados por la acción.
“Durante el plantón realizado en el parque de La Matea hicimos un acompañamiento a los participantes. De igual manera garantizamos el derecho de una manifestación pacífica y tranquila sin afectar la buena convivencia en el barrio. Además de proponer el espacio para que ambas partes tuvieran un espacio de conciliación”, explicaron.
Como la conciliación entre los vecinos no tuvo ningún efecto, se generó una demanda por maltrato animal y una contrademanda por calumnia, las cuales están radicadas en la Fiscalía.
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Desde esta institución Seccional Medellín le explicaron a Gente que “según la fiscal que lleva el caso, la investigación se encuentra en etapa de indagación y por ahora la información es reservada. En este momento hay varias órdenes a la policía judicial en trámite”.
Y el tiempo exacto para la resolución del conflicto dependerá “de los hallazgos y los elementos materiales probatorios que consigan los investigadores”.
Hablan los expertos
Por su parte, Paula Andrea Isaza, médica veterinaria de la Universidad de Antioquia, comentó que “el bicarbonato de sodio se puede usar en pacientes que presenten acidosis y se transmite vía oral. Generalmente los animales son muy tolerantes a su suministración porque no les gusta y les puede saber amargo, entonces a altas dosis no tiene tantos efectos tóxicos”.
“Lo que puede generar el alto consumo de bicarbonato es aumento severo de la presión y vómitos por su alto contenido de sal”, explicó Isaza.
Sin embargo, según la experta hay otros tipos de intoxicación que pueden presentarse con más facilidad cuando nuestras mascotas están en la calle como los venenos para roedores.
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La clave es reconocer a los demás
Para que los individuos de una sociedad se relacionen se deben educar en la posibilidad del reconocimiento del otro. Saludar u observar no son sinónimos de reconocer. Por el contrario, es necesario colocar al otro en mi vida, implicando el respeto por las diferencias en las maneras de percepción, opinión, crianza, cultura.
Uno de los problemas es no poder llegar a acuerdos frente a dificultades que se presentan cuando vivimos en sociedad.
En ese sentido, ante las diferencias tomamos represalias contra los bienes del otro, su carro, su mascota, sus bienes, su espacio, porque no somos capaces de enfrentarnos, de resolver las situaciones frente a frente.
Culturalmente desde nuestros hogares nos han enseñado a no dejarnos derrotar por los demás. Culturalmente nos enseñaron a ser la sociedad del tropel.
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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co