
Medalla honorífica a docente de la UPB
El docente, escritor, conferencista y periodista José Guillermo Ánjel Rendó recibió la Medalla Per Christianus Est Humanismus, por contribuir al humanismo a través de su literatura y sus acciones. La Universidad Católica Luis Amigó fue la institución que le otrogó esta Medalla, en su Acto de Reconocimientos y Distinciones 2022.
¡Felicidades, @memoanjel!📖❤️🖤 Nuestro docente de la Escuela de Teología, Filosofía y Humanidades, recibió la Medalla Per Christianus Est Humanismus, por contribuir al humanismo a través de su literatura y acciones, otorgado por la @uluisamigo
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Memo habla despacio, tranquilo, sin afán, como en sus clases y como es siempre: enseñando. En esa actitud doctrinal, pero humilde, casi paternal, que refuerza con cada ‘mijo’ que me dice entre sus palabras para mantener viva mi atención.
Y es que es imposible no divagar al escuchar este hombre de 69 años que habla con una sabiduría que seduce, educa e ilumina.
A Memo le han hecho muchos reconocimientos, todos muy bien merecidos, y en este caso fue la Medalla Per Christianus Est Humanismus que le otorgó la Universidad Luis Amigó, pero el mayor reconocimiento es el cariño de la gente. Personas que al verlo caminando o sentado por ahí, se acercan con la autenticidad y el interés verdadero de saber cómo está a quien consideran, por antonomasia, el verdadero catedrático.
Con Memo nunca se habla sobre una sola cosa, es imposible. En esta ocasión la excusa fue la Medalla, el tema, la vida, el ser humano, para conversar con quien fue mi docente, ahora mi entrevistado, pero, por sobre todas las cosas, quien siempre será un maestro, mi maestro…
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¿Qué significó recibir la Medalla Per Christianus Est Humanismus, por contribuir al humanismo a través de su literatura y sus acciones?
“Para lograr entender el término de la condecoración recurrí a un profesor de latín y a Google. Según este último, la frase traduce: ‘eres un humanista cristiano’, pero el profesor creó algunas acepciones como: se es humanista siguiendo el cristianismo o por el cristianismo vas al humanismo.
Se sabe que el latín es una lengua que, además de los romanos, Cicerón, por ejemplo, también pasó por Erasmo de Rotterdam y por el mismo Baruj Spinoza, acusado de usar un latín macarrónico, algo así como falto de buena gramática.
Lo que sí queda claro es que a través de valores y principios morales se llega al humanismo y esto me gustó porque significó para mí no estar equivocado.
Así que le agradezco mucho a la Universidad Luis Amigó el haberme dado este punto de apoyo y este ejemplo de tolerancia, pues, yo soy judío”.
¿Qué es el humanismo?
“El humanismo es el conjunto de principios y valores que nos permiten no tener miedo en el mundo. Es decir, son la moral, aquella costumbre buena que no causa dolor y por ello permite estudiar, reflexionar, trabajar con los demás y convivir en estado de dignidad.
Siendo humanos, y cada vez hay menos humanos, la vida cobra significado como única oportunidad que tenemos. Y la vida es buena sí nosotros somos buenos.
El bien no es una tontería, supera a la felicidad, pues me permite estar en la realidad y trabajar en ella”.

“La vida es buena sí nosotros somos buenos”. Foto: Camilo Suárez
¿Cómo se puede contribuir al humanismo?
“Siendo humano, es decir, diferenciándose del animal que siempre tiene miedo. Y para ser humanos, contribuimos todos los que creemos en la vida, en el conocimiento, en la bondad, en el Yo-Tú buberiano, en las manos como herramientas y en la palabra como elemento de confianza. Le contribuyo al humanismo cuando entiendo que lo que yo sé también le puede servir a otro y entonces lo enseño”.
¿Actualmente se lee sobre humanismo o toda obra tiene una parte humanista?
“Toda buena obra (en especial los clásicos antiguos y modernos) contiene la humanidad.
En un buen libro está el hombre en sus variadas condiciones, en el bien y en el mal, en el vivir y el sobrevivir, el caer y levantarse, el denunciar y levantar la cabeza. Un buen libro nos dice cómo ser humanos o por cuál camino perder la humanidad. Vida y destino, de Vasili Grossman, es un buen ejemplo”.
Cada que escribe, ¿qué piensa lograr con sus textos?
“Cada vez que escribo un cuento, una novela, un ensayo, pienso en la necesidad de vivir. Y para resolver esta necesidad, razono, me río a veces, y planteo obstáculos y metas. No escondo nada, pues si lo hiciera no me estaría viendo y sintiendo vivo.
Lo que si evito es la violencia, no me gusta. Y si bien está ahí, hay cosas más interesantes de qué hablar. Por ejemplo, me interesa más la historia de un fundidor que alea metales en un horno, que la de un asesino que comete un crimen y después huye”.
¿Se puede transformar el mundo a través de la literatura?
“La base de la transformación del mundo es la familia, de allí sale lo bueno y lo malo. La literatura solo es testigo de lo que pasa y puede pasar.
Ya, en esa escritura, el lector se confronta, reflexiona y toma decisiones para su vida. Pero aclaro; sé de lectores que son malos y de otros que se han vuelto más bondadosos y sabios. Los libros son amigos, pero también cómplices”.
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¿Se considera un humanista?
“Sí, soy humanista porque me gusta vivir tranquilo, aprovechar los tiempos para profundizar en lo que me interesa: la historia, las ciencias naturales, el mundo de las ciudades, y tener buenos amigos.
En este humanismo la comida me sabe bien, duermo más de ocho horas, evito la envidia, trato de querer y que me quieran y sé de que a cada uno su parcela.
La libertad es mejorar lo que yo hago y ser consecuente con mis orígenes. Y saber que en la lejanía alguien me espera para darme un abrazo, como decía Walter Benjamín”.
La educación y la difusión de conocimiento fueron fundamentales para expandir el humanismo, ¿sin educación no se puede ser humanista?
“Creo que no. Una cosa es la educación (mostrar el camino para vivir) y otra el entrenamiento o amaestramiento.
Con la educación nos hacemos sensibles y creativos, amables y generosos. Con el entrenamiento solo hacemos cosas sin saberles la razón, los efectos marginales y la entropía que se genera”.
¿La cultura hace al hombre o el hombre hace a la cultura?
“La palabra cultura es de dos vías: es la semilla que hace a los seres humanos y a la vez los hombres y mujeres crecen la cultura. La cultura es una base, pero no un ser estático. Es una herencia que recibimos para mejorarla, ampliarla y ajustarla a los tiempos.
Soy humano porque me hicieron culto, y sigo siéndolo porque he ampliado esa cultura, que es la de la creación y el no miedo, la de saber que pertenezco a la biosfera y soy útil a la que vivir dignamente sea un derecho”.
¿Con qué faceta se queda: docente, escritor, conferencista?
“Me quedo con una: ser humano. En esta palabra caben las tres anteriores”.
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¿Quién es Memo Ánjel?
Escritor colombiano de origen sefardí (judío español). Nació en Medellín en 1954. Es comunicador social – periodista de la universidad Pontificia Bolivariana y doctor en Filosofía de esa misma universidad. Tiene una columna en el periódico El Colombiano y produce el programa radial ‘La otra historia’, en su ciudad de origen.
Trabaja como profesor universitario en la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad Pontificia Bolivariana. Igualmente es profesor catedrático del departamento de Historia de la Universidad de Antioquia. En el año 2005 ganó la beca de Arista en residencia del Berliner Kúnstlerprogramm del DAAD (Deutscher Akademischer Austauschdienst)y estuvo viviendo un año en Berlín.
Algunos de sus libros: La luna verde de Atocha (novela, 2007); La casa de las cebollas (novela, 2010), Libreta de apuntes de Yehuda Malaji, relojero sefardí (Ejercicios de imaginación sobre la conformación de los pecados, 2011), Zurich es una letra álef (novela, 2012), Tanta gente (novela, 2013), El tercer huevo de la gallina (novela, 2014) y Cuentos judíos: los viajeros (cuentos, 2017).
Por: Andrés Bedoya
johanb@gente.com.co