Los ‘pasteles mafiosos’ llegaron a Simón Bolívar
“Los pasteles mafiosos” o “los pasteles pa’ almorzar”, así le dicen algunos comensales a los productos de doña Beatriz.
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Son muy pocos los vecinos de Florida Nueva (Medellín) que van a comer pastel a Simón Bolívar. “Queda muy lejos”, dicen las señoras que pasaban después de entrar a misa.
Ya son 45 días en los que Beatriz Carvajal no está con su gente, su familia; con esas personas que le dieron la oportunidad de emprender, sacar sus hijos adelante y darle forma a lo que fue El Templo de Los Ricos Pasteles.
Y no es que se haya acabado, sino que ese sustantivo que designa a un lugar sagrado ya no está. “Es un lugar muy pequeño y me da pena con los nuevos vecinos”. Ahora solo se llama Ricos Pasteles.
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Cuando Beatriz Carvajal hablaba con algún habitante de Florida Nueva nadie entendía de qué se trataba, pareciera que de aposta estuvieran conversando en clave.
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Pero no era así, ella conoce tan bien a la gente de esa zona que no necesita que le digan explícitamente qué quieren comer o llevar para el desayuno.
¿Cómo no? si hace 17 años, en una Semana Santa, ella y su esposo sacaron tímidamente una mesita metálica con 20 pasteles para ofrecerlos a quienes pasaban por la puerta de su casa, luego de asistir a las actividades religiosas de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes.
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“¡Y, oh sorpresa! Ese día los vendimos todos en la primera procesión”. Desde entonces el negocio, que luego de un par de meses abrió un local ahí mismo con todas las de la ley, se convirtió en un icono del barrio.
“Muchos vecinos crecieron y otros envejecieron comiendo pastel de pollo con verduras, jamón y queso y arequipe”. De hecho, hoy por hoy los “clientes de toda la vida” siguen pidiendo esos mismos sabores (que fueron los primeros) aunque en la carta ya haya más de 50 productos.
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El tamaño (12×12) no es lo único llamativo de estos pasteles, el hojaldre y el relleno también son protagonistas. “La bola creció y hasta ahora los ha probado gente de todas partes de Medellín, Envigado, Sabaneta y Bello”.
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Los clientes “dicen que es un almuerzo completo porque hay de camarones, cañón, carne de hamburguesa, pollo, maicitos y queso; jamón ahumado, queso y tocineta; lasaña de pollo y de carne; entre otros”.
De los dulces las personas prefieren el de arequipe tradicional, arequipe y nueces y arequipe, guayaba y brevas.
“Antes de que nos encerraran por el coronavirus fue un muchacho a Florida Nueva preguntando por mí, que porque los papás lo traían acá cuando era pequeño: “Vea yo me casé, tuve hijos, viví en Suiza y volví ¿Sabe cómo le decíamos nosotros a ustedes? Los pasteles mafiosos, por grandes”, y como él decenas de personas que se acercaban a recordar sabores, anécdotas y familiares que ya no están”.
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Doña Beatriz no es una experta cocinera. Sin embargo, para muchos esta mujer de 60 años hace los mejores pasteles de la ciudad.
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“Aprendí por necesidad, para sacar adelante a nuestros 3 hijos. La que me enseñó la técnica y la receta fue una señora de Belén, especialista en repostería, y no me cobró ni un solo peso”.
Cada producto es elaborado de manera artesanal: “Nosotros hacemos el hojaldre con las manos, calamos la piña con la receta de mi mamá y asimismo hacemos la zanahoria, la arveja, la carnes, todo… Eso es lo que nos hace diferentes”.
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Por eso para los comensales es normal llegar a preguntar por un pastel y que doña Beatriz o Ángela, su ayudante, le digan que “no hay pero que si no tiene afán se lo preparan y se hornean en un momentico”.
UN NUEVO AMANECER
En medio de la pandemia los dueños de la casa en la que hace 17 años nació El Templo de los Ricos Pasteles le pidieron a doña Beatriz y a su esposo que desocupara.
No les fue fácil irse ni despedirse. Sin embargo, desde finales de abril el negocio está ubicado cerca al Colegio Corazonista (carrera 84 N° 35-116, Simón Bolívar).
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“El cambio ha sido drástico, brutal y aplastador, es comenzar de cero, acá somos colonizadores, es un sector residencial y vía principal, sigo con nostalgia y depresión, pero la idea es salir adelante”.
No les permitieron poner el aviso de para dónde se iban, pero muchos vecinos han ido comer pastel o han pedido de domicilio, pues hay personas no la abandonan ni a ella ni su sazón.
LOS FAVORITOS DE LOS CLIENTES
Aunque muchos se declaran fanáticos del pastel de arequipe y del pastel de guayaba (2 de los más vendidos en el negocio de doña Beatriz), muchos llegan pidiendo los de sal para el almuerzo.
Esta vecina de Laureles nos cuenta cuál es el top 3 de los pasteles más apetecidos por sus clientes:
1. Pollo al vapor adobado en finas hierbas y salsa de antipasto hecha en casa.
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2. Jamón, queso mozzarella y piña calada hecha por doña Beatriz.
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3. Cañón de la mejor calidad y hecho con receta de abuela.
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Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co