Belén es la casa de la Liga Antioqueña de Origamistas

Belén es la casa de la Liga Antioqueña de Origamistas

Belén es la casa de la Liga Antioqueña de Origamistas

La Liga Antioqueña de Origamistas, un grupo de aficionados a crear figuras con papel, se reúne semanalmente en Belén.

Elizabeth Montoya conoció el arte del origami cuando era una niña. Crear figuras doblando papel era la forma en que su abuela solía castigarla, lo que tal vez no imaginaba es que pliegue tras pliegue la hoy presidenta de la Liga Antioqueña de Origamistas (Lao) se iría enamorando de esta práctica milenaria de origen japonés.

Dos años después de haber ejercido su profesión de laboratorista dental, se dio cuenta de que ese pasatiempo también podía ser una fuente de ingresos. Esos fueron los inicios de su marca Elimón y luego, la Liga Antioqueña de Origamistas, que conformó junto con un grupo de amigos hace ya 18 años.

Hoy esta liga tiene su taller en un apartamento del barrio Aliadas, donde se reúne cada sábado, a partir de las 2 de la tarde, para intercambiar ideas y desarrollar proyectos. El lugar fue cedido por uno de los integrantes y está exclusivamente dedicado al origami. Así se muestra en los cuadros, los móviles y las flores que adornan la casa; también en los armarios, donde hay pliegos de papel y camisetas distintivas de las convenciones a las que han asistido, y en la biblioteca, donde guardan una selección de libros dedicados a esta práctica.

Cada uno de los miembros llegó al grupo de manera distinta, pero siempre atraído por la creatividad, la concentración, la paciencia y la precisión que se incentivan con el origami. Ana María Ramírez, por ejemplo, se interesó cuando conoció el puesto que Elizabeth tenía en el San Alejo del parque Bolívar. Hasta allí iba a pedirle que le diera clases, pero ella solo daba talleres a niños. Finalmente accedió a enseñarle, y en el año 2000 esta licenciada en Educación Infantil terminó siendo cofundadora de la liga. Aunque se dedica al área financiera, dice que el origami es su forma de desestresarse y entretenerse.

En eso coincide Gabriel Castro, un profesor de Tecnología e Informática que incluye en sus clases algunas figuras de lo que él llama “origami útil”. Él asegura que esa es una forma de desarrollar en ellos la motricidad, el asombro y las emociones, y lo evidencia en la alegría de sus alumnos cuando ven lo que pueden lograr con el papel.

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Castro fue otro de los miembros fundadores de esta asociación y se ha caracterizado por no seguir solo las figuras tradicionales que aparecen en los libros. También se ha dedicado a crear y eso le implica la tarea de diagramar en el lenguaje del origami. Ha creado más de 10 figuras, que incluso han sido publicadas, la última de ellas es una estrella a la que llamará “Gabocastar” y que presentará en la convención de noviembre próximo en Ciudad de México, a la que viajará con sus compañeros de la liga.

Entre los diversos profesionales que conforman la liga está José David Martínez, un jefe de ventas que se unió en 2008 y confiesa que antes de conocer este arte robaba flores de los jardines para regalarlas, pero ahora es él mismo quien las fabrica. Dice que esta es una actividad aplicable a cualquier momento de la vida, que le ha permitido compartir tiempo con sus 2 hijos. Ellos no solo lo acompañan a las reuniones sabatinas, sino también a las convenciones.

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Los viajes internacionales comenzaron en Argentina, donde estuvo estudiando Andrés Velásquez, otro integrante de la liga. Este comunicador social llegó al grupo en 2006 y fue el enlace de la invitación que le hicieron a Elimón, hace 2 años, para participar en una convención de la Asociación Argentina de Origamistas, adonde la siguieron también los demás miembros de la Lao. También estuvieron aprendiendo y dictando talleres en Nuevo Léon, México, donde los apodaron Elimón y los orimosqueteros.

El vínculo entre estos amigos va más allá del arte. Y eso lo demuestra Ramiro Molina, un distribuidor de papel que también integra la liga. Él describe este grupo como una cofradía, que en sus reuniones de cada semana no escatima en tiempo y puede quedarse hasta las 8 de la noche entre pliegues y charlas. Por eso, aunque se dedica más a asesorar al grupo en cuanto al uso del papel, no duda en ayudar cuando hace falta apoyo con las figuras básicas.

Otros de los eventos separados en la agenda anual de la liga son las convenciones de Cali y Bogotá, donde asisten a capacitaciones, talleres y también a competencias, como la llamada chocorigami, típica en Colombia, en la que abren chocolatinas Jet para construir a partir de envolturas la figura que sale en las laminitas.

Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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