La lectora de los pacientes con cáncer

La lectora de los pacientes con cáncer

Al fondo del pasillo se escuchaba la voz dulce de una mujer, como si fuera una mamá leyendo cuentos a su hijo antes de acostarse. Nos encontrábamos en el segundo piso del Hospital Manuel Uribe Ángel de Envigado, espacio en donde se realizan quimioterapias a pacientes con cáncer; pensaría uno que el panorama no era muy alentador. Pero al contrario. La energía que salía de estas habitaciones trascendía a otra visión de la vida, como una contundente enseñanza para valorar cada cosa que vemos y tocamos.

Aquella voz femenina continuó su relato. Se trataba de una narradora de textos de la Biblioteca Débora Arango, quien cada lunes, en articulación con la Alcaldía de este municipio y Comfenalco Antioquia, llegan al hospital para llevar esperanza a los enfermos de cáncer, a través de la lectura.

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Libros terapéuticos

En una de las habitaciones, alrededor de 7 pacientes, escuchaban atentamente la narración de un cuento mientras recibían su tratamiento. Muy participativos, estos vecinos resaltaban el valor de la esperanza y la vida.

“Es abrir el cajón del positivismo, abrir la mente y volar como pájaros para que podamos estar bien”, comentaba uno de los pacientes cuando se le preguntó sobre la moraleja de uno de los textos.  “Es una estrategia llamada ‘Extensión bibliotecaria’, que consiste en llevar los programas y servicios de la biblioteca a los diferentes barrios de Envigado, en especial al personal hospitalario”, explica María Victoria Zapata, promotora cultural de la Biblioteca y Parque Cultural Débora Arango.

Dicho programa viene desde el año 2018, suspendido en épocas de pandemia por la emergencia sanitaria, pero con un regreso feliz a estos pasillos del hospital y así compartir con los vecinos que reciben su tratamiento contra el cáncer.

“La lectura nos ha demostrado que es una terapia efectiva para estas personas que tienen una lucha diaria con su enfermedad. Ellos nos han expresado lo agradecidos y felices que se sienten cada vez que llega el día lunes y pueden escuchar las diferentes narraciones”, agrega María Victoria.  Tal es el caso de Jenni Buitrago, paciente y vecina del barrio Uribe Ángel, quien se ha disfrutado estas jornadas de lectura como nunca antes.

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“Yo estuve muy mal. Los médicos me daban muy poco tiempo de vida, pero me he ido recuperando y sintiendo mejor, también gracias a los amigos que uno hace acá y a estas actividades que generan tanta paz”. A Jenni se le nota que es una mujer activa, conversadora y con muchas ganas de vivir. Nunca pierde su sonrisa a pesar de las duras quimioterapias.

“Tengo a mi esposo y a mis dos hijos, uno de ellos también tuvo cáncer. Esta enfermedad ha marcado mucho a mi familia y por eso la luchamos todos los días. Pero eso nos ha dado fuerzas para seguir adelante con toda la actitud”.

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La vecina expresa que, como decimos los paisas, se ‘amaña’ mucho con las jornadas de lectura porque se desconecta de una realidad que se torna dura ante los ojos de mucha gente. “La lectura nos lleva a otro plano, nos desconecta y permite que nos encontremos con grandes amigos que también están pasando por dificultades en su salud”, agrega Jenni.

Johana Saldarriaga, directora general de la Biblioteca Débora Arango asegura que “la lectura en voz alta aporta a los pacientes un momento placentero que los hace desconectarse de la rutina de su tratamiento para recibir, a través de las palabras, un mensaje que acompañe su estancia en este lugar”.

Y es como un efecto en cadena que no solo da bienestar a los enfermos. El personal médico también se involucra en estas jornadas y, con sonrisas, ven como sus pacientes van respondiendo al tratamiento gracias a las letras.

Con el regreso de esta estrategia, en lo que va de este año, se ha logrado acompañar a más de 80 pacientes con cáncer, quienes han visto avances significativos en su proceso. “Esperamos que el programa se extienda a otras patologías y que podamos ayudar a muchos pacientes, con diversas enfermedades, que necesitan estos momentos de esparcimiento”, comenta la Promotora Cultural.

Las lecturas seguirán cada lunes, a partir de las 10 de la mañana y hasta las 12 del medio día, un pequeño espacio que se convierte en un importante bálsamo para quienes quieren ganar la batalla, también, con la ayuda de un buen libro. ¡Adelante, siempre!

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Por: Daniel González Jaramillo
danielgj@gente.com.co

Fotos: Julio César Herrera

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