Tres papás cuentan cómo han vivido la pandemia

La pandemia, un reto para los papás

Tres papás cuentan cómo han vivido la pandemia

Para ellos la paternidad es una combinación de diversión, responsabilidad y amor que este año transformó muchas de sus rutinas en nuevos aprendizajes.

Las medidas y restricciones de cuenta de la pandemia por covid-19 transformaron las rutinas de todas las personas, con cambios que implicaron diferentes retos, bastante sentidos en especial por los padres de familia.

No es sencillo continuar con los trabajos profesionales, pasar mucho más tiempo en el hogar y a la vez encargarse de las labores de la casa y apoyar a los niños con sus deberes del colegio en la virtualidad. Por eso este mes, a propósito de la celebración del Día del Padre destacamos las historias detrás de esos papás en tiempos de pandemia.

El chef Gustavo Milossi, el médico pediatra intensivista Camilo Jaramillo y el representante de artistas Sebastián Vélez nos cuentan sus experiencias sobre la paternidad en medio de este año tan singular.

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“Mi hija necesita más tiempo conmigo y yo necesito más tiempo con ella”

Gustavo Milossi es el cómplice de su hija de 7 años Valentina, quien sueña con ser youtuber. Juntos cocinan, ven películas, graban videos y hasta, en ocasiones, se visten igual. Para ella fue difícil asumir las medidas de la pandemia, dejar de ver a sus amigos y pasar su cumpleaños en casa, pero para Gustavo fue más difícil al estar lejos.

Cuando comenzó la pandemia, su trabajo de chef le exigía viajar constantemente a diferentes destinos. “Me fui antes de que empezaran las medidas, me despedí porque me iba un mes a trabajar y no volví casi por 11 meses. Todo estaba cerrado y no podía viajar. Fue muy duro, lo viví con culpa, también por no poder apoyar a la mamá. Traté de hacer lo mejor posible a distancia, comunicándome a diario”, dice.

Precisamente, para mantener esa conexión con Valentina, tan importante para ambos, cuando está por fuera Gustavo le envía fotos y videos de los lugares que visita y le habla a diario y esta misma estrategia fue clave durante el tiempo en que la pandemia los separó.

De esa experiencia de estar distanciados, sin duda lo más grato fue el reencuentro. “Siempre la sorprendo cuando llego de viaje. Al verme salió corriendo, nos abrazamos y lloramos de la emoción”. Ahora, justamente para pasar más tiempo con ella, emprende otros proyectos que se lo permitan, “mi hija necesita más tiempo conmigo y yo necesito más tiempo con ella”.

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“El acompañamiento no es negociable”

Por su trabajo como médico subespecialista en Cuidado Intensivo Pediátrico, para Camilo Jaramillo la pandemia significó un doble desafío.

Sus jornadas se intensificaron en todo aspecto, no solo en la UCI pediátrica donde trabaja, en la que mes a mes crecía el número de pacientes con sospechas por casos de infecciones respiratorias, sino también en su casa con la nueva responsabilidad de acompañar los estudios virtuales de Lucía, su hija de seis años.

“El día a día se hizo más laborioso. Estar expuesto a los hospitales y a la posibilidad de llevar la infección a casa fue una angustia para todos los médicos. Mi esposa también es pediatra, neonatóloga, entonces irnos de la casa no fue una opción para nosotros. Esto nos impuso una rutina muy rigurosa de autocuidado, no solo en el hospital sino al llegar a casa y tratar de enseñarle eso a Lucía. Igual, los niños son más juiciosos que nosotros, nos dan lecciones tremendas”, comenta.

Así, esos protocolos que se implementaron en la UCI pediátrica también llegaron, en su medida, al hogar de Camilo. Todo implicó muchos esfuerzos, desde esos nuevos cuidados y responsabilidades y, en especial, desde el abordaje de la virtualidad como metodología de educación en la que los niños necesitan el constante apoyo de sus padres. Como él mismo lo afirma, en estos casos “el acompañamiento no es negociable”.

Ser papá llevó a Camilo a cambiar sus rutinas —que también son distintas por sus turnos nocturnos en el hospital— pero también lo llevó a disfrutar muchísimo más las cosas: “Se aprecia más lo cotidiano, es volverse a preguntar cosas, se abre una dimensión muy pura, sin el sesgo del ‘adulto que todo lo sabe’. Se pueden aprender un montón de cosas. Yo disfruto de todos los momentos de la cotidianidad con Lucía”.

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“La paternidad es una nota”

Sebastián Vélez es especialista en Gerencia de la UPB y se dedica a las comunicaciones y promoción de artistas y eventos culturales latinoamericanos. Antes de que naciera su hijo Juan Martín, Sebastián decidió cambiar sus dinámicas para trabajar desde casa; y esto lo reafirmó con su llegada “no me quiero perder nada, yo vivo encantado con mi hijo”, afirma.

Así, papá e hijo ya compartían mucho tiempo en casa. Se dedicaban a ir a piscina, al parque, y a montar lo que ellos llaman ‘triciclo extremo’; pero los cambios que trajo el covid transformaron estas rutinas. “El año pasado fue complejo. A mi esposa y a mí nos tocó inventarnos muchas actividades para que Juan Martín hiciera en la casa y pudiera estar bien. Le armamos piscina en ponchera, le sacabamos cocas y granos, caminábamos y trotábamos por la unidad. Si el trabajo se nos metió a la casa, ¡nada que hacer con los ruidos imprevistos! Es un niño de 3 años que está en su espacio”.

En definitiva, la paternidad cambió la vida de Sebastián, “mucha gente dice que el día más feliz de la vida fue cuando los vio nacer, ¡ese fue el día más tenaz! Uno tiene un susto y una angustia impresionantes. Pero la paternidad es una nota, no es fácil, pero sí es muy bonita”.

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Por Laura Jaramillo Arango
lauraja@elcolombiano.com.co

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