Conozca a las vecinas que, luego de convertirse en madres, decidieron hacer juguetes, mobiliario en madera y materiales para las principales pedagogías alternativas: Montessori, Waldorf y Pikle.
En 2015, cuando Lorena Rubio, ingeniera geóloga y especialista en Gerencia de Proyectos; y Stefany Astaíza, comunicadora social-periodista y especialista en Gerencia de Mercadeo; quedaron embarazadas, vivían en mundos aparte.
Sin embargo, tenían algo en común, eran mamás primerizas y querían disfrutar al máximo su etapa de gestación.
“Cada una por su cuenta se inscribió a Baby Center, una página web que proporciona información sobre la concepción y que divide a sus miembros por fechas probables de parto. Ambas coincidimos”.
Aunque las políticas de privacidad de la plataforma virtual no lo permiten, varias mujeres, de diferentes partes del país, conformaron un chat interno para conversar sobre las preguntas que siempre las reunía.
La primera casualidad que Lorena y Stefany encontraron fue que tenían amigos en común y las trataba el mismo ginecólogo. “Después a las dos se nos adelantó el parto y la afinidad aumentó”.
Luego de chulear el embarazo y el nacimiento de Samara y Jerónimo, las unieron los temas crianza, educación y crecimiento y desarrollo.
“Juntas investigamos sobre crianza respetuosa y nos gustó. Compramos fulares para portear a nuestros bebés y decidimos ser prolactancia”, señala Stefany, mientras asegura que en ese proceso de exploración se encontraron con las metodologías Montessori, Waldorf y Pikler.
Sin embargo, los materiales didácticos de estas pedagogías no los vendían en Colombia. Por suerte se toparon con don Rubén, un carpintero que les ayudó a solucionar ese problema.
“La situación coincidió con que yo era comunicadora de una empresa y me despidieron”. Ese fue el impulso para animarse a emprender. “Le eché cabeza al cuento, hablé con Lore de que quería que tuviera que ver con maternidad y, en 2017, creamos Pica Pau“.
No iban a comenzar a hacer material Montessori, Waldorf y Pikler sin antes profundizar en el tema. Hicieron varios cursos, se certificaron como Asistentes Montessori y con ayuda de su carpintero diseñaron una variedad de juguetes que le da a los niños la completa libertad para aprender y desarrollarse por sí solos en un entorno preparado.
“Este material le da autonomía a los niños y les permite desarrollar todo su potencial y entender cuando se equivocan sin necesidad de que un adulto se lo diga”.
Su propósito es unir a la familia, “pues nuestros juegos son desestructurados y no tienen límite de edad”.
De igual manera, afirman, invita a los padres a prestarle una atención especial al amor y la comprensión, basados en el respeto, la libertad, la confianza, la responsabilidad y el establecimiento de límites claros.
“Ser mamás y emprendedoras no ha sido fácil. Hemos reído y llorado, pero ahora estamos en una etapa muy feliz donde mi papá, mi mamá, mi tía, mi sobrino, una persona en situación de dispacidad y una madre cabeza de hogar también hacen parte del equipo”, concluye Lorena.