
Jairo practica taekwondo con su hijo
Jairon Naranjo decidió practicar taekwondo con su hijo Esteban para acompañarlo y poder compartir tiempo juntos mientras su hijo desarrolla sus habilidades en el deporte y en la vida.

Foto: Esneyder Gutiérrez
Hace dos años, justo en medio de la pandemia, Jairo Naranjo tomó la decisión de inscribirse con su hijo Esteban en clases de taekwondo con el profesor Pedro Bedoya.
Entérese: Envigadeño ganó oro en competencia de para-taekwondo en Francia
Jairo tiene 61 años y Esteban 21, la idea de comenzar clases juntos en esta disciplina deportiva surgió porque “para Esteban es difícil que se concentre en una pantalla entonces decidí apoyarlo y comencé el entrenamiento con él para que se concentrara. Además, él todo lo hace por imitación, él me imita si yo hago alguna cosa y así lo asimila mejor, entonces yo veía un movimiento en la pantalla y le decía y hacía como se debía realizar para que Esteban entendiera mejor y lo pudiera hacer bien”, cuenta Jairo Naranjo.

Foto: Esneyder Gutiérrez
Cuando pudieron asistir de manera de presencial a las clases de taekwondo, Jairo Naranjo quiso seguir entrenando a la par de su hijo motivado por el ánimo que veía en Esteban.
En su juventud, Jairo Naranjo, había entrenado taekwondo durante tres años y compitió en diferentes torneos, sin embargo, tuvo que dejarlo a causa del accidente de tránsito que sufrió donde se dañó la cadera y se le explotaron los pulmones.
Lea: Fabriana Arias: mamá y deportista de alto rendimiento
La modalidad que ahora practica Jairo Naranjo junto a su hijo se llama Poomsae, que se trata de una combinación de defensas y ataques, ejecutados en una línea de movimientos contra varios adversarios imaginarios donde se muestra la esencia y el arte del taekwondo. Cada poomsae tiene una connotación filosófica que recoge la tradición milenaria del pueblo coreano.

Foto: Esneyder Gutiérrez
Actualmente, ambos son cinturón verde, pero están mentalizados en ir ascendiendo, pues Jairo Naranjo ha entendido que el taekwondo es la excusa para que su hijo Esteban aprenda muchas cosas para la vida: “con Esteban lo primero fue el impacto porque nació con Síndrome de Down, pero comencé a hablar con otros padres de hijos con la misma condición y me decían que ellos son fanáticos a muchas actividades. Por eso, comenzamos a enrutarnos con Esteban y nos dimos cuenta que era muy importante la estimulación, ahí fue cuando comencé a llevarlo a clases de natación, de baile y de taekwondo porque todas esas actividades ayudan para que desarrolle la parte social”.

Foto: Esneyder Gutiérrez
Al principio Esteban sentía temor por saltar en un solo pie o por realizar ejercicios de equilibrio, ahora realiza esas actividades y muchas otras de manera confiada y segura lo cual, según su padre Jairo Naranjo, “le ha ayudado a desarrollar su motricidad gruesa”.
Le puede interesar: ¿Cómo cuidar las muñecas en el gimnasio?
Además de la felicidad que le genera a Jairo Naranjo el ver a su hijo tan entusiasmado y creciendo en el taekwondo, alegría que él también experimenta, ya que “Esteban se pega mucho a mí y yo también soy feliz entrenando porque uno pensaría que después de los 60 años ya no haría nada, pero yo me dediqué a hacer deporte con mi hijo”.

Foto: Esneyder Gutiérrez
Ese compartir de actividades con su hijo Jairo Naranjo lo define como algo primordial porque “el acompañamiento de un padre con su hijo es fundamental, el apoyo, el estímulo, el estar ahí es esencial”.
Esteban ha participado en diferentes torneos de parataekwondo donde ha podido poner a prueba sus habilidades y mejorarlas, pues tanto él, como su padre, sueña con ganar alguna vez una medalla de oro.
Síguenos en Tik Tok para conocer más historias
Por ahora están mentalizados en disfrutar del taekwondo juntos, aunque a veces Jairo Naranjo no lo pueda acompañar en el tatami, siempre lo lleva a clases para que Esteban entrene mientras “yo me quedo afuera y veo que disfruta mucho de estar con sus amigos que también lo animan para entrenar”, expresa Jairo Naranjo, para quien el taekwondo “es disciplina, constancia, dedicación y, además, se ha convertido en el lugar especial que comparto con mi hijo”.
Por: Andrés Bedoya Jr.
johanb@gente.com.co