Freddy, un artista de Envigado con sentido social

Freddy, un artista de Envigado con sentido social

Freddy, un artista de Envigado con sentido social

Este vecino de El Esmeraldal (Envigado) les da rostro a los temas sociales, étnicos y de género en cada una de sus pinturas. Conózcalo.

Freddy Sánchez Caballero nació en la sabana de Córdoba, más exactamente en Lorica. “Tierra áspera y soleada que cuestionaba con dureza lo frágil de tus ilusiones… Los perros eran perseguidos por garrotes y piedras por las calles polvorientas, sedientos y echando babaza por la boca, presas del mal de rabia, mientras las señoras cerraban las puertas. Eran épocas difíciles para la fantasía”.

Sin embargo, allá no estuvo por mucho tiempo. A los 4 años de edad su familia se lo llevó a construir un mejor futuro en medio del Urabá chocoano. Y fue entre el espesor de la selva, gracias a la pirita, un mineral conocido como el “oro de los tontos”, que descubrió el arte.

“Cuando me encontré unas rocas doradas, me las llevé para la casa pensando que eran oro. Pero después de descubrir que no se trataba del metal precioso y recibir varias burlas por parte de mis hermanos, las trituré para pintar con ese polvo los dibujos de la escuela”.

Por su ingenio, se ganó la admiración de profesores y estudiantes. Ya en bachillerato le dio por tomar prestados unos lienzos y acrílicos secos que había en la casa para hacer un par de obras y presentarlas en una exposición. Eso marcó su destino.

Freddy llegó a Antioquia con la misión de estudiar Arquitectura en la Universidad Nacional, ese era el anhelo de su padre. Cursó 2 semestres, hasta que una tarde, a la hora de la siesta, conoció “el alma rota de Frida Kahlo, el intenso amarillo de Van Gogh, los cuarteados campesinos de Portinari y… Me atraparon”. Se cambió para Artes, pero su padre murió convencido de que iba a ser arquitecto.

En esa época todos sus proyectos se basaban en estéticas urbanas, y apenas volvió al Chocó para desempeñarse como docente y pintar casas, murales e iglesias, terminó enfocándose en las comunidades negras y la figura femenina.

En todo lo que lleva dedicado al arte este vecino del Esmeraldal nunca ha abandonado su taller ni ha dejado de vender sus pinturas en el mundo. Aunque confiesa que durante los 6 años en los que fue profesor de arte en el Colegio Alemán se alejó un poco de su oficio, por eso renunció.

Cuando cumplió los 50 años de edad (en 2009) decidió darle un giro a su vida. Se aventuró con la escritura y ha publicado 5 libros. “Tenían montón de historias pendientes del Chocó y Córdoba, cuentos que sabía que eran importantes, pues muchos habían sido inspiración para mis cuadros y hasta estaban apuntados, como especie de notas, al lado de los bocetos”.

La última vez que Freddy hizo un inventario de su obra fue hace una década, en esa ocasión contó 3000 cuadros, sin embargo, ya no sabe cuántos tiene, sobre todo porque de otros países viajan constantemente para comprarle.

La vida del maestro Sánchez Caballero transcurre en una habitación llena de obras. Su casa parece un museo que enseña cómo el acrílico puro, aplicado con espátula, les da rostro a los temas sociales, étnicos y de género, que a veces le permiten también rememorar a Nicki, una fox terrier que lo acompañó por 15 años y que todavía se asoma en algunas de sus pinturas.

*Nota publicada en la edición impresa de Gente Envigado del 06/12/19.
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Febrero 27, 2020

Categoría

Artistas, Envigado, Gente

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arte, artista, chocó, cordoba, Cultura, el esmeraldal, esmeradal, étnico, Freddy Sánchez Caballero, loma del esmeraldal, lorica, mujer, negritudes, uraba