Este labrador asiste a varios eventos de mascotas para replicar el mensaje de bienestar animal de la Fundación Orca, ubicada en Laureles (Medellín). También lo hace a través de su cuenta de Instagram.
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Cuando Pedro José sale a la calle todo el mundo tiene que ver con él. Y no es precisamente por su elegancia, dulzura o caminar coqueto. Este labrador de casi 15 años de edad es “la voz de los que no tienen voz”, pues es el encargado de promover la adopción y la tenencia responsable de mascotas en la Fundación Orca.
Sin embargo, hace 4 años, este peludo estaba — desnutrido, sucio y con una herida en la cola — deambulando por las vías de Llanogrande, hasta que alguien lo recogió y contactó a Marcela Díaz, directora de esa institución sin ánimo de lucro que trabaja a favor de los animales, para que lo ayudara.
Luego de un par de exámenes, el diagnóstico fue cáncer estadio 3, un panorama desalentador, según el oncólogo, para un paciente geriátrico e hipotiroideo.
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Le hicieron los tratamientos correspondientes y le amputaron la cola. Apenas se estabilizó, se puso en adopción. Durante 2 años Pedro José esperó su hogar soñado, pero solo una persona preguntó por él.
“Me pareció bobada dejarlo más tiempo esperando una familia, porque bien viejito y enfermo, no lo iba a adoptar cualquiera. Además él tiene un punto a favor y es que es muy querido, entonces pensé que podía ayudarnos a replicar la labor de la fundación”.
Marcela lo acogió en su casa y empezó a asistir con él a todos los eventos a los que invitaban a Orca. “Cuando tenemos jornadas de educación y adopción o alguna feria le ponemos un traje elegante (esmoquin, chaleco o saco) y es la sensación”.
Su función es enamorar a la gente. “Le encanta que lo acaricien, es demasiado mimado y con todas las personas tiene una muy buena cercanía. De igual forma, ama a los niños. Por ejemplo con él, en las guarderías, les enseñamos a los más pequeños cómo acicalar y tratar a los animales”, asegura Isabela Páramo, su community manager.
Pero este peludo también tiene dotes de vendedor. Su carita de inocencia convence a todos los visitantes para que compren productos de la Tienda Orca y así seguir ayudando a otros animales que, como él, han sufrido abandono o maltrato. En redes sociales, esa también es su bandera.
Cuando Pedro José no está en algún evento, duerme todo el día. Prefiere caminar poco porque ya a su edad la displasia de cadera hace de las suyas.
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Sus grandes amigos son Tomás, el hijo de Marcela, y Paco, un criollo negro que también se robó el corazón de la familia. “Pedro tiene una fuerza impresionante, los días que no tiene que salir jugamos a los superhéroes, aunque no se para del suelo. Además, tiene novia, Luz Clarita, aunque están a punto de separarse porque a ella le cae mejor Paco”, cuenta Tomás.
Todo lo que sale en el cuerpo a Pedro José y se le extirpa es cáncer. Sin embargo, de acuerdo con la directora de Orca, por ahora no le duele nada. Su única preocupación es que ya se le ve cansado y en cualquier momento se puede morir. Lo que sí está claro, es que hasta él último día de vida, este labrador dorado va a estar ahí, echado, recibiendo y dando amor.
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co
Marzo 11, 2020
Gente, Laureles, Vecinos