El maestro Óscar Gómez nos deja un legado de amor por la música

El maestro Óscar Gómez nos deja un legado de amor por la música

El maestro Óscar Gómez nos deja un legado de amor por la música

Recordamos la historia de Óscar Daniel Gómez, director de la coral Guido D’ Arezzo y vecino de Envigado, que falleció el sábado 22 de junio.

Todo aquel que haya visto dirigir a Óscar Daniel Gómez Madrid sabe de la disciplina y el amor que les imprimía a cada ensayo y presentación con la coral Guido D’ Arezzo. Como él mismo decía, este proyecto que fundó en 1958, en compañía de su amigo Marco Gallo, era una devoción y una responsabilidad.

El maestro nació el 9 de octubre de 1931 en el barrio Prado Centro, fue el sexto de 9 hijos y quedó huérfano de madre a los 4 años. Su amor por la música comenzó a temprana edad.

A su esposa, Orlinde Montoya, y a su hijo, Carlos, solía contarles que la familia materna tenía hoteles en el centro, donde se llegó a hospedar la Ópera Bracali. Y también les decía que de niño escuchaba a su padre cantar las canciones de Enrico Caruso, pero tal vez la anécdota que más ilustra su inclinación por la música es la de aquella vez que trajeron una orquesta importante al Teatro Junín y él, muy pobre y descalzo, la escuchó desde una ventana.

Óscar Daniel estudió Contaduría en la UPB y música, con una beca, en Bellas Artes. Se enfocó en el violín porque, como le dijo a Gente hace un año, desde niño sintió que le rasgaba el alma. Además, “es un instrumento de mucha técnica, conciencia y musicalidad”.

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Mezcló la música con su empleo en el Banco Comercial Antioqueño y a los 25 años lo invitaron a integrar la Orquesta Sinfónica de Medellín. “Fue una persona muy exigente, llegaba del trabajo a estudiar”, cuenta su esposa, Orlinde.

Tanto así que se enfermó de la presión y el médico lo puso a elegir entre las 2 actividades. Para ese momento Óscar Daniel se había convertido en la cabeza de su familia y tomó la decisión de dedicarse al trabajo.

Su objetivo al formar la coral Guido D’ Arezzo era “comunicar socialmente la música”, para que más personas pudieran estudiarla y conocerla en profundidad. Comenzaron con ensayos en la parroquia El Calvario, de Manrique, y pasaron por distintas sedes en Medellín. Incluso muchas veces ensayaban en las casas de los integrantes del coro.

En este grupo conoció a su esposa. Ella cuenta que al principio le daba pena porque solo conocía la faceta seria y exigente de Óscar como director. Tiempo después, él le dijo que quería tener una amistad más especial con ella y 8 meses después, en 1971, se casaron.

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Así se dio la llegada del coro a Envigado, al principio ensayaron en la casa de Óscar y Orlinde, después pasaron por la Casa de la Cultura Miguel Uribe Restrepo y en 2006 les fue otorgado en comodato un salón en el segundo piso del auditorio Monseñor Nelson Sierra.

Don Óscar fue una persona activa y saludable. Su hijo cuenta que además de escuchar música en casa, leía sobre ella y hacía resúmenes y textos. “Cualquier conversación la empataba con datos históricos de arte, política, ciencia… Sabía de todo y la gente que lo supo aprovechar absorbió todo ese conocimiento”.

Con su música el maestro siempre quiso culturizar Envigado, “que la gente se sintiera diferente”, comenta Orlinde. Ella recuerda que la familia pasó una temporada de 5 años en Estados Unidos y Óscar la pasó mal, lloraba lejos de su familia y de la coral.

A su regreso retomó los ensayos y conformó un coro de niños paralelo al de adultos, pero el proyecto solo duró 1 año. “Él siempre decía: ‘Yo no quiero que la gente sea mediocre en su saber’”, dice su esposa, “por eso a algunas madres se les hizo cansón ese proceso”.

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A los adultos también les exigía bastante y muchos se lo agradecían. Algunos lo consideraban un padre y le tenían tanto cariño que lo acompañaron en sus últimos momentos de vida, con música e historias.

Los achaques de salud del maestro comenzaron en marzo de 2017, cuando una colonoscopia reveló que tenía un tumor en el intestino. Lo operaron en junio de ese año y, aunque el procedimiento fue complejo, no tuvo complicaciones.

Sin embargo, 2 meses después los médicos identificaron una lesión en el hígado, por lo que comenzaron a tratar con quimioterapia, primero oral y después venosa. Su familia cuenta que el procedimiento empezó a afectarle el corazón y debieron interrumpirlo.

Para la celebración de los 60 años de la coral, en septiembre del año pasado, don Óscar lucía cansado, pero eso no le impidió dirigir su coro. Después, por el deterioro en su salud, los ensayos cesaron.

Óscar falleció el 22 de junio rodeado de los suyos, con la música clásica que tanto le gustaba y con las palabras de su hijo que lo invitaban a encontrarse con Aurora, su madre, de la que tanto hablaba. “Su gesto fue de felicidad”.

La familia y el cofundador Marco Gallo quieren proteger su legado dando continuidad a la coral, por eso están en proceso de elegir un director que siga la misma línea del maestro Óscar.

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Por Jessica Serna Sierra
jessocas@gente.com.co

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