Conozca la historia de Salvador, un husky siberiano ciego que encontró una familia que entiende lo que significa ser diferente.
Ver esta publicación en Instagram
No se pierda: Adoptar perros adultos, una historia de amor
Muchos creen que los ojos color cielo de Salvador son pura genética: “Que mirada tan bacana la de ese perro”, dicen, pero pocos imaginan que ese azul clarito que recubre su iris y pupila es consecuencia del maltrato.
Sin embargo, él es un perro normal. Corre, juega con otros animales, recorre la casa, olfatea, volea la cola cuando le van a dar de comer, le gusta dar paseos y se pone alerta ante cualquier situación extraña.
Ver esta publicación en Instagram
Le interesa: Durante la cuarentena Gru y Lucy están en un hogar de paso
“Lo único diferente es que hay que hablarle antes de tocarlo para que no se asuste”, dice Ana Ramirez, la mujer que decidió darle un hogar.
Justamente esa condición que lo hace diferente a los demás caninos fue lo que enamoró a esta venezolana: “Él estaba viviendo lo que yo había atravesado“.
Ver esta publicación en Instagram
La Fundación Alma Animal se encargó de rehabilitarlo. Al verlo abandonado y golpeado ella, que es modelo plus size y comparte a través de su cuenta de Instagram cómo es vivir con alopecia universal, se sintió identificada.
No olvide: ¿Envenenamiento masivo de perros en Santa María de los Ángeles?
Ver esta publicación en Instagram
“Al ser un husky siberiano muchos querían adoptarlo, sin embargo, cuando se enteraban que era ciego perdían el interés... Las personas creen que por su condición Salvador no puede vivir una vida normal y así me pasa a mí cuando salgo a la calle, la gente me ve calva y físicamente diferente a los demás y piensan que estoy enferma”, relata.
Se postuló como adoptante, pero al día siguiente le dijeron que el animal tenía otra familia tentativa y a Ana se le desmoronó el corazón. “Lloré como una niña chiquita porque ya lo sentía a mi lado. En cuestión de nada la noticia fue que Salva me había escogido”.
Ver esta publicación en Instagram
También: En Laureles crearon un coworking para perros, gatos y humanos
Desde hace 9 meses está con ellos. El proceso de adaptación ha sido de paciencia y comprensión, “pues este perrito sufrió tanto que aún desconfía de las personas“.
En el hogar de Ana y su esposo Salvador subió de peso, le creció el pelaje y, aunque todavía hay que trabajar en su comportamiento, es obediente, amoroso y amigable.
Ver esta publicación en Instagram
Importante: 6 perros han sido envenenados en varios parques de Los Colores
Por Dafna Vásquez
dafnavasquez@gente.com.co
Enero 20, 2021
Gente, Innovadores, Vecinos