Mediante la fundación Sonrisas a la Calle, Mateo Cabrera ha ayudado a cerca de 1200 familias que pasan por situaciones complejas durante la cuarentena por el Covid-19.
Ver esta publicación en Instagram
Le puede interesar: Esta familia de Envigado le lleva el mercado a sus vecinos hasta la casa
Si a Mateo le preguntaran qué fue lo que pasó, no tendría respuesta concreta, ¨simplemente de un día para otro tenía mi celular lleno de chats de personas que no conocía pero que querían ayudar¨.
Este ingeniero financiero de 27 años de edad, desde hace 9, con un amigo de la infancia, comenzó a alegrarle la Navidad a los niños de los barrios más vulnerables de Medellín.
¨Diego Velásquez me lo propuso y, aprovechando que yo tenía una camioneta, nos fuimos para el barrio Altos de la Torre a repartir los regalos que donaron algunos conocidos¨. En enero esas mismas personas los contactaron de nuevo para darles kits escolares a los niños.
Ver esta publicación en Instagram
¨Nunca pensamos en conformar una fundación, simplemente nos gustaba ayudar, pero más gente nos buscaba para hacer donaciones y se fue creciendo¨.
Al año siguiente regresaron, pero esta vez la intención era también sacar a los niños de su barrio y empezaron a realizar eventos. La plata salía de sus bolsillos.
Así lo hicieron durante un tiempo, hasta que hace 4 años decidieron cambiar la forma de trabajar.
Lea también: Cinco jóvenes quieren salvar a los comerciantes a través de una iniciativa
¨A cada niño lo pusimos al frente, le tomamos una foto con una gran sonrisa y escribimos una pequeña reseña de él en primera persona¨.
Crearon un sistema de apadrinamiento para garantizar su educación y que durante todo el año participaran de actividades especiales: fiesta de Halloween, paseos, idas al estadio, regalos y ropa para Navidad y kits escolares.
Ver esta publicación en Instagram
¨Publicamos 60 perfiles en redes sociales y a los 40 minutos todos ya tenían un padrino¨. Al ver la acogida, Mateo publicó 200 niños más y en cuestión de 2 días, no había ni uno solo sin apoyo. ¨De hecho, había gente que me llamaba para que les mandara hasta 15 perfiles¨.
Se duplicaron los eventos, los voluntarios y el grupo poblacional. Los niños dejaron de ser el único foco, sino que también empezaron a visitar y a ayudar a los habitantes de calle, los adultos mayores y las madres cabeza de familia.
Además: Vecinos de Envigado crean trueque de la confianza en la cuarentena
Se abrieron otras puertas y Mateo vio la necesidad de constituir la fundación Sonrisas a la Calle.
Ver esta publicación en Instagram
Continuando con su trabajo social, en diciembre de 2019, a este vecino de Envigado se le ocurrió crear 2000 Sonrisas por Antioquia, un programa que busca replicar el trabajo de la fundación en otras comunidades a través de algunos líderes.
¨Ya después llegó la contingencia por el coronavirus. Empezamos a ver el hambre y las necesidades de la gente. No nos podíamos quedar de manos cruzadas¨.
Recogieron cerca de 1200 mercados para personas de la tercera edad y familias en condiciones complejas a causa de la cuarentena.
Le sugerimos: El domiciliario “más protegido del mundo” está en Envigado
Ver esta publicación en Instagram
De igual forma, están recogiendo fondos para quienes viven del turismo, especialmente a los de Grafitour.
¨Yo sé que todos queremos ayudar, esto da muchas satisfacciones, pero lo único que necesitan es un pequeño empujón y en Sonrisas a la Calle somos expertos en darlo¨.
Ver esta publicación en Instagram
Información importante: Sonia hace bisutería como terapia en los días de cuarentena
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co
Abril 29, 2020
Envigado, Gente, Vecinos