“La danza es para todos”

"La danza es para todos"

“La danza es para todos”

Esta vecina es la fundadora de BailArte Ballet Academia, una escuela que cree en que el baile es inclusivo.


Que si eres gordo, bajito, de escasos recursos o tienes alguna discapacidad no puedes bailar… ¡No!, porque la mejor profesora que tuve en Estados Unidos era obesa, otro era sordo y uno de mis grandes maestros empezó a bailar a los 25. La danza es para todos”.

Mariana Arismendy llegó al baile gracias a su madre, que desde siempre soñó con ser bailarina profesional. Ese anhelo lo reflejó en su hija y cuando cumplió 3 años de edad la metió a clases de ballet, jazz y contemporáneo en Miluzka, una academia de Manizales, ciudad en la que creció.

Los primeros meses la pequeña se rehusó a danzar, “no entendía porque todas las niñas se movían, me parecía una tontería”. Sin embargo, los profesores no se dieron por vencidos y su mamá, menos.

Con tiempo y constancia Mariana conectó cada sonido con los gestos de su cuerpo. De a poco amó el ballet. Se entregó por completo al arte y sus maestros vieron en ella tantas virtudes que hasta le permitieron dirigir algunas clases.

“Pero cuando cumplí 16 me rebelé. No quería saber nada de la danza clásica, porque era mucho para mí. Me había cansado de tanta exigencia y disciplina… Mi mamá no se opuso, lo único que me dijo fue: ‘Esta bien, pero si vuelves es por ti’. Pasaron 2 años y regresé a la escuela con la cabeza agachada, no podía vivir un día más sin bailar”.

Retomó con fuerza y 2 años después se ganó una beca para estudiar en Point Park University (Pittsburgh, Estados Unidos). Allá permaneció 5 meses, experiencia que le sirvió para descubrir que la danza era su proyecto de vida.

Eran 9 horas de entrenamiento diarias y yo me acostaba con los pies hinchados, pero feliz, por eso entendí que quería dedicarme a bailar y a enseñar. Sobre todo a eso último, porque no deseaba ser la gran bailarina, sino ser docente”.

Se fue para Bogotá a trabajar y a estudiar con la Compañía de Ballet Anna Pavlova. Ahí estuvo durante 2 años, pero cuando ya había decidido mudarse a Medellín, su ciudad natal, la llamaron de Bailando con las estrellas (2016) para que compitiera en el programa.

Le asignaron como parejo al cantante de champeta Mr Black. Fueron la cuarta pareja eliminada del reality show, porque la celebridad la dejó bailando sola en la pista ya que, según él, se le habían caído los pantalones. Sin embargo, ella siguió siendo parte del cuerpo de baile.

A la Tacita de Plata llegó con una sola misión: “Crear una escuela donde toda la gente, sin discriminación alguna, pueda bailar tranquilamente”. Un sueño que tenía desde que volvió de Estados Unidos.

Primero se consiguió un trabajo estable y después, en octubre de 2018, alquiló un salón en la calle 30A con la 80 para darle vida a BailArte, una escuela en la que dicta clases de ballet clásico, jazz, contemporáneo, urbano y ritmos latinos, un proyecto que a futuro busca convertirse en una compañía de baile dedicada a cambiar vidas.

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Fotos: cortesía.
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Abril 9, 2019

Categoría

Artistas, El Poblado, Gente

Tags

arte, bailarina, Baile, Cultura, el poblado, joven, laureles, mujer