“Las víctimas no hablan cuando quieren, sino cuando pueden”

Las víctimas no hablan cuando quieren, sino cuando pueden

“Las víctimas no hablan cuando quieren, sino cuando pueden”

Ana Victoria Gelis, galardonada en el ámbito político con la Medalla al Mérito Femenino, busca prevenir las violencias de género.

Luego del “si no eres para mí, no eres para nadie”, Ana sintió un golpe que la tumbó al suelo. Patadas, puños, bofetadas y empujones. La cara le quedó irreconocible y por poco casi pierde la vida. Pero el impacto más fuerte lo recibió en el corazón: el papá de su hijo, su primer amor, había intentado asesinarla.

Cuando Ana Victoria Gelis tenía 5 años fue víctima de abuso sexual. El abusador era tan cercano a su núcleo familiar que nadie le creyó.

Creció llena de miedos y de culpas. Durante varios años experimentó situaciones que siendo niña y adolescente jamás debió vivir. Por eso, cuando cumplió 15, partió sola de su natal Cartagena rumbo a Medellín.

“A la capital de la moda llegué con el sueño de ser modelo, pero acá me enamoré de un hombre mayor, quedé embarazada y todos mis planes se fueron al piso“.

Ana Victoria, dice, pasó de ser una jovencita llena de metas e ilusiones a ser una mujer sumisa y abnegada. Por parte de su entonces esposo recibió violencia sistemática, física, sexual, económica y psicológica por más de 14 años.

“Todas esas acciones estaban tan naturalizadas en el entorno que ni yo sabía que estaba siendo maltratada”, sin embargo, luego de una crisis emocional y de recibir ayuda profesional, decidió separarse.

La noticia no le sentó nada bien al hombre y, después de que intentara matarla, en 2008, Ana Victoria tomó fuerzas, y no solo se alejó de él, sino que comenzó a visibilizar su experiencia de manera anónima por redes sociales, para que otras mujeres, que estuvieran pasando por lo mismo, despertaran.

“Pero no fue tan fácil como suena, yo estaba bajo amenaza, tenía temor y el proceso legal, que duró 3 años, era totalmente desgastante (todo fue muy lento y me tocaba rodar y rodar, parecía que fuera yo la victimaria)”.

Superada la situación, rehizo su vida con otra persona, sin embargo, el patrón se repitió. “Machista, psicópata, narcisista”. Esta vez también era prohibido callar, así que alzó la voz y salió del anonimato. “Di la cara en un video que se hizo viral, mucha gente comenzó a seguirme, a escribirme e hicimos una red de apoyo internacional desde mi experiencia”.

Asimismo, se fortaleció como emprendedora (ahora es maquilladora y vende productos de belleza) e hizo diplomados en política, género, inteligencia emocional, coach, entre otros.

Pidió apoyo en la Secretaria de Equidad de Género para ayudar a más personas y creó Ángeles de Amor, “una ONG de mujeres sobrevivientes que nos empoderamos para ayudar a víctimas de la violencia de género”.

Mediante esta organización hace charlas, talleres y conferencias para visibilizar y sensibilizar sobre el tema.

Entre las voluntarias hay psicólogas y trabajadoras sociales que donan su conocimiento, dan terapias y enseñan las rutas de atención. “Para mí el servicio es lo más sanador. Las víctimas no hablan cuando quieren, sino cuando pueden, nos cuesta salir del silencio, pero yo les digo que no les dé vergüenza, que no callen, nosotras no somos las culpables, así la sociedad nos lo quiera hacer ver así”.

Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Noviembre 8, 2019

Categoría

Envigado, Gente, Vecinos

Tags

abuso, ayuda, empoderamiento femenino, envigado, fundacion, medalla al merito femenino, mujer, mujeres