En cada plato Claudia mezcla sus 2 pasiones

En cada plato Claudia mezcla sus 2 pasiones

En cada plato Claudia mezcla sus 2 pasiones

Para esta vecina de Belén (Medellín) no existe nada mejor que la cocina y la antropología. Conozca su historia de vida.

La sazón de Claudia Jaramillo es heredada. No es de extrañar que en el menú de Zumante Birdo haya recetas de su madre. Se las memorizó una a una mientras que, montada en el banquito de madera que le construyó su abuelo paterno, desgranaba arvejas allá en Manizales.

Y es que para esta vecina la mesa es un ritual. Esté sola o acompañada, sus platos son impecables, pues, desde que tiene memoria, dice, le encanta hacer de comer. De hecho, gracias a sus dotes culinarios fue que sostuvo su hogar y hasta le pagó una carrera universitaria a su hijo.

“Me convertí en madre estando muy joven y, como vivía en el campo, la mayoría de mis actividades económicas independientes estaban relacionadas con la cocina. Hice cáterin, tortas, encurtidos, postres, mermeladas y banquetes. Todo de manera empírica”.

Sin embargo, su sueño siempre había sido estudiar. Por eso, en el 2000, apenas cumplió los 40 años, ingresó a la academia, “ya por fin se había graduado mi hijo y ahora era mi turno”.

Viajó a Medellín y en la Universidad de Antioquia se inscribió al pregrado de Antropología para enfocar sus investigaciones en la comida. Después de recibir el título de antropóloga se fue para el Chocó y durante mucho tiempo formó parte de la Red de Seguridad Alimentaria (ReSA), un programa de la presidencia de la república que impulsa proyectos de generación de alimentos para el autoconsumo de la población.

De igual forma, Claudia trabajó en la Unidad de Restitución de Tierras y en el Tribunal Superior de Antioquia asesorando sobre la protección de los derechos de las comunidades indígenas.

“Pero en 2018 se me acabó el contrato y no encontré ninguna oferta laboral de mi interés, así que decidí que si no podía trabajar con los temas que me apasionan, iba a reinventarme“.

Claudia juntó todos sus ahorros e hizo realidad un sueño de juventud: montó un restaurante donde hay espacio para la antropología y todas las prácticas alimentarias, “un sitio en el que pueden comer vegetarianos, veganos y personas que consumen carne. Así como la gente que por sus condiciones de salud necesitan una comida especial. Acá se les da gusto a todos”.

De igual forma, este restaurante, que cada sábado ofrece un plato típico de algún lugar del mundo, les apuesta a la mínima producción de basuras y a la cocina de mercado, “todos los días voy a la plaza y lo que esté más fresco es lo que uso para hacer el almuerzo”. Pero lo mejor de todo, según ella, es que en Zumante Birdo mezcló sus 2 pasiones: la cocina y todas las experiencias e historias que le dejó la antropología.

Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Febrero 26, 2020

Categoría

Belén, Emprendedores, Gente

Tags

antropologia, belén, cocina, comida, Historia, Medellín, plato, restaurante, villa de aburra