Hermanos violinistas innovan con su música
Transformar la música al incluir el violín en otros géneros musicales para dejar su huella es el sueño de Andrea y Juano Agudelo, vecino músicos de Laureles.
Desde pequeños estaban en clases de música, pero la verdadera pasión comenzó cuando una vez Andrea fue a un concierto y al ver a una violinista se enamoró de este instrumento. De la misma manera, pero inspirado por Andrea, Juano se interesó por el violín y ahí empezó la historia de esta pareja de hermanos que hoy día tiene su propia empresa musical: Clave De Dos.
Juanjo estudió Música y Andrea Comunicación, sin embargo, el haber pertenecido muchos años al programa Red de escuelas les dio las bases necesarias para el trabajo que desarrollan hoy día: “nosotros tenemos dos líneas; una es la de presentaciones en la que tocamos en diferentes eventos y la otra es donde creamos nuestra propia música”.
Sueñan con realizar sus conciertos solamente con sus propias canciones y que las personas los reconozcan como artistas, pues uno de los objetivos que tienen es incluir el violín, un instrumento que normalmente es asociado a géneros clásicos, en otras melodías y crear música comercial a partir de este instrumento: “al principio nosotros ofrecíamos música clásica, pero vimos que la gente no se identificaba, no se conectaba, por eso hicimos la transformación para tocar música moderna y de inmediato se notó el cambio, entonces vimos la posibilidad y mutamos nuestro estilo hacía música más moderna, como electropop”.
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Su familia siempre los ha apoyado, pues “nuestros papás nunca nos negaron el querer ser músicos, hoy día los padres se dieron cuenta que con cualquier profesión se puede vivir bien y que lo más importante es que te apasione”.
Por este motivo también dictan clases de música para que, conjuntamente con el trabajo que hacen como artistas, “la gente se quite el estigma al ver casos como el de nosotros, que nos va bien, que viajamos por la música, hemos llegado a varias ciudades de Colombia y el extranjero, y que trabajamos y vivimos de lo que apasiona”.
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Cada vez que están en un show sienten que fluyen, que el cuerpo se les llena de energía y que pueden conectar con las personas, pues la música en sus vidas es lo que los mueve e incluso sienten que “el violín es una extensión del cuerpo”.
Por: Andrés Bedoya
johanb@gente.com.co