Los grandes del ciclismo siguen rodando en Belén

Los grandes del ciclismo siguen rodando en Belén.

Los grandes del ciclismo siguen rodando en Belén

Para Horacio Guisao, es un honor rodar y conversar con los ciclistas que un día aplaudió desde lejos y que soñaba conocer. Los mismos que les permitieron a los colombianos, en las décadas del 60 y del 70, conocer gracias a sus competencias las carreteras del país y de otras naciones.

Guisao, quien estuvo en la nómina del Atlético Nacional del profe Maturana, quiso incursionar en el ciclismo para dar continuidad a su actividad deportiva y se encontró con un grupo de deportistas que describe como una familia, que ruedan juntos, pero también se sientan a tomar café, a contar anécdotas, a hacer negocios y hasta a tratar de cambiar el país.

En la pista del Juan Pablo II se escucha a Martín Emilio “Cochise” Rodríguez gritar desde su bicicleta: “Tortugas a la derecha”. Lo dice con cariño porque, como él mismo aclara, en el carril de la izquierda es por donde se mueven los lotes que van a mayor velocidad. Con el humor que lo caracteriza, Cochise define este espacio como una EPS y explica sus siglas como un lugar en el que se hace Ejercicio para la Salud.

150 personas corren en promedio por hora en la pista del Juan Pablo II.

 

Conversamos con él, con Javier “el Ñato” Suárez y Abelardo Ríos sobre sus historias y acerca de este hábito que, más allá de mantenerlos activos, es una alegría para los aficionados y profesionales que acuden al lugar.

Ríos corrió 19 años en bicicleta y cuando se accidentó apenas llevaba 3. Recuerda como un absurdo el accidente que le ocurrió en 1971 y que le arrebató el primer puesto de una Vuelta a Colombia, en la que muchos lo veían campeón. Le llevaba 4 minutos de ventaja a Álvaro Pachón Morales, y habían neutralizado la etapa por causa de un derrumbe. Fueron de Caucasia a Yarumal en carro y, cuando estaba bajando el equipaje del taxi, otro carro que estaba detrás se empezó a rodar y aunque alcanzó a saltar sufrió una lesión que incluso le redujo 3 centímetros la medida de la pierna.

Cuando se le pregunta por una anécdota del ciclismo, Cochise se inclina por el triunfo en el Récord de la Hora, pero le cuesta elegir solo una. Recuerda que comenzó a montar en bicicleta cuando trabajó en una farmacia a los 14 años y ahora está a punto de cumplir 75. Y no ha parado. “Imagínese cuántos pedalazos he dado hasta ahora, le he dado la vuelta al mundo”, comenta. Y después de tanto tiempo, ¿qué le dejó el ciclismo?, “un cansancio el berraco”, contesta el declarado Deportista del Siglo XX, entre risas.

Para el Ñato Suárez, sin duda, el recuerdo más grato del ciclismo es la sensación que le dejó el haber dividido una afición entre los “suaristas” y “cochisistas”, siendo deportistas de la misma región. “Para nosotros, lo importante no era lo económico, eran las personas que salían a animarnos y las carreteras por su dureza. Eso fue lo que nos hizo grandes a nosotros, las dificultades”, dice el Escalador de América.

Esas son solo algunas de las historias que pueden escucharse en la pista del Aeroparque, donde no se olvida la grandeza de las glorias colombianas del ciclismo. Allí, Cochise, el Ñato y Abelardo reviven cada martes y jueves, desde las 6:30 p.m., la pasión de su fanaticada.

Por Jessica Serna Sierra.
jessicas@gente.com.co

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