
Los gatos ferales de Eafit
El abandono de mascotas es una de las causas del incremento de estos animales. Eafit diseñó un programa que les dio hogar a 16 de ellos.
Coquetos y arrogantes, inquietos y dormilones, mimados y distantes. Sí, estamos hablando de los gatos, esos compañeritos que desde hace unos 9500 años nos acompañan en los campos, hogares y ciudades, pero que, como consecuencia la irresponsabilidad y el abandono de algunos de sus propietarios, conformaron colonias ferales y terminaron convirtiéndose en un problema.
En Medellín, según estimados de algunas organizaciones especializadas en el manejo de esta fauna, se cuentan cerca de 40 colonias de gatos que viven en estado salvaje.
Una de ellas se encuentra en el campus de Eafit, por lo que la institución creó, junto con la fundación Instintos, un programa para que su comunidad aprenda a convivir con esta fauna que habita entre sus aulas.
¿Qué son los gatos ferales?
En reunión con algunos estudiantes eafitenses, Sara Jaramillo Gallego, médica veterinaria zootecnista, especialista en Relacionamiento Humano-Animal y directora general de la fundación Instintos, explicó que los gatos están divididos en 2 grupos: los domésticos y los ferales.
Los primeros pueden ser domésticos indoor, es decir, aquellos que no pueden salir de la casa o apartamento donde viven, y los outdoor, que son aquellos que tienen dueño, casa y un alimento seguro, pero pueden salir de donde viven a merodear y cazar con libertad.
En el caso de los ferales, Jaramillo Gallego asegura que se trata de un concepto en continua evolución. Pese a esto, se pueden distinguir 3 subcategorías: el que “por ninguna situación depende del ser humano para la comida o el refugio, sino que solo se va a proporcionar esas condiciones de vida que se van a generar”.
Hay otros sociales, que viven cerca de los humanos, los toleran, pero no se dejan tocar. Inclusive hay unos que se alimentan de lo que les disponen los humanos, pero conservan su distancia. La tercera categoría es la que conformada por gatos que son parte de colonias, pero que empiezan a buscar contacto con el ser humano.
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¿Pero por qué se asentaron en Eafit?
De acuerdo con la veterinaria zootecnista, el motivo por el que se establecen los felinos en algunas zonas es simple: “Les estamos proveyendo las herramientas que necesita un ser vivo para vivir: espacios para alimentación, gracias a la cantidad de plagas que producimos diariamente con las basuras, además es un campus que cuenta con buenas reservas forestales y un buen espacio para ellos”.
Añadió que estos individuos vienen de la sobrepoblación de gatos domésticos “que no han sido esterilizados y se han escapado o que han sido abandonados por sus dueños”.
¿Y cómo los están manejando?
Según contó Jaramillo Gallego, la fundación llegó a la universidad hace unos 8 meses. Encontraron una población estable, con cerca de 20 animales, que fueron capturados, esterilizados y 16 de ellos fueron entregados en adopción; los 4 restantes fueron retornados a la colonia.
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Además, se sigue en la búsqueda de un macho (al parecer el alfa) y una hembra que estaría en embarazo, a los que se les aplicaría el mismo protocolo de captura, esterilización y retorno.
Mientras tanto, avanza la socialización con la comunidad universitaria y se continúa con el levantamiento de la información. Más adelante, se espera conformar un comité que cree estrategias de mantenimiento de los logros de esta práctica en el largo plazo. También se hará un reajuste anual.
Este tipo de estrategias es importante toda vez que así la comunidad aprende a relacionarse con los gatos, se evita que la colonia se multiplique y pueda afectar otras especies que conviven en la universidad.
por Álex Esteban Martínez Henao
alexm@gente.com.co