
Conozca la galería de minerales de Laureles
Desde diciembre llegó a Laureles una galería de minerales. Un espacio para conocer sus propiedades y usos en relación con la salud y el bienestar.
Las piedras pueden matar. Así lo descubrieron los humanos hace cerca de 2 millones de años al desarrollar las primeras armas. Pero personas como Linda Rojas están convencidas de que las piedras también pueden sanar.
Los cristales llegaron a su vida como por azar, como un proceso en el que ella asegura, empezó a seguir su intuición y su corazón. “Lo tenía todo. Había seguido el libreto de lo que se nos dice que debemos hacer para ser adultos exitosos. Tenía un cargo gerencial, me había casado y tenía una hija. Pero no me sentía feliz y así empezó mi búsqueda”.
Como administradora de empresas, Linda siempre buscó nuevos retos profesionales y fue así como emprendió un proceso de aprendizaje en coaching mediante una técnica psicológica conocida como mindfulness, basada en un concepto budista que consiste en focalizar la atención en la respiración para desacelerar los procesos mentales, elevar la concentración y así contribuir a una mejor toma de decisiones.
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“Cuando estaba practicando el mindfulness, a mi mente siempre llegaba una palabra distractora, una y otra vez: cristal”, recuerda Linda, justo antes de admitir que esa sencilla palabra le cambió la vida, al punto en que terminó dejando su empleo para dedicarse de lleno a su proyecto personal: una galería donde los visitantes puedan conocer todo tipo de minerales, especialmente los menos conocidos, aquellos que no llegan a Colombia, conocer sus propiedades y descubrir que juegan un papel importante para el bienestar.
Pero la transición no fue sencilla. Un día, al final de una de las conferencias de emprendimiento que dictaba, una asistente se acercó a Lina y se ofreció a comercializar las pulseras con pedrería que ella elaboraba con fines terapéuticos y de ocio. “Yo vengo del mundo de los negocios y era la única cosa en mi vida que yo no había construido con propósitos comerciales”.
Así empezó el viaje de Lina por el universo de los cristales, un recorrido que solo acabó por convencerla totalmente cuando descubrió tendencias como la geomedicina, que busca probar científicamente que las propiedades físicas y químicas de los minerales inciden en la salud. “Empecé a experimentar conmigo misma y a sentir cambios físicos y emocionales”, acotó.
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Empezó a relacionarse con mujeres que estaban atravesando por procesos de sanación. Sintió que el tema de los cristales era solo una excusa y que el propósito verdadero era unirse a esas personas y crear una fundación, que hoy lidera procesos educativos gratuitos con mujeres de barrios de estratos 1 y 2. Así surgió la idea de crear Quintaesencia, una galería que abrió el pasado diciembre, se ubica en la circular 3 y alberga de momento una colección de más de 100 minerales, con el propósito de que sean más.
El espacio también es escenario de “La Maestría del Cristal”, un programa de formación continua que enseña a las personas, entre otras cosas, a identificar los cristales genuinos de los falsificados con la ayuda de un microscopio digital.
A Diana Frankel, hoy participante del programa, su abuela le regaló un cuarzo cuando era niña. “Eso era algo que tenía ahí como en remojo y me volvió a llamar el tema de los cristales y sus poderes. Hoy para mí los cristales significan protección, porque me ayudan a transformar las energías y balancearlas”.
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En eso coincide Beatriz Hernández, quien llegó al universo de los minerales mientras atravesaba un complicado divorcio. Para ella “cada cristal que llega a mi vida es porque tiene que hacer un proceso. Se trata de seguir la intuición”. Esa misma intuición que un día se le despertó a Linda Rojas y que permite usar objetos inertes para matar o para sanar.
Por Sergio Andrés Correa
sergioco@gente.com.co