En esta fundación de niños con VIH te contagiarás de ayudar
Por la Loma de El Esmeraldal (Envigado) hay una fundación que ayuda a los niños con VIH o sida. En esta época de esperanza y regocijo solidarízate con quienes más lo necesitan.
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María Cecilia Ortiz es “la mami”, así le dicen todos en la casa, mientras que Paula Nicolls o Pola, su hija, hace las veces de papá. “A mi mamá se la pasan por la galleta, entonces a mi me toca ser la autoridad, la que pone la disciplina y el orden“.
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Hace 17 años María Cecilia vendió su apartamento en El Poblado y con su pensión abrió la Fundación Niños del Sol, “una entidad sin ánimo de lucro que presta un servicio integral a la población infantil portadora del VIH/Sida, hijos de personas con el virus y niños de bajos recursos en situación de riesgo, con la intención de garantizarles sus derechos humanos y mejorarles su calidad de vida”.
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En ese entonces Paula, que había sido voluntaria en la Fundación Eudes con su mamá, tenía 28 años y se había graduado en Administración Hotelera.
“Desde entonces me encargo de gestionar y conseguir los recursos de la fundación (mediante donaciones, plan padrino o eventos), hacer conferencias sobre transmisión sexual y colaborarles en lo que necesiten”.
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Ella es la mano derecha de “la mami”, juega con los niños, les ayuda a hacer las tareas, les hace terapia, los lleva a las citas médicas, los transporta y, sobre todo, les brinda mucho amor.
“Mi mamá vive en la fundación con otras 2 cuidadoras, pero yo vengo todos los días y estoy desde por la mañana hasta por la noche. Me encanta estar acá. De hecho, prefiero compartir con ellos que hacer cualquier otra cosa, por eso el día que mi mamá no esté, yo quiero vivir aquí, viéndolos salir con la cabeza en alto“.
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Polo y María Cecilia han apoyado a cerca de 35 menores, hoy en día tienen unos 13 a su cargo. “Es muy satisfactorio para nosotras que Dios nos dé la oportunidad de cambiarle la vida un niño, eso es lo que nos llena de felicidad”.
La vida que llevan, con virus o no, es como la de cualquier niño: juegan, salen de paseo, estudian, se divierten y comparten en familia, porque eso es lo que son. “En esta casa somos uno, por eso quien quiera ayudar solo necesita traer el corazón“.
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Foto Camilo Suárez
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co