
En la U. de M. usan el sol para cargar celulares
Investigadores de la Universidad de Medellín desarrollaron una banca solar en la que se pueden cargar dispositivos móviles.
Desde hace un mes en la plazoleta del parque lineal de la Universidad de Medellín se encuentra instalado un artefacto que no deja de atraer miradas. Se trata de un asiento hecho en concreto, que en uno de sus costados tiene 4 puertos USB, en la cima un panel solar y en el espaldar un mensaje que dice: “Aquí nos recargamos con energía limpia”.
El proyecto denominado Banca Solar fue desarrollado por investigadores del pregrado en Ingeniería de Energía y la Facultad de Diseño, como una idea para contribuir a la sostenibilidad del campus y a la apropiación del espacio.
El mecanismo, según explica el docente Carlos Andrés Arredondo, consiste en un panel solar fotovoltaico (conjunto de celdas de silicio capaces de transformar la energía lumínica en eléctrica), que mide 70 por 60 centímetros y almacena la energía en una batería que puede brindar autonomía de hasta por 3 días. Esto quiere decir que por ese periodo de tiempo no tendría que haber necesariamente radiación para cargar los celulares o tabletas.
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“La ventaja de este sistema, pensando en casos extremos como el terremoto de México o el huracán en Puerto Rico, donde se quedaron sin energía, es brindar una solución fácil de instalar, asequible y que proporciona energía en todo momento“, afirma profesor del pregrado en Ingeniería de Energía.
Este primer prototipo, que está en proceso de registro de diseño industrial, se deriva de otro objeto que está en curso de patente y que comenzaron a trabajar los investigadores desde hace aproximadamente 1 año. Ese no solo brindaría la posibilidad de cargar dispositivos móviles, sino que tendría iluminación y serviría para hacer mediciones de ciertos parámetros de interés para la ciudad y la región.
Lina María Agudelo Gutiérrez, profesora de la Facultad de Diseño, detalla que el aporte de esta área del conocimiento a la iniciativa surgió de una conversación suya con el profesor Mario Luna (de Ingeniería en Energía), en la que se dieron cuenta de que podían explotar, desde la adecuación al mobiliario para espacios abiertos, la idea de una estación de carga de dispositivos móviles, que no dependiera de la red eléctrica.
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“Los investigadores de energía antes tenían un panel en un poste al lado de una banca normal de la universidad, pero la gente no se daba cuenta que ahí podía cargar el celular. Nos percatamos de que podíamos fusionar ambas cosas: la carga de dispositivos y la apropiación del espacio“, acota la magíster en Ingeniería.
Entre las restricciones técnicas del desarrollo estaba la condición de que el sistema pudiera construirse con talento de la universidad, por eso, continúa Agudelo, decidieron aprovechar la fortaleza de la institución en el trabajo con concreto y optaron por una banca hecha con cemento reciclado. Por el momento están evaluando un segundo prototipo de silla hecho con plástico reciclado, que pueda ser resistente, más liviano y, por ende, más fácil de movilizar.
El material, precisa la profesora, dependerá del contexto en el que se use el mecanismo, pues en el caso del campus no se requiere algo tan liviano, ya que la probabilidad de que se lo lleven no es alta. Sin embargo, en caso de que se instale en un lugar público, como se lo proponen los investigadores, se requeriría de un material pesado que cuente con las mismas características de seguridad que tiene el producto actual. En este momento la vicerrectoría de Extensión está en contacto con algunas alcaldías para expandir los puntos de carga.
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La profesora Lina María Agudelo dice que además del uso que le han dado los estudiantes y visitantes a la banca solar, una muestra del impacto de este sistema es el hecho de que ha comenzado a generar curiosidad sobre la posibilidad de energías limpias y de cómo el diseño puede desarrollar nuevos productos a partir de ellas.
Por su parte, Carlos Andrés Arredondo, que además es doctor en Energía Solar, asevera que, si bien hay una tendencia a nivel mundial para crear a partir de energías limpias, el país podría avanzar más en este tipo de soluciones óptimas.
“Si dimensionamos esto un poco más, se puede pensar que el sistema no solo sea de recarga de celulares, sino, por ejemplo, de bicicletas eléctricas”, comenta y concluye que de esta colaboración entre ambas disciplinas surgió un objeto que presta un servicio bastante importante y que además se acopla al entorno.
Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co