
El lienzo de esta pareja son los tenis
Antes de enamorarse, Mateo Castro y Daniela Martínez comenzaron a pintar tenis. Hoy esta actividad se convirtió en su pasión y proyecto de vida. Conozca de qué se trata.
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En la primera cita, como todo buen sneakerhead, lo primero que Mateo le miró a Daniela fueron los tenis.
“Los había traído de Estados Unidos como un recordatorio de la familia que acogió como Au Pair durante un año”. Los pintó ella misma con sus amigas, “nada del otro mundo”, pero la originalidad y el detalle de las manchas de pintura lo enamoró.
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Todavía no eran novios cuando mandaron a traer material para personalizar un par juntos. Sin embargo, lo que empezó como un pasatiempo, terminó siendo la pasión y el negocio de esta joven pareja.
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Ella, ingeniera de diseño de producto, y él, ingeniero administrativo, se dedicaron a pintar sus propios zapatos, hasta que amigos y familiares se comenzaron a antojar.
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“Hoy, sin proponérnoslo ni pensarlo como un negocio, los dos vivimos de eso”. Mun, como se llama su emprendimiento, no llevaba ni el año, cuando Mateo se interesó por aprender un poco más sobre la customización, así que hizo un curso en The Shoe Surgeon Sneaker School, Estados Unidos, para transformar un par de zapatillas en una pieza de arte única.
El mismo es el que diseña, corta y cose. “Uso algunas piezas del zapato original, como las suelas, las plantillas y las marquillas, pero de ahí para arriba los reconstruyo completamente con diferentes cueros y piezas únicas. Todo lo hago de manera artesanal”.
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Una vez adquirió este conocimiento, crearon otros dos emprendimientos: The Shoeker y Lace (cordones premium) Estos vecinos de 26 años de edad, que además le brindan la oportunidad a la gente de ir a su taller para que personalicen sus zapatos, ya perdieron la cuenta de cuántos pares han intervenido, creen que ya sobrepasaron los 500.
Sin embargo, esperan que su proyecto se expanda y su arte sea reconocido, pues no se trata de un simple par de tenis.
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