El horror de ser acosada en una plataforma de transporte

El horror de ser acosada en una plataforma de transporte

Nuestros barrios no son ajenos a las denuncias por acoso sexual en plataformas de transporte, de hecho, varias vecinas de Belén denunciaron un reciente caso en donde la comuna 16 se convirtió en el foco de un agresor.

Acoso en aplicaciones de transporte. Foto Jaime Pérez Munevar.

Paralizada, así permaneció Valentina Echeverry durante los instantes que unas manos intrusas profanaron su cuerpo deslizándose por su cuello, orejas, pecho, abdomen, espalda y piernas. ¿Era real lo que estaba pasando o correspondía a una perturbadora pesadilla? lamentablemente, ningún pellizco pudo salvarla de aquel ataque.

Eran las 11:00 p.m. del 29 de enero de 2023 cuando esta vecina de Belén solicitó un servicio de transporte a través de la aplicación InDrive. Un hombre llamado Jhon Jairo la recogió en la Villa de Aburrá sobre la avenida 80 en un vehículo Renault Duster Oroch con placas KUP-639.

Pese a sostener una conversación aparentemente normal, el conductor le preguntó en repetidas ocasiones cómo se sentía. El viaje fue corto y cuando llegaron a su destino Jhon Jairo le pidió que lo calificara bien, algo a lo que Valentina no le vio inconveniente.

Cuando ella se iba a bajar él siguió preguntándole si estaba tensionada y a pesar de recibir varios no como respuesta, no tuvo reparo en tocarle diferentes partes de su cuerpo.

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Presa del miedo su cuerpo se quedó quieto mientras retumbaban en su cabeza frases que le susurraba el hombre invitándola a acercarse a él y asegurando que ella “segregaba una sustancia de olor exquisito”. Valentina recuerda aquella mirada de depredador acechando a su presa y que luego de intentar tomarla del cabello le dijo: “Mira cómo me tienes”, cuatro palabras explosivas que la hicieron reaccionar y salir huyendo del carro.

  

No fue la única

Adolorida por un episodio que ni ella misma comprendía se comunicó con el soporte técnico de InDrive y no le dieron respuesta inmediata. Poco después le solicitaron sus datos para contactarla pero también tardaron en hacerlo.

El 30 de enero Valentina subió un video a sus redes sociales entre lágrimas donde relataba lo que le había ocurrido y para su sorpresa, no solo se hizo viral la historia sino que además comenzaron a escribirle muchas mujeres que aseguraban haber experimentado situaciones semejantes con el mismo conductor.

Una de ellas, María Alejandra Blandón, vecina de Belén Rosales quien el 25 de enero solicitó un servicio por la plataforma Didi y fue recogida por un conductor llamado Felipe, quien contaba con más de 3.000 viajes y una puntuación perfecta de cinco puntos.

Su recorrido era simple, iba de San Juan a Rosales, sin embargo, al finalizar la ruta Felipe le indicó que lo calificara bien y cuando ella se disponía a bajarse él le aseguró que tenía muy tensionado el cuello y puso su mano en aquella parte.

“Agarró mi cabello de forma fuerte y me dijo que tenía que manejar mi respiración mejor y comenzó a tocarme los senos. Yo no podía moverme, me asusté y simplemente me quedé inmóvil”, dijo María Alejandra, quien también recuerda que con la mano que la tocaba a ella se olía los dedos y aseguraba que su cuerpo secretaba un olor muy particular que lo atraía.

Luego de eso el hombre se quitó el cinturón de seguridad y aunque María Alejandra temió lo peor, en ese momento notó que la puerta no tenía seguro por lo que escapó rápidamente y llegó temblando a su casa.

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El llanto era incontrolable, su familia la recibió y su hermano se encargó de poner la queja en la plataforma. Según María Alejandra días después se comunicaron con ella y le preguntaron varias veces si de verdad iba a formular una denuncia y si eso era realmente necesario, “¿Pero te hizo algo?” le cuestionó aparentemente una funcionaria de Didi luego de escuchar su testimonio.

Un bloqueo silencioso

Para el 1 de febrero Valentina recibió un comunicado oficial de InDrive donde rechazaban y condenaban tajantemente cualquier situación que pusiera en peligro la dignidad de la persona y perjudicara el uso de la plataforma.

Además, le notificaron que se “bloqueó de por vida al conductor, sin la posibilidad de que pueda hacer uso de la plataforma en cualquiera de los servicios que ofrecen”.

Finalmente, InDrive afirmó que estaban dispuestos a colaborar con las autoridades en su investigación, una vez fuese levantada la denuncia pertinente.

Por el golpe a su salud mental Valentina fue a parar al hospital y el 2 de febrero realizó la denuncia oficial en la Fiscalía, obteniendo así una medida de protección, “siempre he estado prevenida con los hombres, nunca me había pasado algo así pero creo que todas hemos sido víctimas de acoso en la calle y en otros espacios”, admite Echeverry.

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Entre tanto, Didi expresó mediante otro comunicado oficial que lamentaban esta situación reportada por la usuaria arrendataria (Alejandra Blandón) pues inmediatamente recibieron el reporte del caso el 24 de enero, activaron sus protocolos internos correspondientes para brindarle acompañamiento a la usuaria y que pudiese realizar la denuncia formal a las autoridades competentes.

De igual modo, confirmaron el bloqueo permanente de la aplicación al conductor registrado como Felipe, que a su vez, figura como Jhon Jairo en otras plataformas y según sus víctimas funciona con el mismo modus operandi para acosar.

Asimismo, la entidad manifestó su entera disposición para apoyar a las autoridades en el marco de una investigación formal y continuarán realizando esfuerzos para reforzar la seguridad de las usuarias arrendadoras (conductoras) y arrendatarias (usuarias).

El peligro de ser mujer

Valentina no volvió a usar ninguna aplicación de transporte, el susto es tan fuerte que sus familiares y amigos le han colaborado transportándola, “ha aumentado mucho mi ansiedad, lo único que me alegra es que mi denuncia tuvo mucho alcance haciendo que otras mujeres se animaran a hablar y a denunciar para que esto no siga pasando con la misma persona”, explica.

Por su parte María Alejandra expresa que no le gusta viajar sola y cuando esto sucede le da mucha angustia así se trate de un conductor de confianza, “me la paso pensando me va a pasar algo, me va a pasar algo, me va a pasar algo”, incluso, esta vecina de Rosales admite que cuando va sola por la calle tiene la impresión de que en cualquier momento se va a encontrar con Felipe, alias “Jhon Jairo”, motivo que le quita el apetito o le provoca comer en exceso por tanto estrés.

En las averiguaciones que realizó Blandón, sobre el presunto acosador, encontró que supuestamente se llama Juan Felipe Cardona Restrepo: “resulta que ese auto era del papá y se lo vendió a él, pero nunca hicieron el traspaso. El papá se llama Jhon Jairo, que es con el otro nombre que aparece registrado en InDrive. El señor tiene tres cuentas, dos en InDrive y una en Didi”, menciona Alejandra.

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La responsabilidad de las plataformas

Una de las quejas en común que manifiestan estas sobrevivientes de acoso en contra de las aplicaciones es la falta regulación con los conductores que admiten, pues según ellas Felipe/Jhon Jairo suplantó su identidad cambiándose varias veces el nombre y allí falló el filtro de seguridad.

Para María Fernanda Paz Gil, docente investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Medellín, no existe una ruta de atención a violencias basadas en género que pueda aplicarse en plataformas de transporte, por lo cual se trata de un vacío jurídico.

“Actualmente las aplicaciones de transporte son legales, está permitida su circulación en el espacio electromagnético, tú puedes contratar el servicio, lo que pasa es que es un contrato atípico, no hace parte de la legislación colombiana y no aparece en el código civil, es más bien un contrato que las partes han creado para un fin específico”, explica María Fernanda, quien refuerza la idea de que no es obligatorio sentarse en la parte de adelante del automóvil a pesar de que el conductor lo solicite.

Aunque la denuncia de Valentina tomó mucha fuerza en medios nacionales y redes sociales hasta ahora las autoridades no han dado parte sobre el paradero del presunto agresor.

Una alternativa que también propone la abogada María Fernanda respecto a la suplantación de identidad que aparentemente realizó este conductor es “realizar una demanda por responsabilidad civil contra la plataforma por omitir el deber objetivo de cuidado y esto corresponde a la verificación de la identidad del conductor”.

El clamor de muchas mujeres sigue siendo ¿por qué tenemos que estar prevenidas?, ¿por qué no educar a la sociedad para que no agreda en lugar de educar a las mujeres para que se cuiden más? pues el miedo y la incertidumbre son dos acompañantes permanentes en viajes donde los botones de pánico se hacen imprescindibles.

Por: Michelle Acevedo Vélez
michellea@gente.com.co

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