Un desacuerdo tuvo a un carro híbrido a punta de gasolina

Un desacuerdo tuvo a un carro híbrido a punta de gasolina

Un desacuerdo tuvo a un carro híbrido a punta de gasolina

Un vecino de El Poblado (Medellín) que compró un vehículo híbrido lucha con su unidad para que le permitan instalar una conexión en su parqueadero. EPM explica cómo funciona este modelo.

El híbrido que Felipe Rodríguez Novoa compró hace cerca de mes y medio para reducir sus emisiones al aire de la ciudad lleva buena parte de este tiempo rodando con gasolina.

Rodríguez, un geólogo bogotano que desde hace unos 8 años se radicó en Medellín con su familia, no había podido ponerse de acuerdo con el consejo de administración de su unidad para que le autorizara la instalación de un cargador en el parqueadero con el fin de reabastecer su nuevo vehículo.

Pese a esto, las partes pudieron llegar a un acuerdo, permitiendo que el 27 de julio fuera instalado el cargador solicitado por este vecino.

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Un interés por el cuidado del aire
Rodríguez, que se graduó en la Universidad Nacional, cuenta que su interés por los vehículos eléctricos nació de un viaje a San Francisco, Estados Unidos, hace 10 años. Por esa época el Toyota Prius era la gran estrella en el segmento de los carros híbridos (que se alimenta con energía y gasolina), al ofrecer hasta 40 kilómetros por carga.

De acuerdo con Felipe, por esa época los californianos pudieron hacerse a este modelo gracias a los estímulos del Gobierno de California que redujeron significativamente los impuestos tanto de entrada como el equivalente al rodamiento.

La goma de los californianos por este carro empujó las barreras de la industria. Muchos propietarios buscaron alternativas para recargar el carro en su hogar, lo que permitió que se masificaran los sistemas de reabastecimiento doméstico.

La experiencia de primera mano de este vecino con estos autos lo llevó a comprar una camioneta diésel mucho antes de que se masificaran en el mercado colombiano. Si bien es consciente del debate que hay sobre las emisiones de estos —un debate que también tiene con su hermano, un ingeniero ambiental—, indica que su preocupación por reducir sus emisiones contaminantes lo lleva a creer a pie juntillas en estos modelos.

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Un debate
Según cuenta Rodríguez, todo se remonta al momento en el que pidió una cotización a la empresa que le recomendó el concesionario para instalar el toma. Ese día le pidió a la administración acceso a la subestación en la que están los contadores, pero le informaron que para hacer dicha inspección e instalación debía pedir permiso.

Aunque los ingenieros de la empresa que contrató le garantizaron que la instalación cumpliría todas las exigencias del Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (Retie), esto no bastó para el consejo.

Rodríguez reconoce que “el consejo tuvo muchos temores”, sostiene que por lo explicado por los ingenieros y por funcionarios de EPM, esta instalación no representa riesgos para la red de la unidad. “Es una cosa muy sencilla, tan complicado como instalar una secadora en la casa”, afirma el geólogo.

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En carga
Jorge Raúl Rojas Durán, profesional comercial de la Gerencia de Ofertas de EPM explica que actualmente la empresa ofrece 2 alternativas para los propietarios de vehículos híbridos y eléctricos: la carga pública o ecoestaciones y la carga interna. A este primer grupo pertenecen las 5 ecoestaciones de carga rápida, en las que los conductores de vehículos eléctricos pueden recargar hasta el 80 % de su batería en 20 o 30 minutos.

Asimismo cuentan con 14 ecoestaciones de carga lenta, ubicadas en centros comerciales. En ambos, los propietarios pueden recargar y el valor de su “tanqueada” les será cobrado en la siguiente factura de los servicios de EPM.

Pero EPM no es la única empresa con estaciones disponibles en el Valle de Aburrá. Celsia, la empresa de energía del Grupo Argos, cuenta con 6 estaciones ubicadas en centros comerciales, universidades y empresas, que se suman a las 3 construidas en Cali y Bogotá.

En materia de carga privada, Rojas Durán explica: “Los vehículos eléctricos funcionan similar a los celulares: yo lo utilizo todo el día, llego por la noche, lo pongo a cargar y al otro día tengo el 100 % de mis baterías y puedo empezar mis labores”.

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Para cargar el vehículo con la red doméstica, es necesaria la instalación de una línea a 220 voltios desde el medidor de la casa o apartamento hasta el parqueadero. “Es algo similar a lo que había antes para los hornos o las lavadoras”, agrega Rojas Durán.

Aclara que las instalaciones “no afectan en nada la estructura del edificio o la casa” y que, en los casos en los que el apartamento está muy retirado del parqueadero, cuentan con autorización del Departamento Administrativo de Planeación Municipal para instalar un medidor adicional.

Rojas considera que hay condiciones para estar tranquilos con estas instalaciones, solo hace falta que las partes se informen bien y acuerden antes de que lleguen los ingenieros a poner los cargadores.

Por Álex Esteban Martínez
alexm@gente.com.co

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