
Crean una aplicación para controlar el ojo de poeta
La preocupación por la expansión de una planta invasora en Envigado inspiró a un curioso vecino. Conozca su iniciativa ambiental y únase.
De nombre sonoro y llamativos colores el ojo de poeta habría llegado a nuestra región para quedarse. Detrás del aspecto ornamental de esta planta se esconde una plaga que poco a poco ha ido acabando con bosques nativos del Valle de Aburrá y de Antioquia (así como de Colombia), mediante el ahogamiento de otras especies nativas, incluyendo unas cuantas de Envigado.
Así es, ya está acá y en Señorial un vecino le echó el ojo. De la mano de su papá y su hermano (ambos, ingenieros de sistemas) Carlos Cáceres le dio vida hace 3 meses a una aplicación móvil en la que se pueden reportar los sitios que se están convirtiendo en tapetes de flores anaranjadas gracias a esta trepadora, nativa de África.
Él es ingeniero ambiental y creador de la app “Especies invasoras”. Oriundo de Bucaramanga, Cáceres conoció de cerca al ojo de poeta hace 3 años, en el parque Arví, pero sobre la planta ya sabía desde antes, desde sus días como guardabosques voluntario en el Santuario de Flora y Fauna Volcán Galeras, el mismo lugar en el que se le activó el chip de la conservación y la educación ambiental.
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“En medio de las diferentes iniciativas de Parques Nacionales Naturales está el programa ‘Los más buscados’, y dentro de esos tan buscados están el pez león, el retamo espinoso, la trucha y el ojo de poeta”, contó el joven al que la experiencia en Arví lo hizo fijarse en este territorio y elegir a Envigado como su nueva casa.
Carlos habla a la comunidad de la manera más cercana posible, precisamente porque con “Especies invasoras” le está apostando a la educación ambiental. Es por eso que a Gente le explicó que “existen especies exóticas; es decir, introducidas, foráneas, no nativas, que no pertenecen a nuestro ecosistema. Cuando se trasladan es posible que ‘impongan sus mañas’, cambian el entorno introduciendo acciones que no son propias; sin adaptarse, sino dañando”.
Continuó: “Eso es lo que hacen aquellas con potencial invasor: dañar el entorno”. Respecto a esto, hasta el 2015 se decía que en Colombia había más de 300 especies de este tipo (Carlos dijo que más de 590): “Devoran lo que encuentran, se adaptan para dominar, esa es la invasión biológica(…) Hay muchas formas de introducirlas: por ejemplo, porque alguien las trajo para reproducirlas y venderlas o por un fenómeno natural (dispersión por vientos, agua o animales). El ojo de poeta, según las investigaciones, fue traída con fines ornamentales; es vistosa y llamativa, a muchas personas les encanta y están en contra de su control y erradicación, como suceden con otras especies invasoras(…) Otra cosa, acá el ojo de poeta no tiene depredadores ni enemigos, solo cumple con su función invasora; crece, crece, crece y afecta sin control. Es una especie de parásito superficial, que ahoga. Por eso tanta necesidad de educación ambiental, para que la gente no le coja fobia a la conservación”.
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Esfuerzo que requiere apoyo
Y qué buena idea que haya acudido a la tecnología para su propósito. Su moderna medida a la fecha ha sido descargada por más de 80 personas y unos 260 reportes de esta planta invasora han sido registrados en la plataforma, la mayoría de Envigado, aunque le llegan de otros rincones de la región y el país, incluso desde su natal Bucaramanga, lo cual lo sorprendió pues esta ciudad está a 1000 msnm y la trepadora tiene reportes desde los 2600 msnm, “pero ya se ha adaptado tanto que ha ampliado su rango, el problema es grande”.
Con su aplicación Cáceres busca la participación de todos: la comunidad reporta, él reúne y valida la información y, con un grupo de expertos, entraría a actuar. Bueno, esa es su meta. La tarea no es fácil; él tiene la voluntad y para que su proyecto de emprendimiento resulte productivo necesita apoyo de todo tipo, no solo económico (vital), sino aquel que puede venir de instituciones públicas, académicas, ambientales y comunitarias.
A diario se requiere más conocimiento e ideas que le saquen provecho a su app. Él ya empezó, cuenta con la base de datos necesaria para un buen empujón y está dispuesto a unirse a quien decida también echarle el ojo a cada invasor que altere nuestros bosques nativos y entornos rurales y urbanos (ya hay registro de ojo de poeta sobre la avenida Las Vegas). ¡Toda propuesta será bienvenida!
Por Luisa Fernanda Angel G.
luisaan@gente.com.co