Yoga: Ana lo guía en el saludo al sol

¿Cómo hacer el saludo al sol?

Yoga: Ana lo guía en el saludo al sol

El saludo al sol, en sánscrito surya namaskar, es una de las asanas, o posturas de yoga, más completas. Mejora la flexibilidad, aporta energía, aumenta la autoestima y fortalece los músculos, pues combina el control de la respiración con una serie movimientos preestablecidos que se ejecutan de forma continua. Una buena rutina para estos días de cuarentena por el COVID-19.

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Según Ana Lucía Sánchez, profesora de yoga en Medellín, esta postura puede hacerse en cualquier momento del día, “aunque por ser una serie sumamente energizante, se recomienda practicarla en las primeras horas de la mañana y, si es posible, con el estómago vacío”.

Existe una serie básica de 12 posturas, sin embargo, dependiendo el estilo de cada instructor o la escuela pueden variar. Se usa como base del yoga o como calentamiento para dar inicio a otras secuencias.

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Para su práctica solo se necesita invertir 10 o 15 minutos diarios, un tapete o mat de yoga, un espacio amplio y la mejor disposición emocional. No pensar en nada.

No existe un número mínimo o máximo de repeticiones, “lo primordial es no forzar ni violentar el cuerpo ni la mente para obtener resultados inmediatos — ahimsa: principio ético del yoga— , ni mucho menos aprenderse los nombres de las posturas en sánscrito; además, siempre será mejor contar con la guía de un profesor capacitado que incluso pueda modificar una postura que le resulte difícil lograr y tener la motivación de trabajar en el propio bienestar, para lo cual será necesario ubicarse en el aquí y en el ahora”, asegura Ana.

Antes de comenzar, dice, es necesario combinar la postura con la respiración consciente (debe ser abdominal o diafragmática) y cuidar la correcta alineación de la columna vertebral.

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El objetivo del saludo al sol no es hacer las asanas perfectas, es alcanzar un estado de meditación y respeto propio. Lo más importante es que con el tiempo sus beneficios se verán rápidamente reflejados no solo en los cambios físicos, sino también en la percepción y la relación con el entorno. Por eso, Ana Lucía explicará cómo se logra.

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“Siempre se debe terminar la práctica con un momento de relajación, que se hace acostado boca arriba, con los ojos cerrados, los brazos de lado a lado del tronco y con las palmas de las manos mirando hacia arriba permitiendo calmar la respiración poco a poco, para aprovechar al máximo el trabajo que se ha hecho con el surya namaskar”, concluye.

*Esta nota fue publicada originalmente en la edición impresa del Periódico Gente del 24/11/17.
Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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