El vecino de Envigado que tiene un hangar en la sala de su casa

El vecino de Envigado que tiene un hangar en la sala de su casa

El vecino de Envigado que tiene un hangar en la sala de su casa

Este vecino de Villagrande (Envigado) fabrica modelos de helicópteros a escala. Con el tiempo ha hecho de su pasatiempo una colección.

A los 7 años Carlos Gaviria López recibió un regalo en forma de reto: sus padres le dieron un modelo a escala de un avión. Lo armó sin mucha técnica, pero con toda la emoción del niño que descubre un pasatiempo y así mismo construyó las figuras de un carro y un barco que le obsequiaron tiempo después.

Estudió aviación, como su padre, y después se dedicó a la administración de empresas. En el transcurso de su carrera se alejó del modelismo, pero regresó hace 28 años, cuando nació su hija Andrea y su madre le regaló un helicóptero en escala de 1 en 72.

Después ingresó a la Asociación Antioqueña de Modelismo Estático, en la que decidió dedicarse a armar helicópteros en la escala de 1 en 48. Al ser un poco más grande, esta le permitía observar mejor detalles de la parte interna, como los relojes o los instrumentos, que aunque van tapados, le generan la satisfacción de que el modelo realmente es una representación del aparato original.

Escogí el helicóptero porque me parecen un invento muy útil. A pesar de que a través de la historia se ha enfocado casi siempre en asuntos bélicos, afortunadamente también es un aparato que ha servido para salvar vidas, para apagar incendios o para transporte”, cuenta el vecino de Villagrande.

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Comenzó a armar los modelos de caja, con todo el proceso que eso implica: sacar las piezas, pulirlas, pintar por dentro, pegar, cerrar el modelo, adecuar las calcomanías… Pero esta etapa no le duró mucho. Cuando armó todas las cajas que pudo conseguir en su escala (solo le faltaron 3 de las que existen), se preguntó: ¿entonces se me acabó el hobbie?

Por esos días apareció al rescate su amigo Hernán Palacio, que le dejó un libro en La Anticuaria llamado Helicópteros. Cómo vuelan. Pilotaje. Historia. Allí se encontró con una variedad de inventos, “porque entre la creación del avión y el helicóptero hubo 30 años de diferencia”.

En ese momento Gaviria pensó que en el regalo de su amigo había una insinuación. Se le ocurrió entonces hacer un modelo del Paul Cornu construido en Francia en 1907, el problema era que el recuento histórico era mínimo y no tenía datos precisos sobre las medidas, por eso buscó imágenes en las que hubiera personas al lado y basado en la estatura de un europeo de 1,75 metros, comenzó a trabajar.

Con varillas, plástico y madera armó su primera figura. Cuando vio que era capaz de lograrlo, siguió ampliando su inventario y ahora tiene un total de 151 modelos distribuidos en 7 vitrinas en la sala de su casa. Entre ellos hay algunos de caja, otros armados completamente por él y algunos híbridos (con piezas que ya venían fabricadas y otras partes hechas por él).

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Aunque para algunas personas ensamblar elementos de este tamaño podría suponer una prueba de paciencia, para Carlos “es la forma más increíble de relajarse, de quitar la tensión”. Lo interesante, comenta él, es que uno se vuelve del país de donde proviene el modelo que está armando, “es como si estuviera en ese lugar”.

Todos los días, después del trabajo, dedica un momento a trabajar en sus helicópteros. Él dice que no hay un tiempo definido para fabricarlos, “puede tardar 1 mes, 2 meses”, pero opina que es mejor armar 2 figuras al tiempo, para avanzar en una mientras se seca la pintura o el pegamento de la otra.

Al lado de su cama está el escritorio donde guarda materiales, pinturas y herramientas para elaborar no solo los modelos, sino también elementos como arena o manga para recrear el entorno.

Una historia poco conocida
En el camino Carlos no solamente ha aprendido trucos técnicos, como echar la pega loca en un acetato para que dure más tiempo fresca, sino que también se ha encontrado con historias interesantes como la del helicóptero Antioquia 1, fabricado en 1952 por Antonio Saldarriaga y sus hermanos.

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“Era un señor muy inteligente, odontólogo, empezó a crear el helicóptero con chatarra y piezas de segunda. Fue tan hábil y bueno que el general Rojas Pinilla lo mandó a estudiar en Estados Unidos”, cuenta el vecino. Para él, si no se hubiera dado el conflicto de intereses entre ambos (el general quería un helicóptero para fines militares y Saldarriaga para ayudarle a la gente), “Colombia hubiera sido prácticamente de los países precursores de estos aparatos, junto a Estados Unidos”.

Carlos recreó ese modelo, también con las figuras de don Antonio y sus hermanos, y la bodega del barrio La América, donde trabajaron en su helicóptero.

Para que más personas puedan conocer su colección, Gaviria tiene un proyecto a la espera de apoyo institucional. Su idea es tener un espacio con un salón de exhibiciones para mostrar las figuras, un lugar para dictar clases de modelismo y otro para hacer proyecciones relacionadas con esta temática.

En su opinión esta sería una forma de fortalecer el sector turístico del municipio y serviría como opción de pasatiempo sano para sus habitantes.

Si desea conocer más sobre el trabajo de este vecino, visite el sitio web de la Asociación Antioqueña de Modelismo (www.ipmscolombia.com), donde encontrará la galería “Heligaviria”.

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Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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