Así es el cambio de los Cai de la Policía por zonas de mediación
El cambio del nombre de los Cai en los barrios tiene sorprendidos a algunos vecinos. En Gente le contamos cuál es la nueva estrategia de seguridad de las autoridades.
Con el fin de lograr una disminución en el índice de delitos y tener un acompañamiento más cercano con la comunidad, desde el Ministerio de Defensa, decidieron reemplazar los Comandos de Atención Inmediata (Cai) de la Policía por las zonas de Atención, Prevención y Mediación Policial.
Esta iniciativa se vincula al modelo de vigilancia por cuadrantes, en el que diferentes patrullas motorizadas son encargadas de prestar vigilancia y patrullaje en diferentes zonas de los barrios para reaccionar de una manera más oportuna ante cualquier eventualidad.
Y es que la percepción de algunos líderes sociales de la comuna 16 es que “si bien hacen un buen trabajo y acompañamiento a la comunidad, falta por trabajar en algunas problemáticas de la comuna como la presencia de los habitantes de calle y los hurtos a personas y a los vehículos”.
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Para Ángela María Salinas, presidenta de la Jac de La Gloria, “la comunidad se queja especialmente porque no llegan rápido ante un llamado, especialmente cuando son situaciones que afectan la convivencia como ruidos, basuras, consumo de estupefacientes, entre otros”.
¿Cambiar los Cai por zonas de mediación policial?
¿Y eso con qué se come? o ¿para qué sirven? Se preguntarán algunos vecinos que incluso desconocen la forma en que la policía de Belén atiende hechos de emergencia y brinda otro tipo de acompañamientos a las personas.
Es por ello que en Gente hablamos con la capitán Kelly Lucía Terán, jefe del grupo de gestión comunitaria de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, quien manifestó que aunque es en el mismo espacio geográfico, “es un nuevo modelo en el servicio de policía, con el fin de tener una atención más priorizada y focalizada a la solución de las diferentes problemáticas”.
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En ese sentido, pretenden contribuir al mejoramiento de la convivencia mediante la oferta que las autoridades tienen para la comunidad y así “recuperar la confianza, consolidación de la imagen y autoridad de la institución”, señaló Terán.
La idea es que aparte de solventar problemáticas relacionadas a la seguridad como hurtos, porte de armas, venta de drogas, la mediación policial sirva para la resolución de conflictos entre la comunidad.
“Muchos casos de intolerancia por exceso de ruido, basuras, uso del espacio público, entre otras, terminaban en hechos con agravantes como riñas y hurtos de armas blancas. La idea es que citen a las personas involucradas a estos espacios para mediar el problema y llegar la solución”, explicó.
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Teléfono por cuadrantes estación de Policía Belén
Esta estrategia busca además que los vecinos recuperen la confianza en la institución y mejore la percepción de seguridad en los entornos.
Por esta razón es que este nuevo modelo busca trabajar de la mano de los líderes sociales y comunales de las diferentes problemáticas que tiene cada uno de los barrios. Así mismo, se busca que esta institución se vincule con las diferentes actividades vecinales del barrio.
“Estamos realizando muchas reuniones con líderes sociales de los diferentes territorios para que se enteren que este modelo de vigilancia los tiene más en cuenta. Adicionalmente, si requieren nuestra participación en algún evento comunitario, ahí estaremos. En las reuniones escuchamos a residentes, comerciantes y otros ciudadanos, quienes manifiestan diferentes problemáticas y allí tratamos de acordar un trabajo y una solución”, comentó la capitán.
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¿Y el resto de delitos?
Cabe resaltar que si bien hay una disminución en algunas modalidades delictivas como el hurto a personas, el robo de motocicletas y vehículos, los homicidios, las extorsiones a establecimientos comerciales y las lesiones personales son los casos que están en aumento, situación que preocupa a líderes y residentes de los barrios.
Y aunque este modelo está enfocado en la atención primaria al ciudadano, también se trabajará en la reducción de este tipo de delitos.
“Todos los barrios y comunas tienen sus problemáticas y hechos en los que más nos debemos focalizar. Estos líderes y los vecinos son nuestros ojos, entonces lo que hacemos es generar una estrategia enfocado a la prevención, queremos llegar a territorios donde antes ni siquiera se había hecho ninguna campaña o conversatorio”, comentó Terán.
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Sin embargo, para expertos como Jorge Iván Avendaño, profesor del programa en Investigación Criminal en la Universidad Medellín, “pese a que es un gran esfuerzo por atender diferentes niveles de incremento delictivo es menester precisar que las autoridades no pueden responder ante la falta de mejoramiento de estas entidades por parte del Estado”.
Así mismo, añadió que hace falta “fomentar la cultura del autocuidado, que el ciudadano salga a la calle y utilice medidas de protección para cuidar su integridad y elementos personales. El deterioro del orden público es a nivel nacional y como no hay un policía por ciudadano, debemos cuidarnos entre todos”, concluyó.
No hay que renunciar a la persecución criminal
Las autoridades no deberían renunciar a perseguir el delito en sus diferentes modalidades porque es una de sus funciones centrales y para ello hay que blindarlos con garantías. Al pie de fuerza le hacen falta recursos y apoyo de dotación, personal y equipos. ¿Dónde quedaron las investigaciones para atacar las estructuras criminales desde su base? La estrategia no puede ser un policía por cada ciudadano porque es algo imposible.
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Han decaído los operativos fuertes contra cabecillas en la ciudad, lo más normal es que sea crimen organizado y solo se están enfocando en quien comete el hurto, pero ¿y la desarticulación de estas bandas o combos? No se está cumpliendo el proceso de perseguirlo, judicializarlo y criminalizarlo.
Con estas estructuras criminales se puede negociar en búsqueda de una paz total, pero cuando estas estén diezmadas, no al revés, cuando las estas organizaciones ejercen más poder sobre los ciudadanos y llevar acuerdos mal concebidos. Aquí es cuando los criminales delinquen y luego tratan de llegar a acuerdos con el Gobierno, entonces en cierta forma delinquir paga.
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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co
Fotos: cortesía