BO: un semillero de reguetón en Envigado

BO: un semillero de reguetón en Envigado

Black Ocean es el proyecto de Juan Pablo Piedrahita, un envigadeño que participó en el desarrollo temprano de artistas como Feid y J Balvin. Gente le cuenta su historia y cómo funciona.

Fissher y Tenso Beats en el campamento musical realizado en BO. Foto: Santiago Peña @betocrative

¿Ha pensado alguna vez en la posibilidad de que en el piso de abajo de su torre residencial, o en una de las casas de su cuadra, esté germinando la semilla del que será la próxima gran estrella del género urbano? No es tan descabellada la idea. Maluma, J Balvin, Feid, todos pasaron, antes de ser las personalidades que son hoy, por casas envigadeñas adecuadas para ser estudios de grabación.

Un ejemplo de estos semilleros de artistas es Black Ocean, el proyecto de Juan Pablo Piedrahita, comunicador social de la UPB. Jota, como lo llaman sus amigos, es un envigadeño que luego de aunar experiencia como DJ de La Mega y de haber sido director creativo para Sony Music, decidió, un día de octubre de 2019, renunciar a sus cargos ejecutivos para dedicarse a su propio proyecto como cazador talentos emergentes.

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Un sello independiente

En el barrio San José, diagonal a la iglesia, recuerda Jota, existía una esquina icónica para el reguetón en Envigado. “Por ahí se criaron Reikon, Bullnene, TheRudeBoyz, hasta Maluma se parchaba mucho en esa cuadra”. En esa esquina, se empezó a gestar este proyecto que a día hoy acompaña a los artistas en el proceso de hacerse visibles ante los grandes sellos discográficos, para después vender y cobrar comisiones y regalías.

Como una pequeña disquera, así la define Jota. En BO no solamente se hace música, sino que también se concreta la propuesta integral de un artista/intérprete. En este momento, bajo la firma de Black Ocean, se agrupan productores como Canel y Emil, y cantantes como Kennedy, quienes se encuentran aún en etapa de desarrollo.

“Yo armo el proyecto. Cuando ya tengo la maqueta o el muñequito armado, salgo a buscar aliados, socios, o de lleno una disquera más grande que lo compre”, afirma Juan. Bajo esta metodología ha tenido algunos fracasos, pero también grandes éxitos y por eso confía, primero, en lo que escucha y le agrada, y segundo, en lo que siente al trabajar con una persona. Según Jota, el ánimo, el enfoque y la disciplina son los tres factores fundamentales que tienen en cuenta a la hora de aceptar trabajar con un artista.

Actualmente, Black Ocean concentra esfuerzos en el proyecto Fissher, un artista en el que Juan Pablo ha puesto toda su confianza para ser el próximo referente del género urbano. Para preparar este proyecto se llevó a cabo un campamento musical en el que por 10 días se grabaron canciones de forma maratónica. Algunas de ellas no verán la luz en años y, posiblemente, en ese momento sean interpretadas por otros.

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Fissher, la semilla

Jerick Fissher es un artista oriundo de Caracas, Venezuela. Empezó a tomarse la música en serio cuando egresó del bachillerato a los 17 años. A esa edad, Fissher tuvo que elegir entre su trabajo, la carrera de administración de empresas que recién empezaba a cursar y la música. “¿Las 3 cosas? no se puede… Yo me di cuenta de que no estaba haciendo lo que me hacía feliz y decidí dedicarme de lleno a la música y a mi negocio propio”.

Esa decisión lo llevo a colaborar con artistas de su país y a componer para estrellas como Maluma, Blessed y Vecky G, lo que lo puso en en el panorama de algunos sellos independientes, entre ellos BO. “Luego de colaborar con varios artistas duros en Venezuela me dije ¿Dónde están pasando las cosas? en Medellín, vamos pa’ allá, vine hasta aquí para subir al siguiente escalón”.

Durante estos días, Fissher se ha reunido a crear con productores y compositores que han colaborado con artistas de la talla de Eladio Carrión y Daddy Yankee. Él asegura que la confianza de estas personas lo empujan a seguir adelante con esta misión.

Para Fissher, el hecho de que la industria musical en Envigado se haya consolidado tanto en los últimos años no se debe únicamente a la fama que alcanzaron algunos de sus exponentes, sino al trabajo en equipo que han sabido hacer lugares como Black Ocean para posicionarlos. “Los artistas aquí se apoyan, trabajan juntos, eso es lo que hace que crezca la cultura”.

Por lo pronto, y mientras crecen los retoños en los que Jota se ha fijado. Black Ocean continúa atento a las oportunidades que se le presentan para pulir, proyectar, perfeccionar e impulsar a los nuevos talentos que nacen en el Valle de Aburrá o que llegan a él buscando una ocasión para enseñar su talento.

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Por: Alejandro Puerta Calle
alejandropc@gente.com.co

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